Un día cualquiera

[Bryant]

Hola, me he animado a publicar un relato muy corto que he hecho esta tarde. Es poca cosa, pero tenía ganas de escribir algo tras mucho tiempo sin hacerlo (seguramente después de leerlo me diréis que mejor continúe así  ).

Pues eso, aquí está =)

Un día cualquiera


Salgo a la calle. Personas de todas las edades pasan por delante, desconocidas, algunas sonrientes, otras tristes, la mayoría enfadadas con el mundo. Camino lentamente, disfrutando del escaso rocío que aún queda del amanecer. Hace frío pero no importa, los guantes y una bufanda de color azul me calientan el cuerpo y el alma. Subo al autobús que se dirige hacia mi lugar de destino. Allí, sentada delante de mí hay una joven morena; apenas debe pasar de los cuatro lustros de edad, es de complexión delgada y va escuchando música en su mp4 sin fijarse en nada ni en nadie. Mira todo el rato por la ventana, pero no observa, sólo es una forma de pasar el tiempo. Mira sin mirar. Sólo cuando se gira en contadas ocasiones y ve que la miro de manera fija luce una tímida sonrisa. Es preciosa. En estos momentos es cuando me alegro de que me gusten mucho las mujeres. Bajo del autobús cuando llego a la universidad. Parece que el frío ha remitido un poco. Continúa pasando gente desconocida. Ahora, mayormente gente joven, dicharachera, llena de vida, de presente y de futuro, y todavía de escaso pasado. Entro en la biblioteca, uno de mis lugares favoritos. Allí está ella, con su melena corta, dorada, sonriendo a todas las personas que se le acercan en busca de su ayuda. Se llama Paula, lo sé. La otra bibliotecaria, más mayor, la ha llamado antes. Dios, es tan guapa. Tiene una gracia especial para andar, hace que te quedes hipnotizado mirándola. Tiene un piercing en la nariz. Le queda genial; le da un aire rebelde que casa perfectamente con su imagen. Dejo a propósito encima de la mesa donde estoy sentado un libro que cogí expresamente la semana pasada. "Canción para Paula". Lo pongo para que ella lo vea al pasar. Tarda unos minutos en mirarlo. Cuando lo ve, la miro y, quizá sabiendo que lo sé, me sonríe. Seguramente la felicidad sea algo muy cercano a este momento.


Salgo de la facultad y me dirijo al centro comercial. Hago algunas compras que necesito, principalmente libros, mi mayor afición. Allí hay muchas chicas vestidas con el uniforme del establecimiento. Tan iguales por fuera, seguramente tan diferentes por dentro. En la caja que me toca hay una chica pelirroja, muy alta, que cuando ríe deja ver en su cara unos hoyuelos adorables. Parece extranjera, pero no se le nota. Efectivamente, en su acreditación con el nombre descansa un nombre insinuante: Donna. Me pregunta si tengo el carnet de socio. Obviamente contesto que no, nunca me ha gustado hacerme socio especial de ningún centro comercial. Ella me contesta divertida, ingenua, que a ver si algún día me decido a hacerme socio del establecimiento. Yo, en un arranque repentino de atrevimiento, tan impropio de mí, le contesto que sólo me dejo engañar si es ella la que me atiende siempre que vaya. Ella se ruboriza y sonríe divertida. Me voy, dejándola con el rostro prendido, pero feliz de haber hecho honor a la fama que acredito entre mi entorno más próximo. Yo, el Don Juan de las sonrisas femeninas.

[Stefan xD]

Mira, no soy profesor y nada por estilo, pero me ha  gustado el relato, parece ser lo que la imensa mayoría de hombres soñamos ser...   

[Bryant]

Mira, no soy profesor y nada por estilo, pero me ha  gustado el relato, parece ser lo que la imensa mayoría de hombres soñamos ser...   

Gracias por tu tiempo