CientoSeis

Aquí irá todo lo que hagáis en la taberna.

Tras la puerta de doble batiente se abre un enorme espacio lleno de sillas y mesas, tan abarrotado que es casi imposible moverse entre ellas. La enorme chimenea, en el centro, muestra sus cuatro hogares ahora apagados, con los renovados troncos en su interior, que arderán esta noche cuando la sala esté llena. Hay una puerta al fondo que conduce a las caballerizas, el patio de carruajes y la parte trasera de las habitaciones. Una escalera en la parte izquierda del local conduce a las habitaciones del piso superior.

Apenas hay nadie en la taberna a esta hora. Tras la barra, el gordo propietario limpia las jarras, mirándolas con aire distraído mientras calibra si han quedado bien limpias como para servir cerveza en ellas. En una de las mesas, un sucio borracho, que parece haber pasado allí la noche, dormita entre roncos sonidos.

Entro en la taberna y me descubro la cara mientras me dirijo a la barra. Me siento y le hago una al tabernero para que se acerque.

Llego a la taberna, dejo mi caballoen el amarradero y entro esquivando el marco superior de la puerta y me dirijo hacia la barra, donde me siento y pido una jarra de cerveza bien grande.

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2.

Encontró la taberna sin complicaciones, edificio inconfundible allá donde se vaya, más que por el letrero de la entrada, por el olor que despedía. A considerable distancia. Aún llevaba la capa echada para evitar el rocío de la mañana cuando entró por la puerta y una vez llegó junto a la barra descubrió su rostro para evitarle al tabernero suspicacias.

- Saludos, maese tabernero. Busco alojamiento por unos días.

Derrin alzó la vista una vez más de la barra y abrió los ojos como platos.

- ¡Saludos, saludos! Derrin está para servirla, desde luego, señorita... -frunció el ceño y la miró con curiosidad.
- Elora -dijo y alzó la cabeza-, de la casa de Delryn.
- ¿Y qué le trae por aquí? ¡MOZO, PREPARA OTRA HABITACIÓN! -gritó estirando el cuello hacia la cocina.
- Bah, simples... cuestiones diplomáticas entre mi pueblo y el lugar.
- Bien, bien, siempre es interesante ver caras nuevas, hoy hay muchas caras nuevas, sí... ¡Oh, discúlpeme! ¿Desea tomar algo?
- Un tentempié estaría bien, sí, gracias, he desayunado muy temprano. Traigo algo de carne de ciervo -dijo mientras puso el fardo sobre la mesa-. No es que no tenga con qué pagarle pero consideraba un desperdicio haber matado al animal solo por un par de filetes...
- ¡Vaya, válgame el cielo! Es buena carne, ciertamente. Y por ello voy a invitarle al tentempié y le dejo esta noche el alojamiento a mitad de precio, ¿hace? -Se puso de puntillas y desplomó su barriga sobre la tabla para acercar sus labios a la cabeza de Elora- Siempre será más barata que la que me sirva el carnicero -dijo en un susurro e inmediatamente se irguió de nuevo para soltar una carcajada-. Así que por eso por mí no se cortes y tráigame mientras siga en Majapiedra la caza que quiera. ¡MOZO, QUÉ HACES QUE AÚN NO ASOMAS EL HOCICO! Este chico... Suelte esa mochila, chiquilla, que se va a tronchar, siéntese y descanse. Ahora mismo le traigo algo, un poco de queso y... ¿vino? Sí, vino es lo más adecuado para una chica.

Derrin desapareció tras la puerta de la cocina. Elora tomó asiento cerca de la barra y dejó el macuto junto a su silla. Plantó los codos sobre la mesa y la cabeza entre sus manos y suspiró. "Ay, madre... ¿Y ahora qué? Ciertamente, es más fácil ir de caza" pensó para sí.

- ¡Aquí estoy de nuevo! -exclamó Derrin mientras sorteaba la puerta con un bandazo. Se acercó rápido a la mesa.- Ten, muchacha, en cuanto acabe seguro que está lista su habitación, el mozo le acompañará. ¿Ha traído montura?
- No, no, he llegado a pié. Interesante el camino. Y gratificante.
- ¡Oh! Entonces... ¿todo bien durante el viaje? -preguntó curioso.
- Sí, afortunadamente no he tenido incidentes, cosa que por aquí últimamente abundan según parece...
- Cierto, cierto... -dijo con voz queda mientras estrujaba el trapo que colgaba de su delantal.
- Se lo ruego, acompáñeme si tiene tiempo y cuénteme -le dijo señalando la silla de al lado-. Necesito ponerme al tanto ya que voy a permanecer aquí unos días. No quisiera parecer inoportuna con los vecinos a causa de algún comentario desafortunado.

Y Derrin entonces le habló...

- Bueno, déjeme decirle que esto no es más que un pueblecito minero, muy tranquilo. Hace unos años pasaban por aquí muchas caravanas, muchas. Traían de todo, para hacerlo llegar a Sirocitria. Y como la Calzada pasaba por aquí, muchos se detenían a beber y descansar en mi casa. Ahora vienen muchos menos, pero como somos cabeza de partido, como suele decirse, no dejo de tener clientela. Menos, pero siempre tengo.

El caso es que hace cosa de una semana, pasó algo que nadie podía imaginar que pasara, y menos siendo lo que fue, y sobre todo, dónde fue. ¿Quién podría imaginarse que matarían a ese pobre anciano? No es que a mí me guste meterme donde no me llaman, pero últimamente hacía preguntas que han debido incomodar a alguien. ¡No, no crea que justifico lo ocurrido, señorita, por Brishna bendita! Ese hombre podía hacer muchas preguntas, pero era más bueno que el pan. Pasaba todo el día encerrado, allá en su celda, en el monasterio. Era escribiente, por lo que se ve. Pero aquí tenemos un té especial de canela que le encanta y, de vez en cuando, bajaba a tomarse una taza conmigo. Era mi confesor, ¿sabe?

Pero, en fin, ahora está muerto y nada puede hacerse. La alquimista dijo que lo envenenaron, pero nada más se sabe. Y es que la superiora es muy celosa de lo que ocurre en su terreno.

Tras su charla con el tabernero se acomodó en la habitación. Se aseó y mudó sus ropas. Se colocó de nuevo el cuero y se armó. ¡Cuánto cambia la gente cuando se siente cómoda y limpia! Llevó consigo unos saquitos. Al bajar por la escalera encontró al tabernero ocupado pero mientras guardaba jarras tuvo tiempo de decirle que le devolvería la bolsa de caza.

- ¿Quiere que le guarde recado, muchacha? -alzó la voz y estiró el cuello para que Elora le oyese desde la entrada.
- No creo que vaya a preguntar alguien por mí... pero aún así, gracias.

Y decidida se encaminó hacia el objetivo que tenía en mente.


Al acercarse a la Casa de la Alquimista observó de lejos que estaba la puerta cerrada. Siguió andando tranquilamente hacia ella. Se abrió de repente la puerta con cierta violencia cuando estaba a docena escasa de metros y alguien con cierto gesto arrogante salió de ella dirigiéndose hacia la zona de los templos. Continuó andando sin más hasta la puerta y...

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Por la puerta entra un nuevo hombre. De aproximadamente metro setenta, está vestido con ropas claras bastante elegantes que no duda en hacer lucir al caminar entre las mesas. Es esbelto, tiene cabellos castaños, barba de unos días y rasgos agraciados Lleva colgado al hombro un laúd y silva despacio una melodía extraña a medida que se acerca a la barra. Una vez allí toma asiento y le señala una botella al tabernero. A continuación apoya su instrumento sobre su rodilla y rasga las cuerdas en un acorde.

- ¿Mi espléndido público tiene alguna preferencia especial para esta prometedora noche?

Cita de: Des en 23 de Noviembre de 2009, 21:19
Llego a la taberna, dejo mi caballoen el amarradero y entro esquivando el marco superior de la puerta y me dirijo hacia la barra, donde me siento y pido una jarra de cerveza bien grande.

- Vaya, vaya, uno de los señores guerreros de Bort. ¡Sois especie rara de ver por aquí! No, no os ofendáis, ni mucho menos. Sois de los mejores clientes que puede tener una taberna, pero no sois de los más habituales. ¡Seguro que es porque vuestra cerveza es de las mejores de todo Hirkam!

Cita de: Clave en 23 de Noviembre de 2009, 21:03
Entro en la taberna y me descubro la cara mientras me dirijo a la barra. Me siento y le hago una al tabernero para que se acerque.

- Perdóneme usted caballero... ¿Acaso no venís de las estepas? ¡Cuánto tiempo que no atendía a alguien de vuestra gente y ahora tengo a dos bortai en mi establecimiento! Tengo una estupenda cerveza negra, que aprendí a fabricar de uno de vuestros compatriotas, espumosa y espesa. Como dicen en vuestra tierra, "alimentarrría a un niño durrrante una semana" - dijo el tabernero remedando el acento. - Ahora mismo os la sirvo.

-Un bortai? hacia años que no veía uno, al menos con el que se pudiera hablar en vez de pelear.- Dijo para sus oídos.

-Tabernero! Querría saber cuanto puede costarme un buen alojamiento aquí, puede que tenga que quedarme unos días en el lugar.

....


-Y también quisiera algo de información, busco a alguien que sepa de joyas y su procedencia. Sabe de alguien por aquí?

...

Cita de: Clave en 24 de Noviembre de 2009, 12:25
-Tabernero! Querría saber cuanto puede costarme un buen alojamiento aquí, puede que tenga que quedarme unos días en el lugar.

Aquí el alojamiento es bastante barato, caballero. Pero, ¿han abandonado acaso los bortai sus costumbres y ahora duermen bajo techo? La última vez que vino uno por aquí bebió mucho y se dejó sus buenos cobres en la caja, pero no se alojó aquí, sino en una de esas tiendas que usáis... ¿Cómo las llamáis? ¡Yurtas! Eso es. ¿Acaso ya no dormís en yurtas?

Cita de: Clave en 24 de Noviembre de 2009, 12:25
-Y también quisiera algo de información, busco a alguien que sepa de joyas y su procedencia. Sabe de alguien por aquí?

- Antes había por aquí un tasador, ¿sabe usted? Cuando pasaban por aquí las caravanas a Sirocitria. Pero ahora mismo no conozco a ninguno. De todos modos, llegan últimamente muchos extranjeros. Igual alguno sabe lo suficiente como para decirle algo.

-Si seguimos durmiendo en yurtas pero quien sabe cuando podríamos necesitar un techo firme por estas tierras.



Me levanto y alzo mi jarra de cerveza en dirección al otro bortai mientras digo salud. Pago la cerveza me voy fuera de la taberna.

Oh, que casualidad dos bortais en la misma taberna, cuanto tiempo llevo sin ver a uno de los mios, después de un largo viaje me apetece tomarme esta cerveza grande y conversar con este bortai.

Le respondo el saludo a mi compatriota y le hago una señal para que se detenga, me levanto y salgo con él. Pago la cerveza dejando una buena propina.


Saludos compatriota, puedo saber que le ha traido a un hombre como tú a venir a este pueblecillo?

Joder, puto prisas.

Sonrío para mí al comprobar que nadie parece interesado en la música. "Bárbaros", suspiro con cierto desdén y aprovecho para rasgar las cuerdas con soltura y comenzar a tocar una melodía en la que llevaba trabajando algunos días. Al menos así puedo dar rienda suelta a mi arte sin verme encasillado en las mismas y repetitivas canciones.

- Hoy parece que será un día lleno de hombres del norte. Si viene nuestra amiga vestida con pieles podríamos hacer una fiesta bortai. -Comento jocoso al tabernero.

Al entrar en la taberna el olor a humanidad me tambalea. No estoy acostumbrado a ese ambiente, así que temo que mi conducta llame demasiado la atención echando por tierra los esfuerzos que he dedicado a pasar desapercibido. Mis vestimentas, obtenidas a lo largo de mi camino por Entrovia, tratan de ocultar mi origen extranjero. Sólo mis rasgos faciales -inconfundiblemente ajenos a esta tierra- me delatan traicioneramente, por lo que trato de no mostrar mi rostro cuando hay demasiada luz.

En la taberna veo que no soy el único extranjero. Hay dos bortais entablando conversación. También hay un músico tocando -con un estilo bastante pobre a mi entender- para amenizar el lugar. Intuyo que a cambio de compartir su arte con nosotros, pretende que compartamos nuestro pan con él.

Me acerco al tabernero.
-Hola, amigo -al momento recapacito... ¿ha sido adecuado hablarle con tanta familiaridad?...-. Me gustaría conocer los precios de su establecimiento y también si ofertan habitaciones. También quisiera decir que si conoces de alguien que necesite algún curtidor, tengas a bien comunicarle que la de curtir es una de mis habilidades, y estaré encantado de prestar mis servicios a cambio, como es lógico, de una pequeña remuneración.

Al entrar a la taberna busco al tabernero con la mirada:

-Tabernero, por favor, una cerveza fresca.

Digo mientras me siento pesadamente. <<Uff, espero no haber comido demasiado>>.

Observo a los demás visitantes de la taberna. Parece que hay más gente de tierras lejanas aparte de mi, espero que mis ropas caracrerísticas shyrmitas no les sorprendan demasiado, aunqué... si són viajeros, dudo que lo hagan. Ahora, que si no lo són, quizás entre ellos se halla el maldito al que ando buscando.

Cita de: Clave en 24 de Noviembre de 2009, 14:59

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.

Vamos a ver, esto en teroria es en vivo y si tu me saludas con la ceveza y te respondo el saludo, me da tiempo a decirte con la mano que te pares, pero si no quieres interpretar hale corre.

Llego e inmediatamente le pregunto a un conocido si quiere algo de cuero...
<<Camarero! una cerveza fria, y porfavor, haz que estos malditos musicos se callen, me duele demasiado la cabeza de ayer>>grito entre todo el alboroto
me siento al lado del borrachin de turno, no tengo dinero asi que miro si se le ha caido alguna moneda al suelo...

Escucho ya en la calle como alguien me llama, así que me doy media vuelta y vuelvo a la taberna para ver quien y que quiere.

Me quedo plantado delante de la puerta buscado.

Veo a mi compatriota en la puerta buscando a la voz que lo llamaba, me acerco y lo saludo. Nos salimos fuera de la taberna.

Entro en el edificio e intento abrirme paso en el mar de sillas hasta llegar a la barra y pregunto al tabernero.

-Saludos, tabernero ¿podríais servirme una limonada?-

EDIT DEL MASTER: los ruganitas tenéis prohibido beber.

- Vaya, hola, shun'karith. ¿Qué tal está tu hermano? Verás, ahora no tengo limonada, pero tengo té de canela, de ese que tanto le gustaba a Gaavah. ¿Querrás una taza, Asthaar?

-Oh, es una pena que no tengas limonada, y agradezco tu ofrecimiento pero no me apetece té de canela-

- Y ahora me mandan a callar... los músicos, esa profesión incomprendida. -Murmuro en voz alta mientras muevo la cabeza horizontalmente.- ¡Ey, camarero!, ¿me sirves una cerveza? Ahora mismo no tengo dinero encima, la verdad, pero podrías apuntármelo, sabes que pago mis deudas. -Digo guiñando un ojo y volviendo a rasgar las cuerdas para comenzar un viejo romance de la región.

- ¿Y cuando piensas pagarlas?

- Cuando me devuelvan el dinero que me deben. Le presté un poco a esa bortai que da vueltas por el pueblo, pero no volví a saber nada de ella y hasta que no averigüe donde para, no podré recuperar lo mío. -Toco unas notas tristes con el laúd.- Esto me pasa por ser tan buena persona.

Empujo las puertas de la taberna para poder entrar, inevitablemente estas hacen demasiado ruido, lo que hace que toda la taberna haya puesto los ojos sobre  mi y yo sobre ellos.

Había mas clientela que la ultima vez que estuve lo que puedria ayudarme un poco. Aunque a muchos de ellos preferiría hacerles tragar acero templado.

Me acerco a la barra y llamo al tabernero con voz grave:

-Tabernero! ponme algo de carne estoy hambriento!.

...

Mientras engullo el plato me quedo mirando al ruganita y le digo con voz desafiante.

-He escuchado que han matado a uno de esos viejos monjes ruganitas.

Oigo un comentario hacerca de un asesinato, no me extraña. Me concentro para seguir oiéndolos entre el jaleo general mientras espero a que el tabernero me vea para hacerle un señal y que se hacerque a mí.

Cita de: Thylzos en 24 de Noviembre de 2009, 21:43
- Cuando me devuelvan el dinero que me deben. Le presté un poco a esa bortai que da vueltas por el pueblo, pero no volví a saber nada de ella y hasta que no averigüe donde para, no podré recuperar lo mío. -Toco unas notas tristes con el laúd.- Esto me pasa por ser tan buena persona.

- O por no saberte nuevas canciones. Ya, ya sé que me vas a decir que la parroquia que se reúne aquí no tiene oído para el arte y demás, me lo dices siempre. Pero últimamente tenemos muchos extranjeros. Quizá ellos te escuchen con oídos renovados.

Cita de: Clave en 25 de Noviembre de 2009, 00:00
Empujo las puertas de la taberna para poder entrar, inevitablemente estas hacen demasiado ruido, lo que hace que toda la taberna haya puesto los ojos sobre  mi y yo sobre ellos.

Había mas clientela que la ultima vez que estuve lo que puedria ayudarme un poco. Aunque a muchos de ellos preferiría hacerles tragar acero templado.

Me acerco a la barra y llamo al tabernero con voz grave:

-Tabernero! ponme algo de carne estoy hambriento!.

- Ahora mismo, señor de la estepa. ¡Chico! ¡Trae un buen pedazo de carne para este señor! ¡De esa que está en el espetón, el ciervo!

Cita de: Mystik en 25 de Noviembre de 2009, 00:14
Oigo un comentario acerca de un asesinato, no me extraña. Me concentro para seguir oyéndolos entre el jaleo general mientras espero a que el tabernero me vea para hacerle un señal y que se acerque a mí.

- Dígame, caballero.

Tras un sueño reparador en una de las habitaciones de la posada, me dirijo a la salida presto a volver a la biblioteca -o adonde quiera que me lleven mis pasos- cuando oigo una conversación acerca del asesinato de un monje.

El asunto capta de inmediato mi atención. Al parecer el monje asesinado era ruganita. Decido acercarme e informarme yo también.
El que ha hablado es un enorme bárbaro, sin duda un bortai. Su presencia es intimidatoria. Avanzo entre las sombras tratando de pasar desapercibido y, al llegar a él, le pregunto:

-¿Un asesinato, dices?  -me esfuerzo por hablar de forma coloquial-. Me interesaría conocer todo lo relativo al asunto, si sois tan amable -no lo consigo.

Entro a la taberna, lo mas silencioso posible, hay mucho barullo adentro. Mi armadura brilla tenuamente y acaparo algunas miradas.
Me siento en la barra
-Saludos maese, un té de canela, por favor.
Luego de tomar un sorbo suspiro y pienso en voz alta
-Como le gustaba a Gaavah... Usted maese, sabe quien era Gaavah?

NOTA DEL MASTER: ¿Con quién hablas, a quién te diriges?

RESPUESTA AL MASTER: Al "barman" xD

NOTA DEL MASTER: Pues dilo, porque podrías estar hablando solo... :P

- Un buen hombre, Gaavah. Sentí mucho su muerte. No sé cómo alguien podría... pero bueno, eso es meterme donde no me llaman y seguramente usted sabrá mucho más que yo. ¿Es nuevo en la congregación? No le he visto a usted por aquí nunca...

Cita de: master ageof en 25 de Noviembre de 2009, 09:39
-¿Un asesinato, dices?  -me esfuerzo por hablar de forma coloquial-. Me interesaría conocer todo lo relativo al asunto, si sois tan amable -no lo consigo.

-El asunto dices?. -Mientras lo digo giro mi cabeza mirándolo a los ojos directamente y esbozando una pequeña sonrisa.

- El único asunto que hay aquí es la muerte de ese  viejo escriba, y por supuesto todos los visitantes que hay en majapiedra últimamente, que dudo que todos hayan venido a su entierro. Puede que alguno de ellos fuera el ultimo con vida que lo viera, y dudo que estos ruganitas puedan hacer algo.

- por que... dime ruganita.- Giro mi cabeza de nuevo hacia el ruganita.
- Como puede un hombre que ni siquiera puede beber cerveza encontrar un asesino y tener las agallas de darle un escarmiento?.

-La abstinencia no es una debilidad, si no una muestra de fuerza y resistencia ante los excesos y pecados de la vida, que Rugan nos enseña a evitar. Y no permitiré que me failtéis al respeto, ni que hiráis mi honor-

Cita de: Anthorath en 25 de Noviembre de 2009, 14:57
-La abstinencia no es una debilidad, si no una muestra de fuerza y resistencia ante los excesos y pecados de la vida, que Rugan nos enseña a evitar. Y no permitiré que me faltéis al respeto, ni que hiráis mi honor-

-Bueno eso depende a través de que dios eres manipulado, y no era mi intención faltarte el respeto, solo hablo lo que veo.

- Y ahora dime shun'karith, te es familiar este colgante?. -Mientras termino la frase meto la mano dentro de mi túnica y saco un pequeño colgante en forma de "T" invertida

-Antes de respoderte me gustaría saber, si es posible ¿Hay alguna razón en especial que haga interesante para vos ese colgante?-

Escucha "viejo escriba" y aguzo el oído, y me parece oportuno presentarme.

-Me llamo Dheón, hay algo que sepais de ese "viejo escriba" del que hablan?

Ya he oido demasiado de asesinatos, y despues de preguntarme retoricamente que sabran ellos de asesinatos parto hacia la biblioteca no sin antes mirar un poco a todos los personajes que se hayan en la taberna.

Cita de: Anthorath en 25 de Noviembre de 2009, 16:52
-Antes de responderte me gustaría saber, si es posible ¿Hay alguna razón en especial que haga interesante para vos ese colgante?-

- Nada especial lo encontré tirado al lado de un montón de basura pero quisiera devolvérselo al dueño, hay cierto asunto que deseo arreglar con el.

Cita de: Clave en 25 de Noviembre de 2009, 17:23

Cita de: Anthorath en 25 de Noviembre de 2009, 16:52
-Antes de responderte me gustaría saber, si es posible ¿Hay alguna razón en especial que haga interesante para vos ese colgante?-

- Nada especial lo encontré tirado al lado de un montón de basura pero quisiera devolvérselo al dueño, hay cierto asunto que deseo arreglar con el.

Entrando en la taberna ve el colgante y oye la conversacion
-El colgante al menos no es mio, pero si lo encontraste en la basura y tienes algo que arreglar con su dueño, al menos sabras cosas sobre el, asi que cuenta.

Miro al nuevo visitante que ha entrado en la taberna interrumpiendo mi conversación. Apenas puedo verle por la claridad.



-Le he preguntado al ruganita pero si te interesa tanto, digo yo que algo sabrás de este colgante.

Cita de: Clave en 25 de Noviembre de 2009, 18:03
Miro al nuevo visitante que ha entrado en la taberna interrumpiendo mi conversación. Apenas puedo verle por la claridad.

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.

-Le he preguntado al ruganita pero si te interesa tanto, digo yo que algo sabrás de este colgante.

-Solo me interesa que un viajero este interesado en un colgante que puede ser de cualquiera del pueblo, bortai. Además, ¿que te ha llevado a este pueblo que ya casi no tiene futuro?
Digo mirando hacia arriba.

-Respecto a lo de antes bortai, no, no tengo ni idea de quien es el colgante; aunque me pregunto lo mismo que el recién llegado, pero vos diréis- Me dirijo hacia el otro hombre que se encuentra en la taberna-¿Y Se puede saber quien sois vos extranjero?¿Que os ha traido hasta Majapiedra?-

-Estoy interesado en el colgante por que pertenece a la persona que busco, y eso me ha traído hasta aquí, así que o bien es una habitante del pueblo o uno de los recientes visitantes.

Me levanto de mi asiento y mientras camino digo en un tono fuerte y grave para que me escuche todo el local.

- El dueño de este colgante sabe algo del asesinato del viejo, ayudadme a encontrarlo y daréis descanso eterno al monje.

Ignorando todas las llamadas referidas a mi salgo por la puerta de la taberna.

Cita de: Anthorath en 25 de Noviembre de 2009, 18:18
-Respecto a lo de antes bortai, no, no tengo ni idea de quien es el colgante; aunque me pregunto lo mismo que el recién llegado, pero vos diréis- Me dirijo hacia el otro hombre que se encuentra en la taberna-¿Y Se puede saber quien sois vos extranjero?¿Que os ha traido hasta Majapiedra?-

-Aasthaar, ¿sabés tu algo acaso sobre el asesinato que causa tanto revuelo?¿Y por qué ha venido tanta gente a nuestro pacifico pueblo por ella?
Se sienta al lado del borracho mientras espera la respuesta

Aqui nadie me escucha y atiende, me voy.

-Gracias por el té, toma estas monedas.

Me dirijo hacia la salida y me propongo ir hacia el la bibliteca del templo, habia hechado solo un vistazo.

Cita de: Clave en 25 de Noviembre de 2009, 18:35

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Cita de: barbery en 25 de Noviembre de 2009, 18:33
-Aasthaar, ¿sabés tu algo acaso sobre el asesinato que causa tanto revuelo?¿Y por qué ha venido tanta gente a nuestro pacifico pueblo por ella?
Se sienta al lado del borracho mientras espera la respuesta

-Conocía a Gaavah, era amigo mío, y ardo en deseos de encontrar al culpable y llevarlo ante la justicia; aunque lo cierto es que desconozco el porqué de la gran alfuencia de extranjeros en este pueblo-

Mientras esperaba al tabernero oigo toda esta serie de comentarios sobre el asesinato de un miembro del pueblo.

Tabernero, señor... mejor una copita de vino y no la cerveza. Aparte... me sorprende que la muerte de un solo hombre, por muy famoso que fuese en el pueblo, cause tanto revuelo y comentarios, acaso no són comunes por aquí los... assessinatos parace que ha sido.

- ¿Comunes por aquí los asesinatos? Mire, amigo -dijo con retintín, mientras retiraba visiblemente incomodado la cerveza y servía la copa de vino,- yo no sé cómo será allí de donde usted viene. Pero aquí no tenemos por costumbre matarnos entre nosotros. Aquí, la gente que muere, lo hace en la mina, trabajando, como debe ser.

Y añadió, sin dar tiempo a réplica:

- Son cuatro bronces.

Le pago lo que me pide con quarto moendas de bronce y le pregunto:

-No era mi intención molestar con la cerveza, si es que le ha molestado... La verdad és que me estaba preguntando, aparte del tema de esta muerte, si tiene usted alguna habitación libre.

- ¡Pues claro, hombre! Hay habitaciones libres en la parte trasera, atravesando el patio. Así tienen ustedes más intimidad. Son seis cobres por noche y tienen derecho a un tazón de leche de burra con un tarugo de pan para hacer sopas.

-Perfecto entonces. Y volviendo al tema del assessinato, no era mi intención de tacharos de salvajes, pero esque uno no puede evitar sorprenderse ante la multitud de comentarios que oye cada día, si spiese usted lo que dicen de su taberna... Bueno, no, no he dcho nada, no queria molestarle. Quedamos que són 6 cobres la noche  ¿no? ( ;) )

cojo un pan y pongo 3 monedas sobre la mesa.
-Nos vemos señores, y por favor, decidme si descubris algo sobre el asesinato que me gustaria saber minimamente la causa de tanto revuelo.

Como no han dicho nada que me interese, decido marcharme. Volveré a la biblioteca.

[ 6. (http://www.cientoseis.es/index.php?topic=17954.msg330384#msg330384) ]

7.

Tras salir del monasterio de Brishna Elora se dirigió de nuevo a la taberna, había que comer algo después de pasear por el pueblo y pensar le daba más hambre aún.

Viendo que la mesa que ocupó por la mañana estaba libre decidió sentarse en el mismo sitio, cerca de la barra y apartada del alboroto de la puerta. Hizo una seña a Derrin para que le atendiera, el cual, solícito como siempre, se secó las manos y se acercó a la mesa.

- ¿Va a tomar algo, muchacha?
- Oh, por favor, llámeme Elora, ¿cómo no iba a permitirle a quien me aloja y me trae un reconfortante plato de cocido que me tutee?
- Pues porque soy un profesional -dijo tratando de parecer un soldado en firmes golpeando con un puño su pecho y una sonrisa-. ¡MUCHACHO: UN COCIDO! -gritó de nuevo hacia la cocina.- Supongo que lo acompañará con una buena jarrita de vino y sus rebanadas de hogaza, ¿sí? ¡QUE SEA COMPLETO!
- Sois muy amable...
- ¡Ah! ¿Pero cómo se te ocurre, E-LO-RA, pedirme que te tutee si no me concedes tú misma un poquito de confianza? -y le guiñó un ojo.
- Derrin, amable Derrin... -ronroneó mientras le tomaba una mano y bajó su tono de voz mientras le indicaba con la otra mano que tomara asiento junto a ella...




[EDITO PARA AÑADIR (no quiero meter tantos posts)]

Tras charlar con Derrin, la elfa se retiró hacia su habitación, de donde no tardó en bajar de nuevo con la bolsa para guardar la caza. Meditabunda salió de la taberna en dirección al bosque.

[ 8. (http://www.cientoseis.es/index.php?topic=17938.msg331798#msg331798) ]


9.

- ¡Maese Derrin! ¿Cuál es la olla más grande que tienes? ¡Te traigo con qué llenarla, aderezos incluídos!

Tras haberle llevado todo a la cocina subió a su habitación para asearse. Y había que pensar... "Bah, ya lo pensaré mañana." En cuanto acabó se dirigió a las escaleras y desde allí trató de localizar al borrachín, debía hablar con él.

[ 10. (http://www.cientoseis.es/index.php?topic=17953.msg333207#msg333207) ]

Cansando de esperar, y al ver de que no hay nada más interesante que hacer en la taberna, salgo de ella y me dirijo hasta la biblioteca, para averiguar si las pesquisas de mi hermano han tenido mejor resultado que las mias.

[ 9. (http://www.cientoseis.es/index.php?topic=17953.msg331162#msg331162) ]

10.

Amanece por fin, y aunque el soñar le resultó agridulce (tal vez revelador) la exploradora sin vacilar saltó de la cama para su cita con la alquimista. Se armó para la cacería y se guardó otros utensilios en una bolsita. Fuera en la calle se oía ajetreo, tal vez más de lo acostumbrado, pero supuso que se debía a los preparativos para la anunciada llegada del mal tiempo.

Bajó las escaleras de tres en tres y saludó tirándole un beso a Derrin mientras se dirigía a la mesa del borrachín. "Los dioses te guarden hoy también" le susurró al oído. "Estoy dispuesta a oír tus cuentos cuando quieras". Y sin esperar respuesta corrió fuera de la taberna para ir al encuentro de Álvea...

[ 11. (http://www.cientoseis.es/index.php?topic=18060.msg333217#msg333217) ]

Tras discutirlo con el bortai y con Elora decidimos hablar en la habitación de la elfa, ya que en mi casa pueden interrumpirnos. Al entrar saludo a Derrin
- Buen día, Derrin, qué tal va todo?

- Buenos días chiquilla, ¿qué te trae por aquí?

- Una charla pendiente con este "caballero". Vamos a estar en la habitación de Elora, si no es molestia. ¿puedes cuidar de sus armas mientras tanto? - digo mientras lanzo una significativa mirada al bortai

Me acerco a la barra al apartarse la alquimista, pongo mi espada y mi daga sobre las manos del tabernero y le guiño un ojo.

Veo como la alquimista sube las escaleras y le sigo hasta la habitación, avisando antes a malakay que vigile para que nadie ajeno a la conversación se entere.

Me quedo en la puerta una vez han entrado ya todos, cruzo los brazos y vigilo que nadie se acerque.

Utilizo sigilo para enterarme de primera mano de todo lo que ocurre dentro de la habitación.

Abro la puerta violentamente y salgo como un vendaval, casi arrollando (si eso fuera posible por la diferencia de tamaño) al bortai que vigilaba. Con la cara colorada salgo de la taberna sin siquiera saludar a Derrin y parto hacia mi casa para desayunar algo y esperar a que Elora venga a buscarme, ya que ha desaparecido de forma tan misteriosa sin decir siquiera a dónde se iba.

Tras la salida de la alquimista salgo de la habitación y le hago una seña a malakay teníamos trabajo que hacer y ya habíamos perdido bastante tiempo era hora de ponerse en marcha.

Bajo las escaleras y me dirijo a la barra para hablar con el tabernero.

- Tabernero, me devuelve mis armas?

...

Cuando se acerca ha entregármelas le pregunto una cosa acercándome a su oído:

Y no sabrá usted donde hay una armería por aquí cerca? o los unicos que disponen de una son los servidores de rugan?

- ¿Armería? Uf... Aquí los únicos armeros son los ruganitas, que yo sepa. Hay un herrero, pero no sé si podrá hacer lo que usted quiere. Se dedica sobre todo a hacer útiles para la mina y alguna que otra herradura.

Se lo agradezco mientras cojo mis cosas, acto seguido me voy a la calle.

Acompaño a Tyr a la calle mientras hablo con el en voz baja.

Al entrar en la taberna me cruzo con dos hombres bastante fornidos y altos, probablemente orienteux, por lo que avanzo con cuidado sin llamar la atención. De todos modos se les observa algo presurosos por lo que tampoco me prestan demasiada atención.

Una vez dentro del local, me siento en una mesa esquinada y fumo en pipa mientras espero que regrese el tabernero.

- Buenas, señor. ¿Desea usted algo?

Entro a la taberna y de una pasada puedo observar a un señor fumando de su pipa y hablando con Derrin. También un par de personas de aspecto fornido tomaban en la barra Serán bortais?... me preguntaba.

Intento no llamar mucho la atención, pero mi mandoble ya corrió alguna silla de su lugar y la gente me empezaba a seguir con la mirada. Sin hacerles caso, me dirijo hacia una mesa para dos, aunque no tenga acompañante y espero a que alguien me atienda.

Cita de: Khram Cuervo Errante en 03 de Diciembre de 2009, 09:16
- Buenas, señor. ¿Desea usted algo?

Si por favor, ¿me puede servir una pinta de cerveza? y ya que estamos, ¿sabe donde se encuentra el herrero del pueblo? ayer su establecimiento estaba cerrado y no pude localizarle, como verá no soy de por aquí y no conozco los hábitos de los lugareños...

[ 13. (http://www.cientoseis.es/index.php?topic=18060.msg333272#msg333272) ]

14.

Tras su larga ausencia inesperada, Elora regresó a la taberna y arrastró una pieza de caza en una parihuela hasta la cocina. Y en cuanto hubo dejado la caza en manos de Derrin le preguntó al tabernero si la alquimista seguía en su habitación.

- Pues no, salió hace un rato, visiblemente alterada.
- Muchas gracias, Derrin, nos vemos.

Elora salió decidida por la puerta hacia el hogar de Álvea.

[ 15. (http://www.cientoseis.es/index.php?topic=17954.msg334305#msg334305) ]

Cita de: Gilles en 03 de Diciembre de 2009, 13:23
- Si por favor, ¿me puede servir una pinta de cerveza? y ya que estamos, ¿sabe donde se encuentra el herrero del pueblo? ayer su establecimiento estaba cerrado y no pude localizarle, como verá no soy de por aquí y no conozco los hábitos de los lugareños...

- Viene esa pinta. Verá, el herrero suele trabajar por costumbre en las minas. Abre la herrería cuando algún apero tiene que ser reparado o hacen falta herraduras para las mulas. Pero no hay un herrero en el sentido acostumbrado de la palabra. Sí que tienen uno en la abadía, pero no sé si sólo hará servicio a los shun'karith o lo hará también al personal de fuera.

Entro en la taberna y me fijo si esta el borracho o no por ahi...
<<¿Han hecho algo con la mina ya?>> pregunto al tabernero.
Mientras espero la respuesta me froto con doloe un arañazo producido por el lobo

-Entonces el Maestro Armero de la abadía debe ser a quién estoy buscando - le respondo al tabernero. Mientras pienso en todos esos shun'karith, que deben estar ahi dentro, doy una calada a la pipa y suspiro.

-Bien entonces, aquí tiene los 4 bronces de la pinta, y dos más por ser tan comprensivo. Por cierto, ¿tiene alguna habitación libre? puedo pagarle al contado o en especies, si así lo prefiere, cazando para usted y proporcionandole carne fresca, de seguro le hará falta teniendo en cuenta la afluencia de forasteros últimamente - añado con un tono afable.

Cita de: Gilles en 03 de Diciembre de 2009, 16:40
-Entonces el Maestro Armero de la abadía debe ser a quién estoy buscando - le respondo al tabernero. Mientras pienso en todos esos shun'karith, que deben estar ahi dentro, doy una calada a la pipa y suspiro.

- Seguramente, si lo que quiere es lustrar su arma o escoger alguna nueva. Los armeros por aquí no abundan, se lo digo yo, y los herreros están más preocupados en arreglar herramientas que en otras cosas...

Cita de: Gilles en 03 de Diciembre de 2009, 16:40
-Bien entonces, aquí tiene los 4 bronces de la pinta, y dos más por ser tan comprensivo. Por cierto, ¿tiene alguna habitación libre? puedo pagarle al contado o en especies, si así lo prefiere, cazando para usted y proporcionandole carne fresca, de seguro le hará falta teniendo en cuenta la afluencia de forasteros últimamente - añado con un tono afable.

- Puede quedarse con los dos bronces de más. Hablar es gratis y yo nunca he cobrado a nadie por escuchar. En cuanto a las habitaciones, son seis bronces la noche. Si me suministras carne de calidad, podrás dormir y tendrás derecho a una buena parte de la pieza.

Cita de: barbery en 03 de Diciembre de 2009, 16:34
Entro en la taberna y me fijo si esta el borracho o no por ahi...
<<¿Han hecho algo con la mina ya?>> pregunto al tabernero.
Mientras espero la respuesta me froto con doloe un arañazo producido por el lobo

- Pero, ¡por Brishna! ¿Quién le ha hecho eso?

¿La mina? No lo sé... ¿Ha pasado algo en la mina?

Un tabernero honrado - pienso para mí - algo dificil de encontrar hoy en día. Aunque bueno, estando en un pueblo pequeño debería haberlo previsto.

-De acuerdo entonces, la primera noche se la pagaré, mañana saldré temprano y le traeré un ciervo, si así le complace, los de esta zona son lozanos y corpulentos, seguramente un buen ragoût podrá hacerse si la pieza es buena.

Mientras tanto, la entrada de un hombre visiblemente herido sorprende tanto al tabernero como a mí, balbuceando algo sobre una mina. Al fijarme en las heridas del hombre, decido intervenir y ayudarle

(uso el "toque de Brishna" sobre Barbery)

Barbery, recuperas un punto de vida.
Gilles, pierdes un punto de maná.

Una vez recuperado, le pregunto al hombre herido qué ha pasado en la mina

Me empiezo a impacientar, tamborileo la mesa con los dedos y decido silbarle a Derrin.

Derrin llega hasta -Necesita algo señor? Le sirvo algo? Dice, con cara seria.

-No gracias, Derrin, solamente me gustaría hablar con usted.

Derrin, bastante ocupado, le hubiera gustado no aterderme, pero perdería algo de su buena fama tratando mal a un pobre bhrisnita.

-Si, que pasa? Dice sentandose en la silla.

-Verá, me gustaría hablar sobre Gaavah... Digo mirandole fijamente. Bajo un poco la voz Me llamo Dheón, fui criado de Gaavah. Comprenderá que toda información sobre lo que me pueda porporcional es vital para mí.

Elora regresó a la taberna corriendo como si le llevase la vida en ello. Entró muy agitada y casi se vuelca en la barra.

- ¡Derrin, DERRIN! ¿Lo sabes ya?: un túnel de la mina se ha venido abajo, hay gente dentro.

Tras chillarle al tabernero la noticia se dirigió a la mesa del borracho. Rodilla en tierra junto a él le susurró apenada tomándole una mano.

Suspiró, trató de serenarse y sin esperar respuesta salió de la taberna.

[ 17. (http://www.cientoseis.es/index.php?topic=17952.msg334642#msg334642) ]

18.

En cuanto salió del monasterio de Brishna Elora se fue directamente a la taberna, debía pensar. En cuanto entró por la puerta repasó con la mirada a los parroquianos por si había novedades. Se encaminaba pensativa a una mesa libre. Hizo una seña a Derrin.

- ¿Vas a comer algo, Elora?
- Sí, el plato del día, lo que haya estará bien -suspiró.
- ¿Te pasa algo, muchacha? -frunció el ceño.
- Bah, pues que tengo mucho en lo que pensar. En cuanto acabe me retiro a mi habitación, por si alguien pregunta por mí.

Y cuando apuró el vino tras el último bocado subió las escaleras. Al llegar a su habitación se dejó caer en la cama con un suspiro. "Vale, Shan'dru, hoy he adelantado mucho. Siempre serán pocas las veces que te lo agradezca. Espero que el fruto sea bueno." Y añoró entonces su hogar, las Fiestas de la Primavera, las coronas de flores que su madre le enseñó a trenzar y luego lucía radiante. Y se durmió.

[ 19. ]

Cita de: Khram Cuervo Errante en 03 de Diciembre de 2009, 16:46
- Pero, ¡por Brishna! ¿Quién le ha hecho eso?
¿La mina? No lo sé... ¿Ha pasado algo en la mina?

<<Me acabo de enterar que por el bosque rondaban lobos salvajes, por cierto, ¿porque va el borracho al bosque? Otra cosa, no te enteraste que se hundio la mina o ¿que?

Cita de: barbery en 04 de Diciembre de 2009, 17:48

Cita de: Khram Cuervo Errante en 03 de Diciembre de 2009, 16:46
- Pero, ¡por Brishna! ¿Quién le ha hecho eso?
¿La mina? No lo sé... ¿Ha pasado algo en la mina?

<<Me acabo de enterar que por el bosque rondaban lobos salvajes, por cierto, ¿porque va el borracho al bosque? Otra cosa, no te enteraste que se hundio la mina o ¿que?

Cuando tú lo posteaste no, no lo sabía...

- ¿Que por qué va el borracho al bosque? Es una buena pregunta. Nadie lo sabe.

Entro en la taberna:

-Buenos dias tabernero! Syupongo que tendrá esa habitación que le llevo alquilando unos meses no? En fin, ya ha oído lo que ha pasado en la mina? Un extraño ser a liberado los mieros, no lo encuentra curioso? Y mira, le he seguido un trozo pero nada. Por cierto...- digo bajando la voz- he oído rumores... que pasó por tu taberna alguien sospechoso quando murió el religioso. He de creer algo de esos rumores? Se lo digo porqué si no es verdad no tendré inconveniente en cerrar la boca los que ataquen su local. -acabo, me doy quanta de que hablando me he ido hacercando ligeramente a él, para remarcar en tono de confianza.

Me despierto relajado, el anuncio del Inquisidor nos sorprende a todos, incluso a mí, aunque la fvverdad es que no deja de gustarme.

mE ACERCO AL TABERNERO Y LE PREGUNTO LO QUE LA NOCHE ANTERIOR DEJAMOS PARA OTRO RATO, PUES la hora no acompañaba y todos estabamos cansados.

-Tabernero... Recuerda lo que le dije ayer, de los rumores sobre que un extraño se pasó por aquí al tiempo que asessinaron al hermano de su religión, debo creer esos rumores? Ya sabe que si no són verdad seré el primero en acallar las bocas que mienten de tal modo.

Entro en la taberna y hablo con Derrin:

- Buenos días, Derrin. Ponme un agua, como siempre. Por cierto, no sabrás qué está pasando en el pueblo, ¿no? He estado enfermo en el día de ayer y hay mucho revuelo...

- Pues debe ser que el inquisidor es más bondadoso de lo que parecía. Todos los shun'karith disponibles acaban de acompañar al inquisidor a proclamar la prohibición de adorar a Brishna.

¿Qué? ¿QUÉ? - mi cabeza era un amasijo de ideas. ¿Por qué tal prohibición? ¿Estaría relacionada con el asesinato? ¿Qué diantres estaba pasando?

Conseguí serenarme un momento, y le pregunté:

- ¿El inquisidor está aquí? ¿Han ido al templo de Brishna o al de Rugan? ¡Rápido! - dije mientras tocaba nerviosamente el pomo de la espada, más por entretener mis manos y dedos con algo que por intenciones violentas.

Cita de: Mystik en 07 de Diciembre de 2009, 15:13
Me despierto relajado, el anuncio del Inquisidor nos sorprende a todos, incluso a mí, aunque la fvverdad es que no deja de gustarme.

mE ACERCO AL TABERNERO Y LE PREGUNTO LO QUE LA NOCHE ANTERIOR DEJAMOS PARA OTRO RATO, PUES la hora no acompañaba y todos estabamos cansados.

-Tabernero... Recuerda lo que le dije ayer, de los rumores sobre que un extraño se pasó por aquí al tiempo que asessinaron al hermano de su religión, debo creer esos rumores? Ya sabe que si no són verdad seré el primero en acallar las bocas que mienten de tal modo.

- ¿Uno? Por aquí pasan muchos extranjeros...

Entro en la taberna y me dirijo a la barra, me siento y le hago un gesto al tabernero para que venga.

- Hola, señor. ¿Qué desea?

Ponme una cerveza bien fria.

Le hago un gesto para que se acerque y le digo:
Como sabe, no soy de aquí y estoy de paso, pero antes tengo que hacer unas consultas.
Sabe si hay algun erudito por el pueblo, alguien que sepa mucho sobre dioses... Donde podría encontrarlo?

Cita de: Shadark Vi Britannia en 08 de Diciembre de 2009, 20:31
¿Qué? ¿QUÉ? - mi cabeza era un amasijo de ideas. ¿Por qué tal prohibición? ¿Estaría relacionada con el asesinato? ¿Qué diantres estaba pasando?

Conseguí serenarme un momento, y le pregunté:

- ¿El inquisidor está aquí? ¿Han ido al templo de Brishna o al de Rugan? ¡Rápido! - dije mientras tocaba nerviosamente el pomo de la espada, más por entretener mis manos y dedos con algo que por intenciones violentas.

Off-rol: Podías contestar, y tal :_

Cita de: Shadark Vi Britannia en 08 de Diciembre de 2009, 20:31
¿Qué? ¿QUÉ? - mi cabeza era un amasijo de ideas. ¿Por qué tal prohibición? ¿Estaría relacionada con el asesinato? ¿Qué diantres estaba pasando?

Conseguí serenarme un momento, y le pregunté:

- ¿El inquisidor está aquí? ¿Han ido al templo de Brishna o al de Rugan? ¡Rápido! - dije mientras tocaba nerviosamente el pomo de la espada, más por entretener mis manos y dedos con algo que por intenciones violentas.

Cita de: Shadark Vi Britannia en 09 de Diciembre de 2009, 23:35

Cita de: Shadark Vi Britannia en 08 de Diciembre de 2009, 20:31
¿Qué? ¿QUÉ? - mi cabeza era un amasijo de ideas. ¿Por qué tal prohibición? ¿Estaría relacionada con el asesinato? ¿Qué diantres estaba pasando?

Conseguí serenarme un momento, y le pregunté:

- ¿El inquisidor está aquí? ¿Han ido al templo de Brishna o al de Rugan? ¡Rápido! - dije mientras tocaba nerviosamente el pomo de la espada, más por entretener mis manos y dedos con algo que por intenciones violentas.

Off-rol: Podías contestar, y tal :_

Joder, habrás estado enfermo, pero ha armado revuelo, gritado a voz en cuello... ¿Quieres más indicios? Es evidente, Shadark...

Cita de: Des en 09 de Diciembre de 2009, 19:09
Ponme una cerveza bien fria.

Le hago un gesto para que se acerque y le digo:
Como sabe, no soy de aquí y estoy de paso, pero antes tengo que hacer unas consultas.
Sabe si hay algun erudito por el pueblo, alguien que sepa mucho sobre dioses... Donde podría encontrarlo?

- Quizá en alguno de los templos... En el de Brishna tienen una gran biblioteca, así que supongo que algo sabrán de dioses.

-Bueno, es normal no acordarse, tabernero, guardame mi haitación de siempre, grácias- digo mienntras salgo de la taberna.

Cita de: Khram Cuervo Errante en 10 de Diciembre de 2009, 11:12

Cita de: Des en 09 de Diciembre de 2009, 19:09
Ponme una cerveza bien fria.

Le hago un gesto para que se acerque y le digo:
Como sabe, no soy de aquí y estoy de paso, pero antes tengo que hacer unas consultas.
Sabe si hay algun erudito por el pueblo, alguien que sepa mucho sobre dioses... Donde podría encontrarlo?

- Quizá en alguno de los templos... En el de Brishna tienen una gran biblioteca, así que supongo que algo sabrán de dioses.

Gracias.

Le pago, le dejo una propina y me marcho camino casa de la alquimista.

Le hago un saludo con la cabeza a todos los presentes y me dirijo a Derrin.

-Buenas ¿De casualida has visto al paladín que vino al pueblo hace unos días?

Entro y saludo a Derrin e inmediatamente veo a mi hermano visiblemente nervioso aferrando el pomo de su espada al su lado.

-Rugan te guarde hermano, espero que te hayas recuperado de esas fiebres; aunque no muestras muy buen aspecto. ¿Que te ha hecho venir esta mañana a la taberna? Es algo extraño en tu rutina-

Cita de: Chavi en 11 de Diciembre de 2009, 18:01
Le hago un saludo con la cabeza a todos los presentes y me dirijo a Derrin.

-Buenas ¿De casualida has visto al paladín que vino al pueblo hace unos días?

- ¿Un ksatriya? Mmmm... creo que le he visto en un par de ocasiones. Pero hace tiempo que no sé de él...

-Ya veo... ¿Si lo vé podría decirle que el portero lo está buscando? Él lo entenderá. Muchas gracias.

Salgo de la taberna y empiezo a buscar por las calles.

Entro a la taberna, la noche se acerca y esta casi vacia la taberna.
-Buenas noches, Derrin, le voy a alquilar una habitación. Pongo unas monedas sobre la mesada. Tambien, si fueras tan amable, decirle a Elora, la elfa, que un paladín de la luz la esta buscando. Gracias.

Dicho esto marcho a la habitación, donde le rezo a la Diosa, y me acuesto a dormir.

Salgo de mi habitación, y voy a hablar con Derrin.

-Buenos días, un vaso de agua, por favor.

-Aquí tienes, muchacho.

-Gracias Derrin, has visto a la elfa?

-No, supongo que o no se ha despertado o ha salido demasiado temprano.

-Gracias, nuevamente. Esperaré un rato aquí.

Entro saludando a todos los presentes con un gesto. Finalmente encuentro al paladín. Me digo para mis adentros que debo preguntrle el nombre. Me siento a su lado y le digo en voz baja.

-Buenos días ¿Podríamos hablar en privado?

Su aspecto lo delataba, un hermano de fé se me había acercado.

-Buen día, de que se trata? Señor...?

-Soy Vaqanesh Raamah, nos conocimos el otro día.

Disimuladamente saco una opluma de papel y escribo: Templo, sígueme el juego.

-Me gustría hablar cuestiones de adaptar la fe según la situación, me sentiría más cómodo en privado. Por cierto ¿Cual era tu nombre?

Ahora recordaba, aquel día de la llegada de ese Insquisidor cuando hable con el portero, el estaba ahí.

Observo lo que había escrito. Sin duda alguna le empiezo a seguir el juego.

-Vaqanesh, me llamo Dheón.

Agarro el papel y la pluma y escribo Sígueme

Me levanto, obvervo toda la taberna sin levantar sospechas y me dirijo a la habitación que había alquilado.

Lo sigo.

Entro en la taberna y busco a Derrin con la mirada. Se encuentra acodado tras la barra, mirando las musarañas. Este hombre parece siempre tranquilo, con la que se está preparando ahí fuera...

Me acerco y le saludo:
- Buenas, Derrin. Me han dicho que un tal Dhéon se hospeda aquí. ¿Está ahora?

- Pues sí, está en su habitación con uno de los brishnitas. Es la cuarta habitación del piso de arriba.

Gracias Derrin.

Subo las escaleras, y llamo a la cuarta habitación.

Insisto y vuelvo a llamar, algo más fuerte:
- ¿Déhon el paladín? Me gustaría tratar un asunto privado con usted.

Fuera de juego: Stefan no vuelve hasta mañana por la mañana. Y cuando entres recuerda que estoy yo con el así que tienes que mandarme el mp a mi también.

Abro la puerta de en par en par. Una persona muy bien vestida esta parada enfrente mio.
-Saludos, A que se debe esta visita? Digo sorprendido, pues quiero ser lo mas respetuoso posible.

- "Saludos, me llamo Laurent Du Volet, de la prestigiosa casa Du Volet. Quizá me conozca por el negovio maderero que dirijo en Majapiedra.
Pero no es eso lo que me trae hasta aquí. Soy además muy aficionado al estudio, y actualmente me encuentro investigando algunos de los acontecimientos que han marcado la historia de nuestro reino en los últimos años. Me han dicho que usted podría tener información relacionada, gracias a su relación con un sacerdote que ha fallecido recientemente, Gaavah. He pensado que podría compartirla conmigo."

Entonces reparo en una tercera persona que hay al fondo de la habitación.

- "Vaya, veo que está usted ocupado. Lo siento, Derrin no me dijo nada." - Y dirigiéndome hacia el nuevo - "¿Con quién tengo el placer?"

-Buenas tardes, soy Vaqanesh. Un gusto conocerla.

- Encantado.
Entonces, Dhéon, ¿podemos hablar un momento en privado, o prefiere que le espere en mi almacén más tarde?

-Como desee.

Me dirijo a Vaqanesh. -Ve hasta allí. Dile que vienes de parte mía y quedate allí hasta que vaya.

-Pase, buen hombre.

Cuando Vaqanesh deja la habitación, comienzo a hablar.

- Usted ha sido discípulo de Gaavah, ¿no es así? Quizá podríamos compartir algunos recuerdos sobre él y sus estudios, y la pérdida tan terrible que ha supuesto su inesperada muerte.

-Nos vemos allí.

Salgo de la taberna y me dirijo  a la casa del alquimista evitando las zonas más transitadas del pueblo y atento por si hay Ruganitas.

Freya

Traspaso el umbral de la puerta en silencio y sin dirigir la vista hacia nada ni nadie camino directa hacia la barra, allí saludo cortésmente al tabernero.

- Buenas tardes -

Me llevé una mano a mis pertenencias y le mostré tres peces medianamente grandes y en buen estado.

- Carezco de dinero por eso me gustaría saber si a cambio de estos peces me podría servir una cerveza -

- Claro, pasa y siéntate.

Freya

- Muchas gracias - dicho esto le dejo el pescado y camino hasta una de las redondas mesas para sentarme.

Una vez tengo la bebida en la mano observo el líquido unos momentos para luego dar un largo trago, vaya si hacía tiempo que no bebía...y eso que antes tomaba bastante cerveza....siempre había algo que festejar junto a Torek...

"eran otros tiempos..." pensé para mi bajando el vaso hasta apoyarlo.

Salgo semi-apurado de la habitacion y sin mirar a nadie me voy hacia afuera de la taberna.

Yo salgo a la vez que él, pero tan tranquilo.

Saludo a Derrin al pasar.

- Buen día, Derrin, gracias.

Entro en la taberna y me dirijo a la barra en busca del Tabernero y le alzo la mano como señal para llamar su atención.

- Vaya, un bortai... ¿qué se te ofrece?

-Sabe si alguien necesita servicios de los que alguien como yo pudiera ocuparse? Digamos que necesito algo de dinero...

- Pues... no sé... ¿De qué tipo de servicio hablamos?

- Digamos que tengo experiencia manejando la espada, podría ofrecer protección a alguien, aunque tampoco pueda negarme a un buen y honrado trabajo.

- Psssss... hay un comerciante de maderas en la ciudad, un mydonita. Es el único que podría necesitar escolta o protección. Aquí la gente es minera y agricultora, no somos dirigentes ni ricos para necesitar guardaespaldas. Cualquier otro trabajo, tendrás que presentarte en las minas y buscar a un capataz, a ver si te da algún trabajo, aunque después del derrumbe del otro día, va a ser complicado.

Aparte de eso, por aquí no se ofrecen muchas oportunidades.

Gracias, daré una vuelta por el pueblo a ver si encuentro algo y luego puede que pase por casa del mydonita.

Acabada la conversación salí del local algo indignado...

Llegamos junto con el Bortai en las cercanias de la taberna:

-Si alguien nos reconoce nos hacemos pasar por extranjeros y nos vamos rápidamente. Aunque a mi lo dudo pues no llevo los atuendos que me caracterizan.

-De acuerdo, vayamos a la barra, si alguien sabe algo de el borracho seguro es el tabernero no creo que los clientes puedan decirte mucho sobre fantasmas de borrachos

No habéis llegado a la barra cuando, sin saber cómo ni de dónde, entra Alvea acompañada de un hombre. Alto, pelo largo y moreno, viste los colores de la madre. De su costado, pende una enorme hoja.

- He regresado - dice por toda presentación.

Finalmente llego a la taberna, justo para ver a Alveaentrar acompañada así que me olvido de eso de esperar afuera y entro.

Sí

Intentando pasar desaprecibido y mientras la gente se gira para mirarle intento llamar la atencion del tabernero, em mantengo alerta por si alguien me reconoce.

-Buenas- Digo dirigiéndome al acompañante de Alvea.-Perdone por el trato que le dimos hace unas horas, me deje llavar... Lo siento.

No es el fantasma, pero es el mismo.

Es el borracho que había en la taberna, del cual vísteis una proyección cósmica. ¿Ya?

A pesar de estar viendo al mismo hombre que un rato atrás no estoy confundido. Cosas peores he visto. Espero a que el tabenero me vea y se hacerque, si lo hace le digo en voz baja:

-Tenemos de qué hablar, y es urgente. Ese hombre, el borracho, creo que es mucho más de lo que aparenta ser.

Resoplando por la carrera, entro en la taberna seguida del famoso borracho. Me acerco a la mesa en la que están el bortai y el sacerdote (o lo que sea Chavi)
- Arf, arf. Pensé que habíais ido al templo a por Asthaar. Menos mal que os he pillado a tiempo. Él no es culpable, y Rugan probablemente tampoco.

-Explícate mejor, quien es el que esta detrás de todo esto entonces?

Tomo aire, en parte para recuperar el aliento pero también para poner en orden mis ideas. Explicar todo lo que se ahora mismo me parece imposible y no consigo que las palabras fluyan. Al final opto por el método directo. Tendré que confiar en que me crean.

Miro en derredor para controlar quién hay en derredor, y bajo la voz para intentar que sólo me escuchen los que están a mi lado

- No fue un ruganita el culpable de la muerte, quien fuese es un devoto de Bradema, probablemente un mago. Ella es la que está influyendo al dios Rugan para que destrone a Brishna. Él - digo señalando al borracho - me contó todo lo que me faltaba para unir los hilos. Los escritos de Gaavah dan pistas sobre la influencia de Bradema en Rugan. Es una larga historia, pero si quereis puedo intentar contárosla

-A estas alturas ya soy capaz de creer cualquier cosa. Por favor continua, aunque tal vez sea mejor ir a otro sitio.


Miro de soslayo al mago, ya era extraño que se hubiera sumado a nosotros asi como asi, y esto... No debía ser el único que hizo esa conección pero de ninguna forma podía juzgarlo solo por eso. Aunque me preparo para deshacer cualquier conjuro que intentara.

Viendo que nadie me dirige la palabra me empiezo a inquietar, aquí pasa algo o són cosas mías? Cosas mías probablemente. Le pregunto al tabernero:

-Cuando hace que este borracho viene a la taberna?

- Pues... mucho tiempo... no recuerdo cuánto exactamente...

Sigo con la mirada el gesto del sacerdote y veo a un mago charlando con Derrin. No me suena su cara, debe ser nuevo...y con todo lo que está pasando no me fio mucho de un mago recién llegado.
Sin quitarle ojo de encima saco unos pergaminos de mi bolsa y se los entrego al brishnita, ignorando al bortai pues lo supongo analfabeto.
- Esto son escritos de Gaavah, juzga por ti mismo.

Que se te suponga, no quiere decir que lo seas... puedes preguntarle a Calabria quién le ha dado esos escritos y se dará cuenta de que un bortai puede ser bárbaro, pero no analfabeto.

Rápidamente tomo los libros y los escondo bajo la túnica. Moría por leerlos pero no era prudente, no aquí. No solo por la presencia del Shyrmita que parecía no haberse enterado de nada, cosa que francamente dudaba y hacía que mis sospechas aumentaran.

Miro el rápido movimiento del monje con los libros me molesta un poco que me hayan dejado al margen de esto pero tenia un asunto que hacer, así que les susurre a ambos:

Me gustaría leer esos libros también mas tarde, ahora tengo un asunto que solo yo puedo hacer

Me doy media vuelta y me dirijo a la barra donde se encuentra el mago hablando con el tabernero.

Mago, dejemos el local, las preguntas que nos pueden resolver aquí también nos las pueden resolver mas tarde y con mas detalles de la alquimista. Ahora vayamos a visitar a ese ruganita puede decirnos muchas mas cosas y no me temo que no nos queda demasiado tiempo.

Durante unos segundos observo callada como el bortai se dirige hacia el mago y se aleja con él. No me fio un pelo de ninguno de los dos, a saber lo que pretenden...ese bárbaro no conoce más términos que la violencia, y en manos del mago puede ser una marioneta peligrosa.
- Vamos a mi casa si prefieres discutir allí, pero te aseguro que no mentimos

- No. Se está empezando a desatar. Hay que actuar enseguida, no hay tiempo de parlamentos. Si esos dos dan con el ruganita, el pueblo desaparecerá.

Casi que involuntariamente, mi cuerpo les corta el paso a Tyr y el Shyrmita.

-Esperen, el acompañante de Alvea parece saber algo que deberíamos escuchar antes.

-Estoy contigo, vayamos a por el ruganita. Aunque no me gusta este clima de inseguridad que se cierne sobre nosotros.

Digo antes de que hable esta ultimo.

Que hable pues.

- Entonces, escuchad a Álvea. No es a un ruganita a quien hay que buscar.

Sera buena idea hablarlo aquí?

- Preferiría no tener que discutirlo ahora, creo que es más urgente intentar hablar con los hermanos Deschain y ponerlos de nuestra parte. Con algunos ruganitas a nuestro favor hay posibilidades de desmontar todo esto. Pero si quereis explicaciones no creo que Derrin tenga problemas en prestarnos una de sus habitaciones por un rato.

Me siento y miro a mi alrededor

No, no hay mucha gente. Es hora de trabajar y la gente está currando.

Derrin te mira con cara de pocos amigos y, con una mirada escrutadora, te dice:

- ¿Qué es lo que quiere?

Perdón: ERROR DEL MASTER. Creía que tú eras el del pájaro...

Salgo de mi casa después de estar todo el día ocupada reponiendo las pociones y remedios agotados de mi establecimiento. A pesar de haber cambiado la ropa de trabajo por una más elegante el olor de las hierbas y ungüentos sigue prendido en mi pelo y mis manos, por suerte esta vez es un olor agradable.

Con paso tranquilo me dirijo a la taberna, observando con una mezcla de curiosidad y suspicacia a un grupito de personas que visten túnicas y charlan animadamente en una esquina. Magos. Están por todas partes desde aquello. No me gusta, no me gusta nada

- Buenas tardes Derrin. Vengo en son de paz - saco de mi bolso de cuero un frasquito cerámico, y se lo enseño mientras entro - Te he traído un poco de ese "potingue" como tú lo llamas para tus achaques. Cortesía de la casa.

Dejo el bote en la barra, a su lado y me siento en un taburete un poco más allá, esperando a que acabe de atender al forastero.

-Buen día, por ahora nada, gracias

Y mientras digo esto reparo en la mujer que acaba de entrar y darle una botellita al tabernero.
Parece ser una citadina...

Haciendo caso omiso del hombre, Derrin se centra en la alquimista.

- Muchas gracias - dice en tono seco. - Y ahora, dime: ¿a qué has venido? No es que me importe, pero si vienes con regalos es que algo quieres.

- No me malinterpretes, no quiero nada
Hago una pequeña pausa mientras miro al suelo pensativa. Tras levantar la vista, comienzo a hablar mirando a los ojos a Derrin
- Eres un buen hombre y no me gusta que pienses que he provocado algo de lo que está pasando aquí. La desaparición del borracho, como tú le llamas, me duele más a mí que a ti, y lo mismo te puedo decir del cierre de la biblioteca y la abundancia de magos. Puede que sea bueno para mi negocio, pero no me fio un pelo de ellos. Te pediría perdón si tuviese la culpa de algo, pero no la tengo, lo que pasó hace tres meses obedece a intereses y causas mayores que tú y que yo.

- ¿No desapareció por tu culpa? Entonces, ¿por qué no ha vuelto desde que se fue contigo? No digo que tú tengas la culpa de que anden por aquí tantos magos, pero sin duda está muy relacionado.

Viendo que no hacia nada en la taberna, y apenas me interesaba escuchar una discusion entre el tabernero y una mujer, y tenia cosas mas importantes que hacer aparte decido salir del lugar.

-Buenos días

Me levanto de la silla y salgo de la taberna

Cita de: Khram Cuervo Errante en 21 de Diciembre de 2010, 19:44
- ¿No desapareció por tu culpa? Entonces, ¿por qué no ha vuelto desde que se fue contigo? No digo que tú tengas la culpa de que anden por aquí tantos magos, pero sin duda está muy relacionado.

- Claro que lo está, pero yo no se a dónde fue ni si volverá. No es este el lugar adecuado para teorizar sobre ese hombre, y ambos tenemos negocios que atender, pero te diré algo antes de marcharme: Algo grande se está montando, no te fíes de los de los magos. Buenos días Derrin.

Con un gesto de la mano me despido y salgo de la taberna más preocupada que entré. No es bueno que el druida lleve tanto tiempo fuera ¿sería conveniente ir a buscarle? ¿Quién si no puede ofrecernos ayuda? Mejor pensarlo con una taza de caldo en las manos y sentada en mi sillón.

- Entonces ¡búscalo! Porque se fue contigo.

La voz de Derrin te llega seca, incluso a través de la puerta.

Dejo la jaula del otro lado de la puerta y entro con cautela con las manos en alto. Luego me dirijo a Derrin antes que digiera algo (o arrojara algo).

-No soy un mago, me han estado confundiendo con uno una y otra vez desde hace días por el Búho y ya estaba arto. Ahora me entero del porque, media Shyrm está dando vueltas por el pueblo. Solo quiero aclarar el malentendido.

Dicho esto bajo los brazos y espero la respuesta del tabernero.

Derrin te mira raro, pero al final te pregunta:

- ¿De donde eres? ¿A quién sirves?

-De Mydon, soy mercader.- Abro la puerta y recojo la jaula.- Tuve que separarme de mi caravana hace para poder entregar a este pequeñín a tiempo y desde entonces mi viaje a sido un purgatorio. Lo peor de todo es que llegué varios días antes de lo acordado.

- ¿De Mydon? ¿Cómo de Mydon? No tienes pinta de mydonita, para empezar.

A mí no me engañes. ¿Quién es el jefe de armas de la Casa Dean? Si lo sabes, empezaré a creer que eres de Mydon...

Bajo los hombros y contesto.

-Está bien, lo confieso, mi familia huyó de Shyrm cuando la guerra con Entrovia. Y no, no tengo ni idea de quien es. Como sea, he dicho cuanto tenía que decir, si quieres alquilarme una habitación bien sino tengo una fogata que armar. En cualquier caso: Buenas noches.

- Espera, tirafuegos...

Tienes un plato asegurado a la noche y una habitación. Pero si viene algún paisano tuyo, la compartiréis.

Entro a la taberna y me dirijo a Derrin
-Una habitación y un plato de comida, por favor... Cuanto es?

Y voy sacando mi dinero arriba del mostrador

Son dos lunas de plata...

Si no tienes, bien puedes trabajar aquí.

-Si te puedo servir de algo, pues bien, estoy a las ordenes

¿Sabes cazar? Pues ea, esta noche la pasas aquí, pero mañana quiero dos piezas bien gordas si quieres pasar aquí la noche.

En donde este asi el bosque otra vez no voy a poder pagarle... Debería explicarle que no pude entrar al bosque hoy? Quedaría como un idiota! Aún asi creo que debería explicarle..

-Pues verá señor, se cazar, y se curtir pieles, pero hoy estuve intentando entrar al bosque y algo raro estaba pasando, como una barrera mágica. No fui el único que se desmayo intentando ver que estaba pasando, y al parecer el que quiere entrar al bosque, vuelve a salir sin quererlo... Asi que no se si podré cumplir su pedido

- Putos magos... ya te las arreglarás, ¿eh?

-Pues lo intentaré si, veré que hago si el bosque sigue igual

¿Tú por ti mismo? Uno sin cena o sólo la cena

Le doy las gracias a Derrin y le prometo irme pagando todo una vez realizara la entrega de la lechuza, estaba claro que no me creía pero por suerte había llegado el druida y me dejó por mi cuenta. Mientras termino mi plato de comida escucho su conversación.

-Pfff... como para que no tubiera problemas para llegar. ¿Qué otra cosa han estado haciendo mis... compatriotas?- Haciendo un énfasis casi despectivo en compatriotas.

En el fondo dudaba que fuera obra de ellos pero era claro que Derrin no lo hacía

-Si esto es todo, gracias, donde es mi habitacion?

Y me dirijo hacia ella.

Golpeo la puerta y luego entro al recinto.
Le hablo al vacio
-Buenos Dias

- Buenos días - se oye desde la trastienda.

No, ahora está solo.

Me adentro un poco mas al recinto.

-Hola soy Tom. Disculpe el atrevimiento, ¿está abierto el local? Por que en el dia de ayer he llegado y me he encontrado con ese altercado

- Sí, está abierto. ¿Quién sois y qué queréis?

-Bueno, para empezar soy Tom Lanf, y como puedes ver soy uno de los pollos (le señalo el águila en mi pecho). Como te decia, ayer llegue a Majapiedra, estoy aqui para encontrar a una persona, que tiene fama de loco, y pense que tu capaz sabes algo. No me malinterpretes, yo no te estoy presionando. Pero si sabes algo del paradero de este tipo, estaria muy agradecido.

- ¿Alguien con fama de loco? Aquí, últimamente, los locos nos sobran. Los ruganitas, para empezar. Y después toda esa caterva de magos que pulula sin cesar por el pueblo. ¿buscas a alguien en concreto?

Cita de: Khram Cuervo Errante en 08 de Febrero de 2011, 17:23
- ¿Alguien con fama de loco? Aquí, últimamente, los locos nos sobran. Los ruganitas, para empezar. Y después toda esa caterva de magos que pulula sin cesar por el pueblo. ¿buscas a alguien en concreto?

-En realidad reseñas concretas no tengo. He venido aqui con poca informacion de echo. Solo se es un Druida-Bortai que se ha echo pasar por loco para escapar de su tierra, y que por supuesto, quiere que halla paz entre todos.

- ¿Un druida bortai? Hay un druida pululando por aquí en los últimos días. Pregúntale a él.

-Como no se me ha ocurrido antes! Gracias. Ah, por sierto, para esta noche tienes un cuarto para mi?

- Si tienes con qué pagarlo, sí. Si no, siempre puedes traer tú la cena.

-Muy Bien, Gracias.
Me dirijo hacia la puerta y salgo

La taberna por fin, alabada sea... ehh... ¿en ese antro de mala muerte voy a dormir, beber y hacer esas cosas que las personas tienen que hacer algunas veces al día yo? En fin. La vocación. Todo por la vocación. Podría ser peor, podría llover.

Dejo a mi caballo en la puerta, pero sin amarrar. Tampoco va a ir muy lejos después de la paliza que se ha pegado. Me acerco a su oído, le susurro algo con delicadeza acompañada de una caricia en la crin y entro por la puerta del edificio.

- Hola... ¿hola?

Te atiende un fornido tabernero que lleva el mandil más impoluto que hayas visto. Es recio, sin ser gordo y aún se ven en sus brazos el signo de unos músculos bien entrenados.

- Buenas, caballero - su tono es demasiado reticente y te mira de forma demasiado inquisitiva. - ¿Qué se le ofrece?

- Ehh, bueno... supongo. Acabo de llegar al pueblo ahora mismo y voy a necesitar alojamiento, no sé para cuanto tiempo en realidad, ¿es buena su cerveza? Bueno, eso ahora no importa... necesito algunas indicaciones, estoy buscando el Templo de Brishna y me gustaría dirigirme allí de inmediato, luego volveré y, oiga, ¿su cerveza es buena? En fin. Si puede ayudarme se lo agradeceré.

El posadero vuelve a mirarte de reojo mientras termina de limpiar una jarra. La deposita sobre la mesa con brusquedad y utiliza un tono que bien podría haber sido el de un caudillo bortai.

- Mi cerveza es la mejor. Si quieres alojamiento y comida serán dos bronces al día. Si no los tienes, puedes cazar para mí. Te prepararé tu ración, me quedaré con el resto para los clientes y tú podrás dormir en alguna de las alcobas de arriba.



- ¿El templo de Brishna? Sal de la taberna y bordéala. Sigue la calle ancha que lleva a la plaza y crúzala. Verás un campanario. Bajo él se sitúa el templo de Brishna. Pero ten cuidado. Los ruganitas tienen su abadía justo al lado y no están contentos.

- No se preocupe buen hombre, le pagaré de buenísima gana. Aunque tampoco sé lo que iba a cazar si hiciese falta... aunque si sabe usted cocinar resfriados ha dado con el individuo adecuado: los cazo, los pesco, prácticamente me saltan al cuello en cuanto me ven, deben sentir al verme lo que yo al ver esta maravillosa posada. Mi caballo está fuera, ¿se ocupará de que esté bien atendido, si es tan amable? Estará más cansado que yo, tanto tocotó, toco... bueno usted ya sabe, qué no sabrá de estas cosas. Es usted muy amable. Luego volveré, acepte usted esto como adelanto.

Mis bolsillos, las monedas... aquí... no, aquí no; allí... bien, aquí están. Pongo sobre la mesa una luna de plata y tras eso, me despido cordialmente y salgo de allí. Una vez fuera me dirijo al templo de Brishna, con paso renqueante y no muy vigoroso, pero constante.