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"Historia sin título" por Möbius [En construcción]

Iniciado por Memnoch, 18 de Diciembre de 2008, 03:27

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Memnoch

Tengo varios amigos que escriben y uno de los pocos a los que no conocéis es a Möbius, a continuación os iré posteando un relato que está escribiendo ahora mismo y va actualizando en DA, como me gustó (ya sabéis que yo soy de gustos amplios) le pedí permiso para postearlo y aquí lo tenéis. Iré actualizando mediante siga escribiendo.

Falla en la ortografía algunas veces pero no os fijéis en eso, ya se corregirán los textos cuando tenga ganas (o cuando las tenga él), fijáos en la historia que me parece que si la desarrolla bien tenemos delante un buen relato.

Un saludo.

PS: Aquí un link a su cuenta de DA: MobiusKlein

Memnoch

1.- Crucero Perfecto I


Las últimas semanas habían sido un sueño hecho realidad, una mujer preciosa danzaba entre mis  brazos, sonriendo abiertamente, disfrutando del momento. Sus labios dibujaban un amplio abanico de sentimientos. Espero que sea feliz.  Carla es todo lo que había deseado, y ahora que está a mi lado, me encargare de darle todo lo que esté en mi mano.  Le devolví  la sonrisa y con un gesto la apremié a sentarnos en una mesa cercana:
-¿...cielo? -  preguntó ella esperando lo evidente.
-Si si, solo necesito un momento, tengo el estomago algo revuelto.
Ciertamente, si durante unos segundos cerrabas los ojos y te mantenías erguido, podías notar un pequeño balanceo, insignificante, pero algo mas comprometedor para alguien con el estomago lleno de marisco, además, más que bailar, parecía el bufón del banquete.
La música cesó repentinamente para dar paso a un mensaje por megafonía: La llegada de los postres. Creo que mi rostro se convulsionó al pensar en la terrible cena previa al baile. Una docena de carritos entraron a la sala a través de un pasillo adornado con pinturas ecuestres, por un momento me pregunte cuando dinero habrían invertido en detalles así. Los camareros atendieron con la educación propia de la situación a los invitados, haciéndolos sentir como marqueses. No es para menos, todavía me duele el bolsillo...
Unos pequeños saltitos por parte de Carla dejaron notar su emoción al acercarse un de los carritos, aunque esta vez dejaré que el disfrute sea solo suyo, no mas comida, gracias. Fue una sorpresa encontrar bandejas de fruta delicadamente "talladas" y adornadas, la verdad, llenaban mas la vista que el estomago,  ¡como me gustaría echar algunas fotos! Aunque no creo que reciba buenas miradas por parte de esta elegante sala, como cuando quise disfrutar de la salsa de pimienta con aquella sopa de pan... ¿Qué tiene de malo?
Finalmente decidimos acabar con la velada, y salimos a tomar el fresco. El aire marítimo despejó  las nauseas provocadas por el baile; y la visión de kilómetros y kilómetros de mar interminable en todas direcciones,  devolvió a Carla la noción de situación, ya que gracias a los suaves balanceos, mi estomago me recordó durante todo  el convite donde nos encontrábamos.
-¿Alguna vez te imaginaste así tu viaje de novios?- pregunte apoyándome sobre la barandilla en un alarde de estilo intencionado.
Siguiéndome el juego, dio una vuelta sobre si antes de dejarse caer sobre mi pecho elegantemente.
-Oh... no esperaba menos por supuesto. – Dijo burlonamente
Que felicidad. Cualquier que nos viera podría vomitar de tanto pastel. Esas semanas en altamar, la comodidad del crucero, habían supuesto un notable descanso: la familia, el trabajo, los ex-novios y sus últimos intentos, ¿es que no hay nadie para decirles que su momento ya ha pasado? Por desgracia, todo llega a su fin, y en un par de días llegaremos a tierra de nuevo.


2.- Crucero Perfecto II


Comencé a palpar en la oscuridad. Un pequeño haz de luz se colaba tímidamente por el ojo de buey, dejándome entrever su silueta. Con una guía tan sensual, no tarde en encontrar su rubia melena, que la tenue luz dotaba de un aspecto casi espectral. Me parecía incluso más suave que de costumbre. Bueno, en realidad en este crucero tan idílico, todo me sabe a miel. La observe durante un largo momento y volví a mi única preocupación, conciliar el sueño.

La luz matinal ya inundaba por completo la habitación, señal de que no deberíamos demorarnos  más, sería mejor dejar preparadas las maletas antes de llegar a puerto, •$%!•$%, para que molestarse en blasfemar, sabías que no duraría para siempre. Tras recoger todo el equipaje y hacerle hueco a los suvenires, (dime que nunca has cogido un jabón de un hotel), salímos a dar un último paseo por la cubierta. Escaseaban los viejos pomposos alardeando de sus múltiples propiedades, y el personal tampoco se estaba partiendo la espalda. Apoyado en la barandilla, no sin cierta inseguridad, atisbaba a lo lejos una leve línea marrón que indicaba que en poco tiempo llegaríamos a nuestro destino.

No pude evitar fijarme en un joven ataviado con las ropas de marinerito, que aceleradamente abordo a otro, que supongo tendría un rango superior, debido a sus ropas y que a diferencia del resto del personal, tomaba un poco de café en una banqueta cercana a la borda. Con la misma presura con la que apareció, volvió a donde quiera que esté su lugar en ese navío, aunque ahora le seguía el supuesto superior. Díez minutos transcurrieron hasta que el sistema de megafonía interrumpió la calma de la cubierta:

- Señores pasajeros. Les informamos de que la llegada a puerto se retrasará 2 horas más de lo previsto. En breves momentos será servido en el comedor un desayuno especial por cuenta del Corazón del océano. Rogamos disculpen las molestias.

Jajaja. Corazón del Océano, he visto nombres cursis en barcos, pero este se lleva la palma. Un momento, ¿dos horas? Que extraño, estábamos ya muy cerca de tierra. Tras comentar con Carla durante unos minutos los posibles motivos para el retraso, llegamos a la conclusión de que pensamos mejor con el estomago lleno.

-Dios mío, huevos revueltos, con jamón, ¿tienes idea de hace cuanto tiempo no he comido de esto? – Exclamé sirviéndome una suculenta ración.

-Si no me equivoco... desde tu último análisis de colesterol, señor pozo sin fondo. – Una vez más esa sonrisa burlona surcó su cara, la cual quedó en
indiferencia al oír otro aviso de la dirección del barco por medio de megafonía.

- Señores pasajeros, les informamos que el Corazón del Océano aplazara su llegada a puerto a mañana por la mañana. Esto no compromete a un abono superior por la estancia adicional. Por favor, disculpen las molestias. Que tengan un buen día.

Un rumor comenzó a extenderse rápidamente de un lado a otro del comedor. Nuestros rostros se cruzaron en una estupefacta mirada. Ciertamente no era un proceso normal. Bueno. Un día más en el paraíso. No es para quejarse. Además, por las molestias causadas y una propina, quizás un espabilado camarero nos deslice un par de botellas de ese vino tan refinado que sirven por las noches a nuestro camarote. Creo que por una vez podremos soltarnos el pelo en este crucero colmado de protocolo y elegancia.

Memnoch

3.- The Downward Spiral I


Toc toc. Con un simple doble golpe, el camarero anunció su llegada.  Apure a Carla para que entrara al baño mientras me enrollaba con las sábanas para atenderle lo mas rápido posible. Un joven alto, de pelo corto con esas patillas finas que se llevan últimamente, esperaba con un carrito. Sus rasgos suaves miraban hacia el fondo del pasillo despistado de su quehacer. Con un rápido gesto, su rostro despistado se encaró hacia la puerta con una amplia sonrisa.

- Su pedido caballero.
- Muchas gracias.
- Estará al tanto de la irregularidad del pedido, ¿verdad? – Que mamón
- ¿Qué irregularidad? – Dije dejando caer un billete de 10 sobre el carro.
- ¿Irregularidad? Quise decir irresponsabilidad, me demoré en el servicio. - Esta última frase fue apagándose poco a poco mientras se estiraba para mirar por encima de mi hombro

Miralo, que listo él. Tomé las botellas y me giré para ver como Carla asomaba la cara por la puerta del baño con una sonrisa, mas pícara que dulce. Las 4 primeras copas, transcurrieron entre abrazos risas y besos. Las 4 siguientes resultaron en una copa rota y varias prendas por el suelo de la habitación. La última copa no sobrevivió a su siguiente uso. Tras acabar a morro la primera botella, su sensualidad inundaba la habitación. Su morbosa figura ( ahora un tanto difusa ) dibujaba exóticos paisajes que prometían placeres ocultos. Carla apartó las botellas sin cuidado ninguno, que cayeron sobre la moqueta con un golpe sordo.
Como una bestia acechando a su presa, comenzó a situarse sobre mi, apretándome los costados con sus fuertes muslos. Sus labios devoraban los míos sin compasión cuando, lentamente, comenzó a deslizarlos por el cuello, descendiendo poco a poco por el pecho, y la altura del vientre... un enorme estruendo sacudió el barco. Los motores estaban en marcha. Puta mierda. Parece que Carla se percató de mi cara sumida en horror, por lo que ignoró los motores y siguió su camino. El mundo podría estar acabándose en ese momento, que nada la distraería de su santa labor.
- Les comunicamos que el barco prosigue con su curso antes de lo esperado debido a falta d... - el mensaje no concluyó, como si se olvidara que las palabras siguientes no eran de nuestra incumbencia.
No importa,  las maletas están hechas y avisan unos minutos antes de atracar. Podemos pasar unos minutos en el cielo...
A una hora prudente, y con una sonrisa de oreja a oreja, cargamos las maletas dirección a la cubierta. La sorpresa fue mayúscula al descubrir que todavía distábamos de alcanzar la costa, que sería la única incógnita de no ser por la masa de tripulantes y pasajeros que se agolpaban sobre las barandillas.
No tardamos mucho en percatarnos de lo que estaba llamando la atención de la muchedumbre. Cuatro columnas de humo ascendían de diferentes puntos de la ciudad.

Pedía a Carla que guardara las maletas un momento y me dirigí hacia un zona de la barandilla donde los abuelos pugnaban por salvar su monóculo de la sorpresa. Me llamarón la atención unas manos que agitaban un par de prismáticos alejándolos de otras que intentaban hacerse con ellos. Con cuidado, pero con solidez, comencé a abrirme paso hasta ver que el que sostenía el par de prismáticos no era sino el joven que nos llevo las botellas a la habitación.

- Que ocurre, ¿regalas bocatas de caviar?


4.- The Downward Spiral II


Una risa clara, agradeció que no buscara arrebatarle sus binoculares.

- ¿Es lo que parece? ¿Son incendios? ¿Qué coño ocurre?
- Si, es fuego, de hecho no hemos atracado antes ya que no... bueno usted no necesita saber eso.
- ¿No cree que le di demasiada propina por un par de botellas?
- No contestan. Es como si no hubiera nadie en el puerto – Esta frase apareció como un precavido susurro, evitando alarmar al tumulto que le rodeaba. – Ya he visto todo lo que tenía que ver,  debo volver al puente.

Con un gesto de la mano me despedí de él, y observé cómo se perdía entre la muchedumbre. Las columnas de humo seguían alzándose en el cielo como un colosal aviso a todo el que la viera... Es posible que haya sobrevenido algún tipo de catástrofe. ¿Atentado? ¿Manifestaciones? ¿Bandas callejeras? Deja de ser paranoico hombre. Aunque el chico comentó que nadie contestaba en el puerto... ¿Un fallo en las comunicaciones tal vez? Es perfectamente factible... Mejor no hacer esperar más a Carla, se podría poner nerviosa.

- Cari, vamos a atracar en breves así que podemos quedarnos por aquí...
- ¿Todo está bien verdad?

Abandoné todo pensamiento negativo de mi cabeza y asentí con la sonrisa más sincera que pude. El barco seguía moviéndose a pocos nudos (¿Así se medía la velocidad en el mar no? Si ni siquiera sé como flota este mastodonte...), pero estábamos a tiro de piedra del puerto, la respuesta no se demoraría mas.

Poco a poco el barco acortaba la distancia de tierra, su casco partía las olas que inútilmente se estrellaban contra él. Las columnas seguían creciendo, tornándose cada minuto más negras, puesto que seguían consumiendo lo que las rodeaba. Pero si esto era así... ¿Dónde estaba el cuerpo de bomberos?

El puerto... ¿no debería estar lleno de familias a la espera del regreso de sus parientes y amigos? La zona portuaria se nos muestra desértica, ni un alma. Trabajadores, paseantes, vehículos, todos ausentes, de la forma más austera posible. Pero de ahí a la más tétrica escena de mi vida solo hay  un paso. Y ese paso era una persona al borde del embarcadero. Sola, en silencio, no agitaba los brazos saludando a un hipotético hermano de vuelta de un largo crucero.  Ahora que estamos más cerca, puedo ver sus ropas, algo raídas y desarregladas, colgaban a jirones de algunas partes, y su posición no era del todo típica. Un hombro más alto que otro y los brazos colgando de forma casi inerte por delante de una espalda ligeramente curvada hacia adelante (¿Un vagabundo?)

Quizás pueda decirnos que ha ocurrido.

Los pasajeros perdieron la paciencia hace un rato. Alzan la voz pidiendo explicaciones, exigiendo compensación. Malas caras y nervios sobre una multitud que se agolpa frente a los dos puntos desde los cuales se desplegará la escalerilla para descender a tierra.

Carla no se atreve a cargar con las maletas dentro del tumulto. Esperaremos a que todos se hayan llevado sus prisas fuera del barco.


5.- The Downward Spiral III


La caterva de adinerados esperaba impaciente, en tanto que las escalerillas se afianzaban en tierra. Dos jóvenes tripulantes bajaban para tomar sus puestos, y escupir cada pocos segundos: ¡ Esperamos que hayan disfrutado del viaje!

El curioso silencio del puerto crujió  ante la ensordecedora verborrea que clamaba por desembarcar. Nos acercamos a la desalojada barandilla. El muchacho de la escalerilla izquierda, se afana por lograr la posición perfecta para el nudo de su corbata. Será por eso que no presta atención al ( ahora si estaba seguro ) vagabundo que tímidamente cojea hacia él. En realidad nadie del barco se percata de ello, solo Carla y yo.

A falta de un par de metros deja de arrastrar pesadamente los pies, para levantar la cabeza y mostrarnos la horrible cicatriz que le cruza la cara, joder parece reciente, este tipo está loco.

Un espectáculo realmente desagradable. Como en esos programas de tarde: Hombre apuñalado chorropotocientas veces consigue llegar hasta el hospital de su barrio. Solo que este tiene que pensar que le sentará mejor el aire del mar

-¡Por el amor de dios! – exclamó el azafato, llevándose las manos a la cabeza. Ávido de protagonismo, no duda en darle la espalda, para trazar un arco con los brazos y pedir que alguien llamase a  un médico.

Carla observa con ojos desorbitados como el individuo se deja caer en los brazos del azafato, quien intenta mantenerlo en pie. Le da unas palmaditas en la cara, probablemente lanzando frases como: ¿Está usted bien? ¿Qué ha ocurrido? ¿Quiere que llamemos a la policía?

Sin saber porque, el vagabundo comienza a hacer fuerza, empujando al chico. Este intenta mantenerle en el lugar, pero el peso es demasiado para él y comienza a retroceder.

Lo que ocurre ahora es confuso, parece como si el vagabundo intentase decirle algo al odio, se esfuerza por adelantar su rostro, No, que narices, está loco, creo que acaba de morderle el brazo. No es posible. El azafato ha trastabillado  hacia atrás varios pasos, solo para ver como el tipo saca fuerzas de dios sabe dónde y abalanzarse contra él. Joder, están demasiado cerca del borde, podrían... tarde.

Durante la caída, el vagabundo ha perdido la chaqueta, mejor así porq... Oh no, eso si que no.

-¿Has visto lo que yo Carla?
-¿uhm? - Una pobre onomatopeya de aburrimiento sirvió para mostrar toda su indiferencia con esta situación, estaba cansada, y quería volver a casa.
- Su espalda... estaba empapada de sangre.

Recapitulemos. Viaje de novios maravilloso. Columnas de humo en la ciudad. Un vagabundo agrede al un currante del barco y caen por el filo del embarcadero. Genial, la próxima vez me cojo el crucero a Tabarca.

Por un momento pienso en reprender  a Carla, como puede tener el valor de reírse en un momento así, que macabra. Bueno, quizás tenga que aprender de ella. Total, solo nos ha faltado echar fotos. Otra cosa más que contar a la familia.

Rápidamente varios azafatos mas llegan al borde del agua. Otro comienza a iniciar la salida de los pasajeros. Bastante inteligente por su parte, esto comienza a convertirse en un circo. Además, parece que el agua fresca no ha despejado a nadie, al contrario.

Memnoch


Superjorge

Lo que has puesto me ha gustado, tienes razón cuando dices que puede salir una buena historia, aunque la narración es un tanto confusa pues algunas veces mezclas los tiempos y las partes de narración con descripción.

Ánimo y que continue que me he quedado con la intriga de lo que ha pasado
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.

Anger

Yo tambien me he quedado con la intriga, pero me ha gustado mmucho , me gusta como presenta lo hechos tu amigo. Pidele que la termine, que lo del final no lo he cazado :lol:

Anger


Memnoch

Ahh, ¿es que alguien la seguía? La historia está bastante más avanzada, pero como no tuvo más acogida no recordé actualizar.

Ésta noche lo haré.

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