CientoSeis

Dos hombres caminan con el pico echado al hombro. Han vuelto a abrir las minas y es hora de ponerse a trabajar.

- Oye, Breth, ¿qué le pasa al tabernero? Desde ayer le veo un poco inquieto.

- Debe ser por ese borracho que dejaba dormir en su taberna día sí y día también. Derrin anda preguntándole a todo el mundo si se le ha visto por alguna parte. Por lo que dice lleva sin pasar por la taberna desde ayer en todo el día.

- ¿Y cual es el problema? Un borracho menos. Habrá elegido otro pueblo donde ir a ponerse tibio de cerveza...

- Según Derrin, ese hombre lleva ahí mucho tiempo. No se iría así como así. El tabernero dice que es un hombre agradecido, que paga todo lo que bebe y que, aparte de estar ahí sentado, mirando a la nada, es inofensivo. Está preocupado.

- Este Derrin... todo lo que tiene de grande, lo tiene de tonto... Oye, y cambiando de tema - continúa - ¿has oído lo del fantasma?

- ¿Un fantasma? ¿Dónde?

- Pues en la mina. Ayer oí por casualidad al jefe de capataces comentarlo con el alcalde. Hay quien dice que ha visto al mismísimo Gaavah pasearse entre los viv... ¡¡Oye!! ¿Dónde vas tan corriendo?

Breth, tirando el pico al suelo, sólo acierta a decir:

- Yo no quiero saber nada de aparecidos.

Maldición!, les perdí el rastro y por si fuera poco he tenido que pasar la noche durmiendo bajo un árbol. Bueno vayamos a otra cosa, el tabernero me dijo que podía encontrar algo de trabajo en el almacén de maderas o en la mina y no me apetece trabajar bajo las ordenes de un mydonita, así que hacia la mina.

Voy hacia la mina y grito a ver si consigo encontrar a alguien y poder hablar con él.

-Hola! ¿hay alguien aquí?

Llego a la cantera y enseguida noto que la ausencia de trabajadores, al menos por los que había visto cuando el accidente esperaba más. De seguro estan trabajando en los túneles.

Finalmente veo un hombre bastante corpulento (Clave) y me hacerco a él.

-Disculpe ¿sabe donde está el capatáz?

- Vaya, vaya quien me iba a decir a mi que yo tendría tantísima suerte...
- Tu y tu amigo erais los que estuvisteis corriendo hacia el bosque despues de montar aquella escabechina en el convento, ¿me equivoco?

Digo cuando veo al hombre.

- Dime amigo, ¿por casualidad tu o tu amigo tuvisteis algo que ver en la muerte del monje? Dependiendo de tu contestación esto puede ser una muy agradable velada...

Agarro la empuñadura de mi espada mientras termino la frase.

Doy un paso atrás. Por Brishna, en la que me he metido. Mientras miro la empuñadura recuerdo que esta mañana no había hecho mis oraciones. O Diosa, no seas tan cruel.

Intento mantenerme concentrado, algo me decía que si intentaba paralizarlo mi cabeza rodaría por el piso antes de terminar la primera palabra. Lo mismo si intentaba garrar el sol de mi collar (o lo que tenga con el símbolo de Brishna). Necesitaba tiempo...
Debí decirle a Dheón a donde iba.

-Gaavah era mi hermano de fé. Jamás le habría hecho daño.

Da un paso hacia atrás y alterado me responde, yo miro a sus ojos directamente y le respondo mientras suelto la empuñadura de la espada.

- Tus ojos no mienten compañero, siento el mal trago que te he hecho pasar pero después de ver los cuerpos en el convento pensé que vosotros erais los asesinos de Gaavah

Coloco mi mano sobre su hombro para calmarlo y vea que mis intenciones no son malas.

- Me alegro que alguien como tu este aquí para trabajar también, si quieres luego de cobrar podemos ir a la taberna y charlar un poco, quiero contarte algunas cosas. Por cierto no me he presentado, mi nombre es Tyr, Bortai del clan del caimán, encantado.

Suspiro aliviado aunque sin poder dejar de temblar, si me iba a matar al menos no sería ahora.

-Va-vaqanesh, sacerdote de Brishna.

Del pozo emerge un hombre que podría llevar toda Majapiedra sobre sus hombros si se lo propusiera.

- ¿Quién sois y qué queréis?

Aún un tanto alterado me dirijo al minero.

-Buenas tardes venimos buscando un empleo. Me llamo Vaqanesh.

- ¿Un empleo? ¿De qué? Porque este compañero tuyo parece que vale su peso en leones, pero... ¿qué quieres hacer tú, alfeñique?

-Mi compañero es tan capaz como yo, lo puedo asegurar

Exclamo con una pequeña sonrisa.

- ¿Seguro? ¡A ver, tú! ¡Vacatrés o como sea que te llames! Coge ese zapapico y bájate al pozo. Te quiero sacando carbón a la de ya. Tú, bortai, la pala. El carbón que éste saque, lo cargas en el capazo y te lo subes.

Miro al Bortai agradecido, pero estaba seguro que solo lo quería para saber más de lo que habíahecho el día anterior. Como fuere tenía trabajo y se lo debía. Además me daba curiosidad que relación tenía con Gaavah

Levanto el pico diciéndome que no puede ser tan pesado. No tardo en darme cuenta lo equivocado que estaba. Como puedo cargo el pico al hombro y sigo al capatáz.

Clac clac clic clic clac

No estaba seguro de cuanto tiempo llevaba en aquel pozo pero lo seguro era que las fuerzas no tardarían en fallarme. Hago una pausa para secarme el sudor de la frente y miro a mi "nuevo amigo". El ya había desaparecido el cargón que había arrancado. Tomé una profunda bocanada del aire viciado de la mina y volví al trabajo.

Entretenidos como estaban, apenas se dieron cuenta.

Entre molesto y enfadado, un fantasma se elevó en entre la oscuridad del pozo de la mina y se puso a ulular. Los trabajadores de la mina huyeron despavoridos...

Clac clac clic... ¡¡PLAF!!

No solo había errado el golpe a la pared sinó que había soltado el pico. Estaba agotato, necesitaba un respiro. No tardo en darme cuenta que el carbón se había acumulado, la ilusa idea de que podía aguantar más trabajo físico que el Bortai flota en mi mente unos momentos. Hasta que lo veo firme con una mano cerca de la empuñadura de su espada. Sigo su mirada hasta ver al fantasma, me resultaba familiar.

-Ga-Gaavah... ¿eres tú?- Había una clara nota de terror en mi voz.

NdM: acá.

El fantasma te sigue mirando desde lo alto, pero no parece reconocer tu voz.

Era Gavaah, no me cabía duda.

-Gavaah, necesito tu ayuda. Es Dhéon...  Lo que te ocurrrió lo está consumiendo. Temo que si se le pone un punto final pronto se perderá a si mismo.

El espectro sigue mirándote sin reconocerte, pero te señala hacia dentro del pozo.

Al oír al sacerdote hablar con el espectro giro la cabeza mientras sigo en guardia para decirle:

-Vaqanesh lo conoces?

-Creo que es Gavaah. O al menos su alma... Debo ir, ya sea que esto no sea más que una trampa debo ir. Tal vez sea mejor que valla solo.

Dicho esto tomo una antorcha y sigo las instrucciones del fantasma.

Esperando decisión de Clave...

- No creo que sea muy buena idea ir solo, ¿estas seguro de ello?

Lo miro con una extraña sonrisa.

-No. Pero si esto sale mal serían 2 fantasmas más en la mina en vez de uno.

Los dos os adentrais en la mina. Es vuestra decisión y sabéis que tenéis que llevarla hasta las últimas consecuencias. Es difícil, porque a cada paso que dais, todo se hace más oscuro.

Vaqanesh conjura una luz sagrada que os guía. El fantasma no se separa de vosotros.

Llegáis al fondo del pozo y encontráis una figura envuelta en pelo grueso, como si fuera un oso. Dispuesto a luchar, el bortai apresta su herramienta. No es una espada, pero un golpe bien asestado podría matar al animal. El ruido que hacéis despierta a la figura que os mira furiosa. No es un oso, es un hombre envuelto en una capa de pieles.

Con una gran rapidez, el hombre salta hacia vosotros. Lejos de atacaros, se lanza a la huida y pasa entre los dos sin que os podáis mover: estáis enredados en una especie de hiedra.

Ya había sido lento una vez y había terminado en deastre, no podía serlo de nuevo.

-Por el divino poder de la diosa de la luz, invoco parálisis divina.

Siento como la hiedra cada vez está más apretada, no puedo esperar a ver si surte efecto o no la parálisis. No sabía que tan eficaz sería pero tenía que intentarlo, por si acaso bajo la pera para que no me extrangule a la mitad antes de volver a hablar.

-Por el divino poder de la diosa de la luz, invoco anulación mágica

@Clave: si te mueves, corres el riesgo de que la hiedra te atrape más.

Tras la plegaria de Chavi, la hiedra cae muerta al suelo.

-¿Que esta pasando aquí? ¿Hay un mago detrás de todo esto?

Exclamo mientras me quito las hiedras que aun me agarraban.

-Podemos preguntarselo cuando lo alcancemos. ¡Vamos!

Podía sentir que las respuestas a todo esto estaban al alcance, no podía dejar pasar la oportunidad. Comienzo a perseguirlo gritando:

-¡No queremos hacerte daño, solo buscamos hablar contigo!

tras la respuesta de vaqanesh le sigo hacia algunas respuestas o una trampa, y lo descubriríamos demasiado tarde seguramente.

La carrera fue frenética, pero al fin vistéis dónde se dirigía el hombre que había salido corriendo. Se metió en el bosque, derecho aun claro.

Cuando vosotros intentastéis entrar, una mujer, alta y esbelta, con un color verdoso refulgiendo de su piel. Su rostro es benévolo. Lleva la hiedra en el cabello, el color terroso en su cuerpo y el azul de los mares en los ojos. Vuelve su gesto a vosotros y os dice, con la calma de un continente a la deriva:

- No puedo dejaros pasar.

- ¿por que motivo?

Exclamo refiriendome a la mujer, era mejor guardar los modales que ponerse agresivo en una situacion como esta.

- Te conozco, Tyr. Eres un bortai y un día te apartaste de mi lado. Eres libre de hacerlo, pero me dolió que... en fin, quizá con otra compañía...

El que buscáis está ahí dentro. En la orilla del río. Pero ahora no podríais sobrevivir si pasáis. Está furioso. No controla todo su poder. Podría arrasar todas las montañas si lo molestáis. No os dejaré pasar. Ni dejaré que lo veáis. Cuando os necesite, él acudirá a vosotros.

- ¿Quien eres tu? ¿Que quieres decir con me aparte de tu lado? ¿Y quien es esa bestia que aseguras puede destruir montañas?

Demasiadas preguntas tenia en la cabeza para esa "mujer" sobre mi pero ese extraño hombre que se encontraba mas adelante me tenia mas intrigado aun...

- Veo que me has olvidado, Tyr del Caimán. Deberías conocerme, porque de pequeño, me seguías.

¿Bestia? No es bestia. Es un hombre. Un hombre cuya fe lo ha vuelto loco.

De todos los males que conocía, la locura era el peor. Lo dudaba pero aunque fuera el responsable de lo que le había ocurrido a Gavaah no podía dejar de sentir lástima por el.

-¿Hay algo que se pueda hacer por él?

- ¿Y qué podrías hacer tú, mortal, que no hubiera podido hacer yo?

Bajo la vista, tiene razón. Por más que que quisiera hacer algo simplemente no podía.

-Nada... absolutamente nada.

- Sigues a una diosa venida a menos por su propia altanería, olvidada por su hijo, que fue el primer olvidado. Y la locura de este hombre es la locura de los dioses. ¡Cuanto mal se habría evitado si en lugar de ocuparos de las rencillas humanas, os hubiérais centrado en lo que os toca, sacerdotes!

En tus manos has tenido la clave y la has regalado. Búscala de nuevo, porque allí encontrarás conocimiento.

- ¿Pero quien eres y por que nos estas contando todas estas cosas?

- Soy la Madre de todo lo que vivo. Soy tu Madre, Tyr del caimán, aquella a quien una vez adoraste. Y os cuento esto porque ese al que intentáis ver es mi hijo, mi hijo más amado.

Miro con una increíble cara de asombro, la ultima vez que escuche de Shan Dru yo aun vivia en los pantanos de Bort, ¿como era posible que yo la estuviera viendo con mis propios ojos y a escasa distancia?

- Lo siento madre tierra, únicamente con una palabra tuya me bastara para dar media vuelta y no mancillar mas tus ojos.

- Eso depende de tí. Libertad o muerte. ¿Recuerdas?

Cabizbajo y recordando mi infancia, solo pude gesticular un bajo y vergonzoso...


-Libertad

- Y por eso no estás muerto ahora mismo, adorando a lo que adoras. Libertad o muerte. Eso también rige para aquel a quien buscáis.

¿Por qué ahora tanta urgencia? Os lo habéis encontrado antes, lo habéis tenido a vuestro lado y lo habéis tratado como a una escoria.

-¿ese borracho del que tanto oí hablar es él?

- Has tardado en reconocerlo. Creía que un bortai reconocería a otro.

Tras una caminata por la espesura, unas voces llegan a mis oídos y me dirijo a ellas. Al asomarme entre los árboles veo al rudo bortai con gesto arrepentido. Sigo su mirada y no puedo creer lo que aparece ante mí.
Esa hermosa dama solo puede ser...ella. La Madre de todo. Nunca me había planteado en demasía su existencia, creía que era poco más que una leyenda, un personaje de antiguas historias sobre druídas y caballeros. Ahora está ahí, frente a mis ojos. Yo, que nunca entendí la gran fe de mi maestro. La existencia tangible de Shium me parecía incompatible con la alquimia y la ciencia y ahora...
Caigo de rodillas, una sola palabra escapa de mis labios mientras mantengo la mirada fija en la aparición.
- Shan'dru

- En pie, hija mía. Te conozco, Alviatëa Merallan. Crees que la ciencia y la creencia no son compatibles, pero ¿de donde te crees que viene la alquimia? Yo soy la Madre.

Tú también le buscas, pero tú sí sabes quién es. Créeme, contigo hablará.

Me levanto despacio, como dándome tiempo para asimilar lo que estoy viendo y avanzo un par de pasos hasta colocarme a la altura del bortai.
- ¿Puedo verle? ¿Me contará cómo detener esta espiral de locura que lanza a unos hombres contra sus hermanos?

- Podrás verle.

Lo que habia ocurrido hace horas me habia dejado mal. Mientras veo a Alvea arrodillandose me detengo casi detrás de ella (Alvea). Sin atrever a mencionar una palabra, y asumiendo que era una presencia sobrenatural quedo en segundo plano, sin intentar mirarle los ojos.

Las palabras de Shan'dru me calleron como un balde de agua fría, sabía a lo que se refería. Y pensar que estaba seguro que no era nada más que un recuerdo de un ser querido... Tenía que ponerme a ello de inmediato, sin embargo tampoco podía dejar pasar el desprecio con que Shan'dru se refería al dios que seguía Tyr. Podía hacerme una idea de quien era pero el porque buscaba a los asesinos de Gavaah era algo que estaba más allá de lo que podía imaginar.

-Te agradesco la ayuda Shan'dru, si me disculpas voy a hacer lo que debí hacer hace tiempo. Solo espero que no sea demasiado tarde.- Luego me dirijo a Dheon.
-Tenemos que hablar.

- Libertad o muerte, brishnita.

La diosa os mira a todos y cada uno de vosotros. Se entretiene un tanto en la alquimista y luego, desaparece.

Ahora que Sham'dru se había ido considero que es un buen momento de preguntarle a Tyr.

-Tyr, antes que nada me gustaría saber algo. ¿Por qué buscas a los asesinos de Gavaah?

Debo haber visto a ese bortai en algún lado, quizás en la taberna. Escucho lo que le dice Vaqanesh a esa masa de músculos antes de dirigirme a el.

No creo que sea el momento de decirte esto delante de una divinidad que es madre de todo, pero puedes imaginártelo en la forma que reaccione cuando te pregunte si tu eras uno de ellos.

-Puedo imaginármelo si veneraras a Shan'dru y es claro que no es el caso. Aunque es cierto que en realidad la pregunta sería qué relación tenías con Gavaah. Èl era mi hermano de fé y para Dhéon fue como un padre.- Hago una pausa para evaluar bien mis palabras. -Creas lo que creas es claro que estamos del mismo lado. De eso no cabe duda. Pero si algo me ha quedado claro en estos días es que Gavaah tenía sus secretos. Secretos que quizá lo llevaron a su muerte. Cuanto más sepamos sobre él mejor.

-Hagamos esto.- Miro a Dhéon, cruciales o no en este embrollo, esos libros seguían siendo para él de los pocos objetos que tenía que le recordaran a Gavaah. Pasara lo que pasara debía asegurarme de que no los perdiera para siempre. -Si nos explicas tus motivos nosotros hablaremos de lo que parece ser el último trabajo de Gavaah. Puede que nos de una mejor idea de quien pudo matarlo.

Antes de darme cuenta Shan'dru ya había desaparecido y solo nos quedamos Dhéon, Vaqanesh conversando.

Muy bien os contare lo que sé, fui a ver a Gavaah debido a una misión en la que se me mando recoger algo de Gavaah pero lo unico que encontre fue al monje muerto y un extraño colgante con forma de "T" invertida, el cual creo que es del asesino. Aunque ya he perdido la esperanza de encontrarlo, seguramente ya haya escapado hace tiempo o eso espero...

"Recoger algo de Gavaah para una misión". Por alguna razón me sonaba más a "robarle para una misión". Aunque ahora ya podía esperarme cualquier cosa. Por más que me desagradara la idea confiaría en los motivos de una Diosa que si bien no detesto, no venero.

-¿Buscas unos libros sobre la Mabut'il Rahat, un pergamino o un caliz de misa? Faltan de la abadía desde la muerte de Gavaah, de seguro los tiene él. No me hace ninguna gracia que de ser recuperados no vuelvan a la abadía, preferiría hacerte una copia, pero supongo que la solución de esto lo vale.

Lo siento lo único que recogí fue ese colgante, no es mi costumbre coger algo que no me haya ganado. Sabéis a quien puede pertenecer o algo así?

-Creo que es un colgante de Rugan, dejame pensar... El mismo día que murió fue a verlo un ruganita, tengo entendido que Gavaah era su confesor. Debe ser de él...-Hago un esfuerzo por recordar su nombre.- Todavía recuerdo bien las nacionalidades de los que fueron a la biblioteca ese día pero no los nombres... Dame un minuto.


¿Recuerdo algo, aunque sea que hace unos días anoté más nombres en el registro?

No, sólo recuerdas ese nombre. Fue el único que fue a ver a Gaavah.

Cita de: Chavi en 22 de Marzo de 2010, 13:10

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.

-Si no me equivoco se llamaba Asthaar Deschain.

- Sabes donde podemos encontrarle?

-Tengo entendido que es un shun'karith. El problema es que después de lo que pasó en la puerta delTemplo dudo que les haga mucha gracia vernos a Dhéon y a mi por ahí.

Yo también tengo problemas con los ruganitas, aunque quizás la alquimista pueda verle...

Seguíamos todos allí plantados y con lo que acaba de decir la diosa de esa Bestia-hombre que ahí esperaba no me hacia demasiada gracia quedarme plantado ahí a esperar que perdiera el control y nos matara a todos.

Creo que aquí sobramos un poco, podríamos irnos a la taberna y discutir este asunto para planear algo allí, ¿No os parece?

- ¿Asthaar Deschain? Es uno de los hermanos gemelos. No puedo creerlo, después de lo que he leído estaba resignada a que el asesino fuese un ruganita pero a pesar de todo cuesta asumirlo...de todas formas las evidencias parecen palpables. Si creeis que es lo debido iré a intentar hablar con él, pero me gustaría antes tratar de encontrar al hombre que venía buscando.

Hay un sendero, pero no indica nada.

-No se... Alvea, tal vez no podamos acompañarte pero si lo prefieres podemos esperarte aquí. No creo que tengas problemas con el hijo de Shan'dru pero por si pasara otra cosa.

Olviden esto que sino no avanzamos más  :lol:

-De acuerdo Tyr, vamos. Antes de irme le digo n voz baja a Dhéon.-Despues me gustaía leer esos libros, parece que son importantes.

- Creo que iré a buscar al druida. Esperadme aquí si así lo quereis, y si no nos encontramos en la taberna.

Abro la pequeña bolsa que llevo colgada para asegurarme que las pociones siguen ahí y echo a andar por el sendero sin mirar atrás.

Me dirigi a Vaqanesh:-Desde luego, más tarde nos sentaremos a leer. Esperemos a Alvea.

Me siento en la hierba, mis piernas estan muy flojas.

-Pues si no soy una molestia, me quedare aquí

Me tumbo a la sombra de un árbol y espero a lo que tenga que venir aunque sea la mismísima muerte.

Veo, o creo ver, algo moviéndose por el bosque, allá a lo lejos. Me acerco y me encuentro con dos tipos sentados, reposando. Con oprecatividad, y desde el bosque, les pregunto 8dentro de su campo de visión):


-Bienaventurados señores, que hacen aquí reposando si no es molestia?

No tardo en reparar en los dos puntos de su frente. Era extraño ver a un mago, más con los problemas que estaban ocurriendo.

-Buenos días. Supongo que lo mismo podríamos preguntarte.

-Ah, sí. Es normal que me lo preguntéis, mas si no os importa, no busco vuestro infortunio, agradecería vuestra respuesta en primer lugar.

Vaya mago, pensé que habías perdido la cabeza cuando esa criatura nos libero de los calabozos, me alegra ver que me equivocaba. Respecto a tu pregunta no hacemos mucho, ahora esperar a una posible muerte y antes hablar con una divinidad.

Resulto en un tono mas burlon de lo que esperaba pero no podia hacer mucho mas, no sentia mucho aprecio por la vida de ese mago ya que sabia como eran y por cuanto se vendian, el solamente estaba vivo por haberme ayudado en ese monasterio.

Se oyó un ruido.

Algo se había movido entre la maleza y las ramas que había pisado habían crujido. Evidentemente, debía ser algo más grande que un gato o no habría hecho ruido ninguno.

Los allí reunidos se echaron manos a las armas, cada uno las que tenía más a mano. Preparados y tensos, listos para defenderse de lo que fuera, fieros gritos de batalla esperaban en las gargantas de unos y otros.

Nadie sabe quién fue el primero en gritar, ni quién el primero en seguirle. Pero ninguno tuvo agallas de matar a un borracho indefenso.

<<Ya me veía decenas de  shun-karith encima>>

-Deberíamos tumbarlo en el suelo y dejar que se tumbase, debemos saber donde ha estado: Hace poco le buscaban. Por cierto, no me intentes engañar con charlas sobre las divinidades, si me dices tal barbaridad es que algo extraño habéis hecho. Soy de fiar, si os puedo ayudar haré lo que pueda. <<Y quiera>> añado para mis adentros.

Me llamas mentiroso sin tener pruebas de ello y cuando todos los aquí presentes te habría dicho algo similar pero te daré un voto de confianza mago, dime estos días han habido muchos extranjeros con diversos propósitos aquí, así que cual es el tuyo?

-Siento haberte ofendido. Quizás mi costumbre de ser demasiado directo. Bien, quieres saber de mí, te contaré. Estoy viajando para estudiar, para entender los entresijos del mundo. Aquí pasa algo raro, no tenia pensado quedarme mucho pero... lo que nos salvó hace no mucho no era algo usual y me gustaría saberlo, aparte de otros motivos más bien personales, y bien, que hay de ti por aquí Bortai?

Voy cortarle la cabeza a un ruganita.

-Un buien propósito, la muerte como meta, hmm, quizás mos lleguemos a entender.

Las palabras del bortai, aunque era que ya suponía, me dejaron pasmado. Ya había sido cómplice de una muerte, o al menos de dejarlo inválido, y ahora puede que lo sea de otra. No me abandonaba la sensación de que le estaba fallando a la Diosa.

Sí, seguís.

No podía dejar que mis remordimientos me nublaran. Sacudo la cabeza y me acerco al borracho.

-¿Estás bien? Dejame ayudarte.- Antes de esperar una respuesta busco por si tiene alguna herida evidente.

El alcohol califica como veneno, sí.

- Aparta, túnica blanca. Tú y los que son como tú (hic) tenéis la culpa de todo. Deberían mataros a todos (hic).

Tras oír la amenaza del borracho a Vaqanesh me levanto dejando mi espada en el suelo y dirigiéndome hacia el.

- La solución a los problemas no es el alcohol aunque si ayuda bastante. Dime que es lo que te ha pasado para que quieras matar a un sacerdote?

-Probablemente hable el alcohol, pero conociendo los hechos que últimamente han sacudido este pueblo mejor que nos aseguremos de qué piensa este hombre, y si alcohol hace que sus palabras fluyan con más facilidad mejor que mejor.

- ¿A uno? - pregunta - A uno no... (hic)... ¡A todos! Son escoria... no se preo(hic)cupan de sus dioses, sino de tener la faltr(hic)quera llena... ¡A la hoguera con e(hic)llos!

Se ríen de los demás mortales, haciéndoles creer que se ocupan de los asuntos divinos y luego se dedican a (hic) robarles los diezmos, a quitarles los ganados (hic) y a mirar sólo por su propio ombligo. ¡No hacen lo que predican, os digo!

(hic).

-El alcohol podría matarlo ¿sabías?- Con cada palabra que decía, el mago me caía peor. Nunca me agradaron los estereotipos pero si en alguien se inspirba el estereotipo de mago ambicioso e inmoral era en él. Luego me dirijo al borracho.

-Quizás sea cierto, quizás nosotros dejamos que esto pasara, que en general somos unos hipócritas. Pero yo no y, te guste o no, no puedo dejarte en este estado. Ódiame si así lo deseas.- Doy un paso atrás para alejarme de su alcance.

-Por el divino poder de la diosa de la luz, invoco purgar veneno.

Cuando invocas tu plegaria, el borracho se evapora en el aire. Probablemente, era sólo un fantasma.

He visto lugares extraños durante mis viajes pero sin dudarlo este pueblo esta en la cumbre, ¿alguien sabe que esta pasando aquí? Creo que tendríamos que ir cuanto antes a solucionar el problema de los ruganitas parece que cuanto mas tiempo estamos sin hacer nada mas empeoran las cosas.

Quedo unos momentos estupefacto. Era sierto que corrían tiempos extraños pero esto ya era demasiado.

-Ustedes vallan a eso, Dhéon, necesitaría al menos el primer tomo de los libros de Gavaah... Y por favor.- Los miro severamente.- No le hagan nada, recuerden que confiaba tanto en Gavaah como para que él fuera su confesor.

Cojo mi espada y digo:

Prometo no matarle pero si no coopera no creo que no salga lastimado, pero tranquilo en cuanto lo traiga podras curarle sus heridas

Me dirijo al mago mientras camino hacia el pueblo:

Mago, me acompañas? Puede que esta vez no salgamos vivos (carcajada)

-Sí, te acompañaré, aunque primero me gustaría saber de quien estáis hablando, yo no puedo prometer el indulto a un hombre que ni tan siquiera puedo reconocer, quizás la muerte le llegase súbitamente antes de que me avisases.

Escucho con detenimiento las palabras de Dhéon, inconsciente del mundo que me rodea. Solo el final me trae de nuevo a la realidad, esto confirmaba mis peores temores. Esta cacería de brujas está pasando en todo Entrovia, puede que incluso en todo lugar donde un hermano o hermana estubiera intentando llevar la luz de Brishna.

Había que hacer que los seguidores de Rugan vieran que su propio dios había traicionado sus principios. Pero ¿acaso eso era posible?

Estaba tan metido en mis pensamientos que no reparo en que Dhéon se acurruca en un rincon y se duerme como un bebé.

Los puntos de magia se renuevan cada día. Así que si tenías 7 y has gastado 2...

Se llama Asthaar Deschain es un shun'karith y yo que tu no le haría ningún daño hasta que este aquí, he prometido traerlo vivo y me cabrea mucho no cumplir mi palabra.

Está durando porque sois tres y no hay movimiento. Pero en cuanto Calabria acabe lo que está haciendo, empezaremos un nuevo día.

Cita de: Clave en 25 de Abril de 2010, 23:39
Se llama Asthaar Deschain es un shun'karith y yo que tu no le haría ningún daño hasta que este aquí, he prometido traerlo vivo y me cabrea mucho no cumplir mi palabra.

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.

-En ese caso, si lo localizas avísame, si no le reconozco y quiere matarme deberé hacerlo yo primero. Aparte de este hecho... me preocupa el hecho que el borracho haya desaparecido. Deberíamos hacer una pequeña parada (que pase desapercibida) en la taberna. Es donde suele ir este hombre.

- De acuerdo, vayamos a la taberna a ver que averiguamos del borracho

Claro que lo sabéis. Alto, moreno, pelo largo y perilla. Ojos oscuros y ropas raídas y gastadas.

Paso un largo tiempo meditando despues que Tyr y el mago se fueran. De pronto le encuentro sentido a que Asthaar le haya hecho eso a Gavaah. Me dolía considerarlo posible pero no podía evitarlo. Ahora la pregunta era ¿Él es o no otra víctima?

Finalmente decido ir por mi cuenta a la taberna para quedarme afuera por si algo iba mal. Estos tiempos me estaban volviendo bastante pesimista sobre el futuro de todos.

Tras un largo rato salgo al claro acompañada por un tipo alto y vestido con ropas viejas.
- Deberían estar aquí...esto no me huele bien, han podido ir al templo de Rugan a por el paladín. Mejor correr antes de que hagan algo que no deben