Mafia Absurdos [Finalizada]

[Rayd]

Dios Rayd... que le has confirmado tú, cojones... y tenemos a Campanilla...

Pero el pulpito ha hablado.

[Memdenoch]

[Lance]

A mi me gustaría saber la opnión de Yoyo que hoy no ha hablado...

[culunguele]

Mas claro no he podido explicarlo rayd, dartan me ha dicho que he hecho el tonto y yo no lo considero asi por eso he explicado todo lo que he hecho.

[YoYo]

yo estoy entre que culunguele es padrino o que risl es mafias por ser campanilla

Pero como culunguele no ha atinado ni un mafioso y rayd sí, pues me decanto por él

[YoYo]

y ahora es cuando os digo que confundo a rayd con raul y no sé de cual sospecho en realidad

[YoYo]

Ah no, lo mejor es que los he mezclado a los dos
quien cojones es campanilla?

[YoYo]

va, ftl
desvoto voto risl

que me he de ir

[Der Metzgermeister]

· Recuento de votos:

Estif: 2 votos (Anónimo, Galrauch)
Culunguele: 2 votos (Risl2, Rayd)
Risl2: 5 votos (Dartan, Estif, Culunguele, Lance, YoYo)


Con 9 jugadores es necesario 5 votos para linchar.

Tenéis hasta las 23:59 del jueves 14 de Julio para linchar.

[Der Metzgermeister]

La noche acaecía una vez más. El sol se estaba poniendo, así que debían tomar una resolución. Y tenían que tomarla ya. En la plaza del pueblo, encima del tablao, una figura permanecía tumbada, con la cabeza atrapada por unos artilugios de madera. El escaso público del pueblo vitoreaba y vociferaba ante el nuevo espectáculo de sangre como si fueran 100.000 personas las que ocuparan la plaza. ¿Acaso no serían los mafiosos quienes estaban tan contentos mientras los ciudadanos sentenciaban al último de los suyos?

La única luz que iluminaba la plaza era la del contador. Un gran cinco.

Todos miraron de soslayo a Dartan, el autor confeso de todo aquello. ¿Qué tramaría?

Pero la sentencia ya estaba dictada. No había vuelta atrás. Desde lo alto de unos postes de madera, una hoja afilada cayó al movimiento de una cuerda. Algo pequeño y ligero cayó en el cesto que había en el suelo.

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Con la vista fija en la lista para ver si había algún nuevo cambio, hubo un pequeño destello. La luz desapareció y reapareció. Todos miraron y se estremecieron. El regocijo se volvió a convertir en terror, miedo.

Con la entrada de la noche, el número había cambiado por otro.

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La cuenta iba más deprisa de lo que creían. Todos se fueron con cierto temor a sus casas y...

Oh, wait... si la lista se ha caído del pilar. ¡Ya no queda ningún mafioso!

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