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Ha dado comienzo los Juegos Olímpicos de Múnich con la modalidad de tiro al blanco. Los alemanes se llevan la primera medalla de oro, mientras que los palestinos sorprenden con un magnífico segundo lugar.

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Duelo: Thylzos vs El tipo

Iniciado por El tipo, 13 de Junio de 2008, 02:57

0 Miembros y 1 Visitante están viendo este tema.

Memnoch

Cita de: Khram Cuervo Errante en 13 de Junio de 2008, 12:32
Y digo... ¿Qué tal enviárselos al moderador de la sección, como en LdaB?... lo digo porque así demuestro que soy mod de aquí...
Envidiosa, ñiñiñi... :lol:

Por mí bien, como queráis.

Thylzos

Cita de: Memnoch en 13 de Junio de 2008, 12:42
Cita de: Khram Cuervo Errante en 13 de Junio de 2008, 12:32
Y digo... ¿Qué tal enviárselos al moderador de la sección, como en LdaB?... lo digo porque así demuestro que soy mod de aquí...
Envidiosa, ñiñiñi... :lol:

Por mí bien, como queráis.

Entonces, los relatos a Khram, ¿no?

Gracias freyi *.*


Cita de: Gambit en 26 de Enero de 2010, 10:25
Follar cansa. Comprad una xbox 360, nunca le duele la cabeza, no discute, no hay que entenderla, la puedes compartir con tus amigos...

Superjorge

Khram, todo el mundo sabe que eres el moderador, no te pongas celoso porque Memnoch pueda hacer el trabajo mejor que tú  :uf:

¿Aquí no hay avisos verdad? :lol:

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.

Sandman

Antes no había límite, pero le puse yo 20000 por si le daba a algún flooder por hacer un megapost de emoticonos y tirarnos el server.
Blog novela, con zombies:


Superjorge

Cita de: Sandman en 13 de Junio de 2008, 14:34
Antes no había límite, pero le puse yo 20000 por si le daba a algún flooder por hacer un megapost de emoticonos y tirarnos el server.

Si no lo hubieras dicho, nadie se hubiera enterado. Ahora me crearé una multi y conquistaré 106  :wiiiiii: :wiiiiii: :wiiiiii:

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.

El tipo

¿Teníamos mod?, debo dejar de consultar el foro después de hacer ejercicios de equilibrio químico.

Por mi está bien.

Este usuario NO está patrocinado por WWW.RAE.ES

Superjorge

ahora molaría que Khram, el señor de los candados, pusiera un candadito a este hilo para demostrar su poder. (Y para que dejemos de spammear)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.

Khram Cuervo Errante

Hale, cerrado hasta la recepción de los relatos.

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Khram Cuervo Errante

Una enorme torre grisácea se alzaba sobre su cabeza. Antaño había sido un importante centro de enseñanza de Magia del viento, pero tras la guerra de los hermanos fue abandonada y despojada de toda su energía. Ahora no era más que un lugar perfecto para que las aves de la pradera hicieran sus nidos, prueba de que los conjuros más elementales de la torre, como los que ahuyentaban a los animales salvajes, se habían roto, solo debían permanecer los usados para sellarla. Era una verdadera pérdida, en sus días había sido magnífica

El encapuchado apoyó su mano sobre las lisas rocas de la base de la torre, el viaje y las monedas de oro que tubo que pagar por la información valieron la pena. Normalmente una torre como esta se enfriaba cuando perdía su energía, pero las rocas estaban tibias, más donde el tacto notaba las junturas que la vista no percibía. Alguien estaba usando la torre, y dudaba que se tratara de un mago corriente. Era más fácil conseguir una sala en alguna otra torre que venir hasta aquí. Sea quien fuese no quería ser molestado

Muy pocas cosas podían devolverle la vida a un círculo de piedras, menos a una torre entera, algo no encajaba. Él siguió paseando su mano, analizando con el tacto y la mente lo que podía de la torre sin llamar la atención, cerca de completar media vuelta encontró lo que buscaba, un punto frío. La torre no había recuperado energía, el calor venía de algún ritual oscuro que se lleva o llevó acabo en su sima. El pasto de los alrededores era tan fuerte como el de cualquier parte de esos campos. Aún había tiempo

Siguió rodeando la torre, ahora más rápido y su mente ya no buscaba en la superficie del muro, buscaba en las profundidades de este una abertura. Siempre que se abandonaba una torre se bloqueaba la entrada con una ilusión. Uno podía ver, tocar o cualquier cosa que se le ocurriera la entrada y simplemente no encontrarla a no ser que se supiera lo que se buscaba, como una leve variación en la densidad de la piedra, grietas inexplicables, presencia de líquenes dentro de la propia roca. Menuda fue su sorpresa  cuando su mano se hundió en la piedra. Alguien había removido el hechizo en vez de burlarlo. Una clara muestra de poder y arrogancia

Contempló la abertura, sus sentidos le decían que ese túnel de unos cuantos centímetros de diámetro conducía a una amplia sala. Malditos magos del viento, nunca piensan en los demás

Esa era la entrada, uno de esos magos arrogantes se hubiera transformado en una brisa y entrado sin problemas, él tendría que improvisar. Sus ropas azuladas decían que había estudiado en una de las escuelas del gélido sur las artes del hielo, pero esas enseñanzas no le servían ante este problema. Pero en sus largos viajes había aprendido las artes de numerosos magos, invocadores y brujas de diversas tierras lejanas. Un viejo conjuro de los hombres de las cuevas del lejano norte llegó a su memoria, lo consideró unos momentos y luego se concentró en la entrada. Durante los siguientes minutos repitió sin descanso un conjuro simple pero agotador
-Donde el cuerpo no pasa el espíritu se mueve, a donde el espíritu va el cuerpo lo sigue- Lo pronunció una y otra vez a pesar de las incomodas transformaciones y el cambiante rose de la piedra que sentía. Pero no rompió su concentración hasta estar del otro lado

La sala estaba muy oscura, en ella la luz de la entrada se perdía sin alcanzar la pared opuesta, pero su mente no lo engañaba, a tan solo unos siete metros adelante se encontraba una escalera de caracol de piedra que conducía a los pisos superiores. Si se hubiera esforzado hubiera percibido los finos relieves de brisas y ventiscas en las paredes, que sabía que allí estaban, pero no podía cansarse admirando arte. En vez de eso pronunció un hechizo hecho por los más grandes Archimagos elfos en recompensa a los humanos por su ayuda durante los tiempos oscuros que solo ellos recordaban. Ahora  veía como lo hacía el más ciego de los elfos, borroso y a unos míseros diez metros. Pero podía ver sin agotarse y eso era lo que contaba

Comenzó la larga subida, a los pocos metros una fragancia indescriptible pero inconfundible llegó a su nariz. Magia, magia pura y densa. Tan pura que no podía venir de este mundo. El mago apretó el paso

Escalón tras escalón, el olor se fue haciendo más y más fuerte, lo suficiente como para causar nauseas. Al principio no lo notó, pero más tarde fue tan insoportable que tubo que deshacer el conjuro de vista élfica, a cada metro que subía el aire se hacía más y más brillante. Había tanta magia en el ambiente que incluso una de esas masas de músculos sin cerebro que se hacían llamar guerreros la percibiría

Ahora que usaba la vieja y querida vista humana, podía notar los elegantes grabados de las paredes que disimulaban orificios como en el que había entrado, de seguro llevaban a las salas para invocaciones y la biblioteca. La sima de la torre no podía estar lejos, recuperando la calma avanzó silenciosamente los últimos metros. Al final llegó a una enorme puerta de roble con decorados de metal e incrustaciones de piedras semipreciosas que de seguro algún día fueran brillantes. Tras esa puerta se hallaba el observatorio de los vientos del cielo, una enorme cúpula del bronce encantada para mostrar el ardiente viento de las estrellas. Dudaba que fuera una muestra de generosidad de esos magos, de seguro no querían tener problemas para mover sus pesados equipos de observación

Si las historias eran ciertas, la puerta era la representación de la fría noche de invierno en la que se había erigido la primera piedra de la torre. Algo que solo se podía hacer la sexta luna nueva del año, y curiosamente esta noche sería la sexta luna nueva del año. Intentó  percibirle que había detrás, pero tanta magia en el aire nublaba sus sentidos. Era inútil

-Pasa, hace rato que se que estás aquí- Sonó una voz tras la puerta. El mago soltó una blasfemia y entró. La habitación carecía de ventanas pero estaba perfectamente iluminada por la magia. Estaban en el observatorio de la torre, no tenía paredes, el piso y la cúpula de  bronce limitaban esa amplia estancia
-Te has tomado tu tiempo- Continuo la voz, cuyo origen permanecía oculto-¿Ya te has cambiado ese nombre, tipo?
-Sabes como es esto de los magos errantes Thylzos. No tenemos más nombre que el que nos da la gente de los lugares a donde vamos- Respondió con calma- En estas tierras no he sido muy afortunado
-No debiste unirte a esa orden cazadores de piedras malditas-Una enorme columna de humo surgió en el centro de la habitación, al dispersarse dejó ver a un joven apuesto con una clásica túnica rojiza de los magos del fuego- Ahora no eres nadie, al igual que ellos. Si es que queda alguno con vida
-Como te lo dije antes, no quiero gloria- Con un ademán El tipo hizo aparecer un largo y báculo desgastado, aunque con una pequeña pero brillante gema azul en la punta- Por cierto, ya no tienes esa cicatriz en la cara. ¿Qué te has hecho?

Thylzos soltó una sonora carcajada, sus peores temores se estaban confirmando
-¿De veras quieres luchar conmigo usando eso? Sabía que eras tonto, solo uno confiaría en las palabras de un vagabundo y le pagaría por ellas- Con un Ademán similar hizo aparecer un reluciente báculo finamente tallado y con una oscura gema rojiza incrustada.- Pero nunca pensé que considerarías usar una gema Dilg en un duelo. ¿Acaso olvidas que con cada conjuro se desestabilizan más y más hasta que es imposible encausar su flujo de poder?

Hubo silencio, El tipo quedó petrificado al ver la gema de ese báculo. Era lo que había venido a buscar, una gema consumidora de almas, pero verla tan opaca solo quería decir una cosa. El alma de Thylzos ya se había quemado por completo y transformada en poder, de lo que había sido solo quedaba su arrogancia. Ya era tarde

-¿Eres conciente de lo que has hecho?-Dijo por fin-¡Destruiste tu alma por apenas unas semanas de poder!
-Doce días para ser exactos, pero todo tiene su razón de ser.¿Por qué crees que te hice venir?- Un rayo azul surcó la sala hacia Thylzos, esa fue su respuesta. El golpe fue directo, pero en donde el estaba solo quedó una túnica llena de escarcha. Era un truco
-Jaja, esperaba eso de ti- Sonó la voz de Thylzos en la sala- No has cambiado
-Sabes lo que dicen, los magos de hielo nunca cambian- Le siguió la conversación mientras su mente lo buscaba. Había caído en el truco más viejo de la historia y desperdiciado una buena cantidad de energía y desestabilizado su de por si inestable Dilg, no podía volver a fallar- ¿Tú te has visto al espejo Thyl? Tu apariencia puede ser hermosa pero solo es una ilusión. Lo sabes
-Estabas viendo una ilusión
-No creo que ese señuelo no mostrara como te ves ahora, eres demasiado vanidoso. Pero también sabes que es una mentira, te ves como crees que eres. Puedes engañar a los ojos pero no a un espejo

Thylzos seguía en el observatorio, o por lo menos su gema. El aura que salía de esa piedra maldita era perceptible incluso con tanta magia flotando. Seguía escondido tras una ilusión, fingiendo ser parte de la cúpula de bronce o del piso. Pero lo extraño era lo que había hecho, era cierto que siempre había querido poder, pero también quería conservarlo

-Bien, como te estaba diciendo antes de que me interrumpieras, te hice venir porque te necesito. Me tomó tiempo dar con la manera de rasgar la barrera entre nuestra dimensión y el...
-¡Estás loco!- Él no podía creerlo, aunque eso explicaba tanta magia- Entre las dimensiones hay mucha más magia que dentro de ellas. Si la barrera cae esa energía entrara como un río a nuestro mundo, desfigurando toda la materia que toque ¡Esta tierra no lo resistirá!
-De nuevo sabía que reaccionarías así, me aburres.- Una pequeña llamarada surcó el aire desde el otro lado del observatorio rumbo a El tipo, que apenas tubo tiempo de esquivarla- Ya se ha hecho y lo sabes
-Si, al abrir una pequeña brecha en la barrera fue como los Elfos de la luna se transformaron en Drows. Gracias al poder que obtuvieron es que hicieron piedras como la tuya y por eso inició la guerra de los Hermanos, no eres el único amante de la historia
-Ellos perdieron el control del hechizo y tuvieron que usar sus propias almas para absorber el torrente de magia, por eso se corrompieron. Yo soy superior a eso, no cometeré los mismos errores
-Cierto, ya no tienes alma que usar. ¿Y exactamente que piensas hacer con todo ese poder?- La magia se agolpaba un poco en la punta opuesta a donde había salido la llama, solo necesitaba un poco más de tiempo-¿Ser un Dios?... La historia siempre se repite, muchos han querido ser un dios, algunos incluso lo lograron. Pero su legado o termina en ruinas o corrompido por sus súbditos o ellos mismos
-¿No te has preguntado por qué no te he matado aún? Hasta ahora solo he afinado un poco la barrera, esto no es más que una pequeña filtración- Dijo Thylzos con un tono burlón.- El poder de esta gema solo me permite preparar el camino para esta noche, pero me permite hacerlo solo
-Increíble, te has vuelto muy poderoso Thyl- Dijo El tipo mientras lanzaba en vano más rayos azules aunque menores hacia donde la magia de la sala se hacía más turbulenta, prueba de un conjuro o de que estaba totalmente confundido por la presencia de tanta energía en la sala- Alguien tan poderoso debería de ser capaz de vencerme usando este Dilg, de seguro no sentirías dificultad en enfocarlo
-¡¿Por qué clase de idiota me tomas?!- Protestó con furia Thylzos. Una fría lágrima recorrió el rostro del mago de hielo al oírlo
-Me partes el corazón Thylzos...solo alguien cuya alma se entregó sin ninguna clase de resistencia habla así
-Los magos de hielo no sienten. No me engañas, y si no lo haces tampoco me importa
-Puede ser...Ahora muéstrate que no pienso quedarme todo el día
-Como desees

Un circulo de fugo rodeo al mago del hielo, un poco más y lo hubiera encontrado. Pero ahora era tarde, el calor de las llamas era tal que ninguno de sus hechizos podría salir de aquella trampa. Thylzos emergió desde las juntas de las baldosas del piso con una mirada despectiva

-Eres una gran decepción, normalmente los duelos entre colegas de nuestras escuelas son algo épico, este ya ha terminado. Este fuego es más de lo que parece, arde con tu energía, no la mía. Pronto se extinguirá y no podrás ni enfriar una bebida por días. Considéralo como tu pago por arruinarme aquella ropa
El tipo juntó toda la energía que pudo en ese momento y la lanzó contra su oponente, no era un conjuro, era la descarga de una corriente desbocada de energía proveniente del Dilg. Desesperación pura que solo sirvió para avivar las llamas
-Es inútil, aunque por mí sigue así. Terminaremos antes

Tenía razón, podía sentir como su mente se nublaba rápidamente si no hacía algo pronto todo terminaría, el hielo no podía pasar por las llamas pero tal vez el vapor sí. Con sus últimas energías formó una gruesa pared hielo entre él y el fuego, pero no tenía suficiente energía como para ordenar el flujo de poder de su Dilg. La barrera tenía montones de depósitos de agua líquida en su interior que no tardaron en hervir antes que el hielo mágico se derritiera. La frágil pared sucumbió ante la alta presión del vapor que escapó con violenci, robándole el aire a aquel fuego y dispersar montones de filosos fragmentos de hielo en todas las direcciones

No supo si estuvo inconciente ni cuanto, lo siguiente que supo es que se encontraba tirado en el suelo con sabor a sangre en su boca. Sus ropas estaban llenas de tajos y sentía como si tuviera fríos clavos clavados en varios lugares del cuerpo, pero al parecer en ningún lugar vital. Trató de incorporarse pero sentía diversas puntadas al tensar cualquier músculo. Apenas pudo mover la cabeza

-Felicitaciones- Sonó la voz de Thylzos desde lo alto, el anterior también había sido una ilusión, de lo contrario debería haber muerto- Conseguiste apagar el fuego que tanto tiempo me tomó encender. Pero mírate, estás acabado
"Sin embargo siempre creí que eras un mago con potencial, lo acabas de demostrar. Lo único que necesitas es unirte a un líder carismático"
-Avísame...cuando haya uno- Dijo escupiendo sangre, estaba peor de lo que parecía.
-De nuevo sabía que dirías eso- Con un chasquido de los dedos, Thyl creó una pequeña llama sobre el pecho de El tipo. Muy caliente pero tolerable- La cosa es así, si te mueves y te mueres
-Muy...original, lástima que no eres capaz de ver que de todas formas no me puedo mover- El calor de la llama aumentó un poco-¿Te has tomado tantas molestias para quemarme poco a poco?
-Después de las grandes herejías que has hecho contra los tomos sagrados del Señor de los Anillos no sería extraño. Sin embargo no soy yo quien te hará pagar esos pecados. Estás aquí por otra razón
-¿Mis pecados contra el Hobbit?- Estaba intentando ganar tiempo, con sus últimas fuerzas estaba levitando un pequeño trozo de hielo a las espaldas de Thylzos. Tenía mocha la punta pero si le daba suficiente velocidad no importaría
-Ganas no me faltan, sin embargo no te mataré. Verás, para contener el flujo de magia los elfos de la luna primero usaron corteza de sus árboles inmortales, pero estas no tardaron en absorber todo lo que podían y el flujo se desestabilizó. Más que por accidente que por intención, descubrieron que las almas son lo mejor para contener tanta energía, por lo que sin dudarlo usaron las propias
"Lo que ellos no sabían es que sus almas llenas de ambición de poder no eran las más apropiadas para este fin. Tras repasar los pocos registros de esa ceremonia que sobrevivieron a la guerra siguió al poco tiempo he descubierto que se necesita un alma especial. Una que vague por el mundo haciendo lo que muchos consideran el bien, pero que no lo haga por ser pura de corazón, sino por testarudez...¿Conoces a alguien así de casualidad?"

El trozo de hielo surcó silbando la habitación chocando con un fuerte sonido metálico el  lado opuesto de la cúpula. Los ojos de Thylzos eran una mezcla de sorpresa y horror, el hielo le había atravesado limpiamente el corazón. Su cuerpo no desapareció dejando sus ropas vacías tiradas en el suelo, era el auténtico. Tardó varios minutos en caer, como si se resistiera a que sus deseos de poder se deshicieran en la nada. Pero le fue inútil

El tipo se quedó tirado un largo rato, la cabeza amenazaba con partirse del dolor pero tenía que salir de allí. Uno a uno, fue sacando los cristales de hielo que tenía clavados en el cuerpo, lentamente los hacía flotar mientras cerraba con frío las heridas internas. Si un curandero llegaba a ver lo que estaba haciendo lo mataría, a la larga estaba aumentando el daño y dificultándole el trabajo a él. Pero si no lo hacía no podría levantarse y pedir ayuda, con un poco de suerte en el piso anterior aún quedaría alguna de las palomas mensajeras de los magos del viento. Tenía que llegar hasta allí

Uno de los cristales salió mucho más fácil que el resto, al contemplarlo vio que se trataba de su Dilg, eso le recordó a lo que había venido. Tenía que unirlo con la gema consumidora de almas para que esta desapareciera, un Dilg inestable era lo único que podía destruir esas piedras malditas. Estiró la mano para tomarlo, el frío había aliviado el dolor pero sus movimientos eran torpes. El Dilg se había desprendido de la madera a la que estaba sujeto por la fuerza liberada con la destrucción de la barrera

Torpemente lo tomó con la mano, el frío mitigaba el dolor pero de ahí a darle una buena movilidad había un buen trecho. A acercarlo pudo ver que se había agrietado por el maltrato recibido, era una suerte que no se hubiera liberado el caos de su interior destruyendo todo el observatorio

Lo contempló por un largo minuto para luego hacerlo a un lado, solo para ver la cara jovial de Thylzos sobre él
-Buen intento, pero inútil- Con orgullo mostró el orificio que le había dejado el hielo donde antes tenía el corazón- Para que alguien muera tiene que poder sangrar, y yo...¡NO SANGRO!

Thylzos se inclinó sobre él con la mano derecha envuelta por un fuego negro que no podía significar nada bueno. Despacio la paseo por delante de los ojos de El tipo, casi como saboreando lo que iba a hacer
-Me has causado muchos problemas, pero aún así conservo los buenos modales- Decía lleno de júbilo- ¿Tienes algo que decir antes de que use tu alma de esponja?

El tipo dio una inspiración tan fuerte como le permitió el dolor. Todo o nada, se dijo a si mismo. Con violencia golpeó el pecho de Thylzos con la mano conque agarraba al Dilg, justo en el pequeño orificio donde había pasado el hielo
-Donde el cuerpo no pasa... el espíritu se mueve, a donde el espíritu va el cuerpo lo sigue
Su mano se hundió hasta el comienzo de los dedos en el cuerpo de Thylzos, no tenía fuerzas para repetirlo y penetrar más. Pero tampoco lo necesitaba, los dedos no tardaron en expandirse y asegurar la mano. Como pudo deslizó el Dilg en el interior de Thylzos, con tanta presión no tardaría en romperse
-¡Qué intentas hacer!- Aulló Thylzos
-¿Por qué crees que  no quedan muchos cazadores de piedras malditas?- Contestó El tipo- La destrucción de piedras como la que usaste requiere liberar grandes cantidades de energía turbulenta, algo que solo se puede conseguir destruyendo un Dilg muy usado, por eso luché usándolo- Thylzos lo abofeteó con la mano en llamas, sintió que se le quemaban hasta los huesos, cuando pudo siguió.- Hasta ahora ninguno de nosotros a podido escapar con vida de la explosión de un Dilg. Parece que después de todo no seré la excepción
-¡¿Pero porqué?! ¿Vas a dar tu vida por destruir una simple piedra?
-Si

El cuerpo de Thylzos se iluminó, primero de rojo que dio paso al azul. Después de eso ninguno supo nada más

Pasaron varios meses antes de que se conociera que los pisos superiores de la vieja torre de los vientos del este se habían venido abajo, y nadie supo el porque. Solo lo supieron los pocos cazadores de piedras que quedaban, quizá un día, cuando ya no quedaran piedras se podría hacer públicos tantos sacrificios sin sentidos. Pero si se supiera ahora que con esas piedras se podía romper las barreras entre las dimensiones jamás terminarían

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Khram Cuervo Errante

Querido alumno de la Escuela Oficial de la Galaxia Que No Conoce Ni Dios, si estás leyendo este texto, es que no pasaste el nivel básico de educación básica (sí, ése que aprueba hasta un chimpancé) y debes recuperarlo en un examen extraordinario, motivo por el cual intentaremos explicarnos de la manera más clara posible, a fin de que incluso alguien de tu nivel pueda entendernos. Deseamos que al menos haya notado al leer el título, que el capítulo que procede habla de cómo se sucedieron los hechos en el planeta Tierra en una época concreta entre los siglos I y XXV.

Como suponemos, esperamos, que sepas, los líderes de este recóndito territorio nunca tuvieron buena fama. Iban desde psicópatas con complejo de superioridad hasta individuos de inteligencia similar a la de usted, es decir, casi nula. Cuando se llegó a la democracia, a pesar de lo que decían los rumores entre la plebe, la situación no mejoró. Como bien resumió George Bernard Shaw, "La democracia sustituye el nombramiento hecho por una minoría corrompida, por la elección hecha merced a una mayoría incompetente", pero el fin de este texto no es hablar de las múltiples contras de este "sistema" político.

Un día, todos los proletariados del mundo decidieron reunirse para cambiar todo esto. Tomaron la decisión de que dicho congreso (El Congreso) se realizaría en un lugar donde ninguno de sus supuestos representantes se acerque jamás por mucha necesidad que tengan. Así que pensaron que debía ser un lugar sin hoteles de lujo ni sitios donde se pueda fardar de poder adquisitivo. Motivo por el que concluyeron que lo mejor sería ir a la ciudad donde Dios perdió las llaves de su coche, es decir, en la capital de Sierra Leona.

Allí, en esa ciudad de pequeño tamaño, se congregaron todos los trabajadores honrados y los no tanto del globo. Desde los constantes y esmerados chinos hasta los hispanohablantes más perezosos. En concreto, poco más de cuatro mil millones de personas se reunieron felizmente en la ciudad. El alcalde estaba tan contento del repentino interés turístico que había adquirido su urbe que prometió públicamente no volver a cometer fraude fiscal. Una vez llegados todos los invitados, comenzó El Congreso. En él, se decidió que para solucionar esta situación, se elegiría por votación popular una persona a la que darían Superpoderes políticos, sociales y económicos (como la habilidad de volar por encima de las leyes, de lanzar rayos X a la oposición o de ver más allá de los precios psicológicos) y que sería el indicado para salvar el futuro de la humanidad.

El sistema electoral elegido sería indirecto. Cada familia votaría su representante, cada comunidad de vecinos el suyo entre los de cada familia, cada barrio el suyo entre los de cada comunidad, etc., etc. Al final, quedaron dos que competirían entre sí para ver quién recibía los Superpoderes. Ellos eran: Thylzos, un sujeto de metro ochenta, esculpido por el gimnasio, de facciones atractivas, inteligencia sobrenatural, molón a más no poder y con una habilidad innata para esa actividad en que estás pensando y ésa otra que realizaste esta mañana y El Tipo, uno del que nunca se llegó a saber su nombre y al que siempre mencionaban como: "Ése tipo que compitió contra El Magnífico", apodo que se atribuía a su rival.

Después de unas devastadoras votaciones donde el malo de la peli, ése que no era molón, sólo consiguió que tres personas lo apoyaran (se cree quienes lo votaron fueron él mismo, su otra personalidad y su madre) Thylzos salió vencedor y ganador de un exclusivo kit de Superpoderes que únicamente se fabricó una vez y encargado de deshacerse del anillo único que poseía. Luego de esto se hizo una fiesta a nivel mundial que buscaba no hacer mucho ruido, no vaya a ser que los políticos se enteren de lo planeado. Lo que nadie sabía, es que en lo hondo del perdedor se estaban desarrollando unos rencorosos sentimientos que desembocarían en la mayor catástrofe que hayan podido sufrir alguna vez los humanos.

Una vez acabadas las necesarias celebraciones, llegó el momento de ponerse manos a la obra. Decidieron que la mejor forma de sobrellevar la situación era un único golpe a un lugar clave y listo, conseguirían el dominio del mundo para imponer de una vez por todas un sistema basado en el amor y el sexo sin compromisos. Como es lógico, ese ataque tendría que ser llevado a cabo el sitio donde se tomen las decisiones, así que se eligió la Casa Blanca de los Estados Unidos de América. A todo esto se concluyó después de un largo debate de posibilidades, entre las que se barajó utilizar modelos macizas para hacer llegar mensajes subliminales escondidos en su escote a hombre heterosexuales y lesbianas, tomar el campo de fútbol Bernabéu, argumentando que es uno de los lugares que más atracción provoca, o montar un hiper-orgía, pero a esta última opción no se le encontró utilidad más allá de la evidente y se dejó para más tarde.

Para lograr el objetivo, había que preparar un plan de ataque. Motivo por el cual, Thylzos, El Magnífico, El Portador del Anillo, El Elegido, El Niño que Sobrevivió decidió formar un consejo con los que serían sus oficiales de guerra. Como era una persona sin defectos, ofreció a El Tipo ocupar un cargo en él, en mustra de buena fe, cosa que éste aceptó de inmediato. Así, comenzaron los preparativos del atentado. La gente estaba tan pendiente de lo pudiese pasar, que los dirigentes empezaron a sospechar que algo iba mal y temiendo no salir elegidos en las próximas elecciones, subieron sueeldos, bajaron impuestos e hicieron todas esas cosas con que pasaban el tiempo las clases políticas del lugar.

El plan de ataque, consistía básicamente en un simple concepto, a El Tipo le gustaban las cosas simples: táctica de distracción. Básicamente consistía en que el perdedor electoral intentaría seducir al guardia de la Casa Blanca, conocido organizador de la cabalgata del orgullo gay, mientras Thylzos se escabullía al interior a dar caza a los representates y obligarlos a abdicar bajo su innegable domino. Los convencería recurriendo a métodos poco ortodoxos: comenzaría por chantaje, seguiría comerciando, si eso fallaba recurriría a la amenaza, para desembocar con la proposición educada y terminar con la súplica adornado con llanto.

Después de una ingente cantidad de tetas, tacos, zombies, sangre, miembros amputados, explosiones y espíritu patriótico americano, los miembros del escuadrón de ataque llegaron a los Estados Unidos de América. Iban a entrar por la puerta grande, pero los del aeropuerto decidieron cerrarla y tuvieron que ir por la pequeña, pero aún así la gente los saludaba al pasar y las chicas se arrojaban, literalmente, hacia Thylzos, el Elegido Magnífico que portaba el anillo y que era un niño que sobrevivió. Así que nuestro héroe se puso el instrumento forjado por Sauron, no sé si comenté que se lo había dejado su tío abuelo antes de desaparecer misteriosamente; preparó su varita mágica, tantos años de estudio en Hogwart tenían que servir para algo, y se acomodó la chaqueta. Había llegado el momento de entrar en acción.

Dispuesto a solucionar dos problemas de una y tirar el anillo por el Inodoro del Destino a la vez que salvaba la Tierra de los tiranos, se fue junto con El Tipo a la Casa Blanca. La táctica de distracción salió mejor de lo que esperaban (alguien se iba a divertir esa noche) y pronto estaban dentro del edificio. Lo primero que hicieron fue buscar los presidenciales baños. No les costó mucho, pero se encontraron con que estaban cerrados con llave. Sólo había una solución posible, pero implicaba hacer magia en una zona muggle cuando ambos eran menores de edad y eso podía conllevar a la expulsión de la Escuela de Magia y Hechicería. Pero el Portador del Magnífico anillo elegido por el niño que sobrevivió tenía un valor sobrenatural y se lo jugó todo a un "Alohomora".

Las estancias estaban en un magistral estado. Daba pena ensuciarlas con las zapatillas todas manchadas de andar por la calle, así que se entretuvieron discutiendo si debían o no debían quitárselas. Llegó a tal punto su desacuerdo, que unos guardias que pasaban patrullando por ahí los oyeron y se acercaron a ver qué pasaba. Cuando les contaron la situación, estuvieron de acuerdo en que era una pena echar a perder el increíble trabajo de las limpiadoras, incluso se comprometieron a que ellos también se descalzarían.

Una vez solucionada la primera controversia, fue momento de poner manos a la obra. Se acercaron acechantes al Inodoro del Destino, conscientes de que sería el primer paso para que toda la Casa Blanca se rinda a sus pies y así salvar al pueblo de sus tiranos políticos para someterlos a un demagogo perfecto. Pero en ése momento, Thylzos descubrió la trampa. Él se había puesto el anillo nada más llegar a los Estados Unidos ¡y lo había visto todo el mundo!. Justo cuando cayó en cuenta de la situación, El Tipo desapareció en el aire y comenzó a azuzarlo desde distintos puntos aprovechando que no lo veía. Entonces el joven Elegido que había portado el anillo y que era un niño magnífico que no se sabía si sobreviviría, empezó a dar vueltas sobre sí mismo intentando repeler las fuerzas invisibles que luchaban por vencerlo. El resultado lógico de esto es que acabó mareado. Así que pidió una tregua para recuperar el aliento que su rival aceptó sin problemas, ya que él también estaba cansado. Nuestro héroe fue a sentarse al Indoro del Destino con la mala suerte de que alguien se había dejado la tapa levantada y se cayó dentro de él perdiéndose para siempre. Así fue como la avaricia y la envidia de las personas acabaron con la única esperanza de la Tierra.

Preguntas para después de la lectura:

1º- Durante mucho tiempo se argumentó muy erróneamente que Thylzos tenía un claro problema con el narcisismo, explica por qué esto es incorrecto.

2º- Thylzos está asociado con muchos de los héroes modernos de la época, señala cuáles y explica por qué es mejor esta mezcla de poderes.

3º- ¿Qué sentimientos de forma metafórica representa El Tipo?

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