"A mi hijo Paco lo mató el jaco y a mi hija Carolina la cocaína"

 


Terminó con el epitafio "Sea carne o pescado, sabe mejor flambeado"

 



Su único amigo hace un gran esfuerzo para señalar con estilo y elegancia un oscuro callejón con su tercera pata de palo, la que ganó en un concurso de salto de pértiga.

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Y cuando sintió su aliento en la nuca y el tacto de la madera de caoba brasileña subiendo por su cavidad rectal supo que no había escapatoria, y que a partir de entonces todo sería dolor.

 


Finalmente despertó, sus sábanas estaban empapadas de sudor y fluidos corporales, había dado a luz sin ni siquiera saberlo.

 


Pingu afirmaba que había mantenido relaciones sexuales con el bebé vestido de bailarina, pero que éste ya no era bebé, sino que era un emo adolescente.

Así que se preparó con todo lo que tenía, haciendo gala de todo el encanto que era posible, agarrò sus armas (un consolador, pañuelos, esposas, látigos y todo tipo de material erótico) y se lanzó en persecución de su objetivo.

4.- De pronto, Idunne y Jessi, que estaba escondida detrás de la puerta, cogieron a Horses y Winters por las muñecas, los esposaron y, lentamente, se los llevaron hacia las camillas. De fondo se oían las risas maléficas de Pingu y Eritea.

Falta uno, Horses gogogo!

¿EritRea?¿EritRea? ¡¡¡Lo mato!!!