CientoSeis

La noche ha sido tranquila y apacible. A pesar del frío de las montañas, no ha caído la esperada helada que debía haber cubierto los campos de una fina capa blanquecina. El pueblo comienza a desperezarse y en algunas casas comienzan ya a escucharse los antiguos cantos mineros que han de llenar las gargantas de los trabajadores.

Afuera, el ruido de los pesados cascos, el tintineo de las espadas en las vainas, y las piezas de los arreos, añaden la nota discordante en la vida de Majapiedra. El destino de la melodiosa comitiva es la abadía de Rugan, donde los sonidos se van apagando hasta que una voz, atronadora, retumba en todo el valle, lanzando al aire el antiguo saludo:

¡Abrid en nombre de Rugan! ¡El Inquisidor Jadar solicita la entrada en nombre de la Justicia divina!

Me despierto junto con el canto de los gallos para tener tiempo de mis oraciones, aunque no por levantarme más temprano estoy más despierto. Como de costumbre, aunque ahora más que antes, le pido a la Diosa que ilumine mi camino y sea mi guía.

Tras haber terminado salgo del templo para despejarme con el aire fresco de la mañana, es entonces cuando reparo en el "ejército" que quiere entrar en la abadía de Rugan. ¿Qué tanto se ha apartado el hijo del sendero de la madre? Pienso tristemente para mis adentros.

Iba por el medio de las oraciones y podía sentir el galope de cascos. Le pedí fuerzas y explicaciones a la Diosa y decidí ir hacia afuera. Un grupo numeroso de gente acababa de gritar. Tenían el emblema de Rugan.
Obvervo al señor que estaba cerca, que conosco como el portero y le dirijo la palabra

-Buenos días, el portero, no? No se su nombre, pero me han dicho cosas buenas de usted... Bastante movida esta mañana no cree?

Cita de: Stefan en 30 de Noviembre de 2009, 13:55
Iba por el medio de las oraciones y podía sentir el galope de cascos. Le pedí fuerzas y explicaciones a la Diosa y decidí ir hacia afuera. Un grupo numeroso de gente acababa de gritar. Tenían el emblema de Rugan.
Obvervo al señor que estaba cerca, que conosco como el portero y le dirijo la palabra

-Buenos días, el portero, no? No se su nombre, pero me han dicho cosas buenas de usted... Bastante movida esta mañana no cree?

- Pues, mira hermano... si viene el Inquisidor con todo este séquito, algo me dice que no es aún todo lo movida que se va a poner... ¡Rugan nos asista!

-Tendrá algo que ver con el asesinato? Y ya que hablamos de esto, el día de la muerte de Gaavah, sabe quien entró y salió del templo?

No puedo evitar oír la conversación.

-Disculpe, yo fui el portero ese día. Me encantaría ayudarlo pero creo que será mejor que hale con Mireas, la superiora de nuestro convento. Ahora si me disculpa...

Me despido con una leve reverencia y vuelvo a entrar al templo.

Me decido aprovechar la mañana para conversar y obtener algo de información.

Saludos, buen hombre, que tengas un buen día.

Me dirijo al templo para conversar con la madre superiora, y si lo encuentro con el viceprior

El inquisidor, un hombre entrado en años, pero enérgico, se dirige al establecimiento de la alquimista seguido por una escolta de tres shun'karith veteranos.

Cuando llega, golpea la puerta, llamando. Al no obtener respuesta, el golpeo se hace más agresivo e intenso, mientras uno de los heraldos grita a voz en cuello:

- ¡Abrid en nombre de Rugan

Me despierto con los primeros cantos y ruidos de los animales diurnos que habitan el bosque.

Me dirijo rápidamente hacia el pueblo, hay cosas que me gustaría solucionar cuanto antes. Aunque cuando llegue a el veo que los ciudadanos se muestran inquietos, e incluso ya he oído la palabra inquisidor varias veces.

-Maldición, la ultima vez que me mandaron y había un inquisidor casi acabo muerto.

No es que los inquisidores fueran algo que diera muchos problemas pero esos estúpidos ruganitas están dispuestos a morir si así defendían al inquisidor, y matar a alguien que daría su vida gustoso por matarte es algo muy difícil de afrontar.

Sera mejor que no me meta en líos por ahora, aunque si ellos me encuentran no me importaría inundar este pueblo en la sangre de sus habitantes.

Me tapo la cara con mi túnica para no levantar mas sospechas y me dirijo a casa de la alquimista, aunque cuando llego se hace la visión realidad. Ya sabia yo que los problemas vendrían a mi, el inquisidor y sus guardias estaban aporreando la puerta de la alquimista. Me cubrí bien a un lado del comercio esperando averiguar que se traía entre manos tal personaje.

(Uso sigilo para escuchar la conversación sin ser detectado)

Cita de: Clave en 30 de Noviembre de 2009, 15:08

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Salgo del templo y los visitantes nuevos siguen allí. No es asunto mío, pienso, y me dirijo a la biblioteca con algunos libros.

Me despierto en mi casa con toda la tranquilidad del mundo.
Cojo un trozo de carne y lo aso al fuego mientras me caliento tras la larga y fria noche. Despues de tomar el frugal desayuno, salgo de casa donde me entero sobre la llegada del inquisidor.
<<¿Que podria hacer aqui un inquisidor?¿Tendra algo que ver con el asesinato?>> pienso yo.
Debido a eso voy corriendo hasta la biblioteca tras haber visto que el inquisidor esta viendo a la alquimista.

Me levanto temprano como cada día, pero hoy decido no seguir la rutina habitual de iniciar el día visitando la biblioteca. Ayer descuidé el almacén todo el día, así que me dirijo allí a ocuparme del negocio.

Me despierto recuperado. Tras tomarme lo que el amable tabernero habia incluido en el precio (la leche estaba algo agria <---- pierdes un punto de vida -así tendrás más cuidado a la hora de valorar mi leche-) voy al bosque y oslo llegar la fortuna me asiste, un conejo pa'l buche. Quando vuelvo hacia el pueblo veo la comitiva que todo gritando ante la puerta del alquimista se identifica como la comitiva de un inquisidor.

<<Curioso>>

Acto seguido me dirijo a la Bilbioteca.

Tras la charla con el inquisidor salgo nerviosa en dirección al bosque
Muy, muy importante debe ser este asunto para que tal comitiva venga hasta aquí. Esperemos que Elora haya conseguido alguna información de utilidad
A medio camino me doy cuenta de que he olvidado coger algo de pan blanco y queso para compartir con ella, pero habíamos quedado a primera hora y esta visita me ha retrasado así que decido no darme la vuelta.

En cuanto el inquisidor se marcha veo como la alquimista va dirección al bosque con bastante prisa.

La alcanzo y le toco el hombro para poder hablar con ella.

-Mucho me temo señora alquimista que voy a tener que interrumpir su reunión durante un instante. Así que haga el favor de acompañarme y no se resista, la información que deseo obtener la aprecio mas que a su vida. .- Le digo mientras me levanto levemente la túnica para enseñarle mi espada.

- Entonces, va a ser tan amable de acompañarme de buen agrado?

Me levanto temprano y me acerco al rio a pescar algo para comer y empezar el día. Pesco un par de peces grandes, hoy desayunaré bien.

He oído un gran alboroto, me alejo de mi yurta en dirección al pueblo y me asomo al final del bosque, observo unos cuantos soldados de Rugan acompañando al Inquisidor, vuelvo a mi yurta y me pongo mi ropa habitual cubierta de una gran capa que hace pasar desapercibido mi aspecto y sobre todo, mis armas, hoy no quiero derramar sangre.

Me dirijo al pueblo, y a la lejarnía, disimulando observo y escucho (uso sigilo para saber que dice el Inquisidor) quiero saber que es lo que viene a hacer aquí el Inquisidor.

Intimidada por el enorme bortai (que me saca casi medio metro de altura, y es el doble de ancho que yo) y por sus amenazas me quedo completamente bloqueada, sin ser capaz de hablar.
Instintivamente doy un paso hacia atrás mientras balbuceo palabras inconexas
- Yo...no...pero...no...no puede...

Observo, de lejos, a la alquimista y a mi compatriota.

Los sigo hacia el bosque.

Freya

La mañana había amanecido fría y cuando el primer rayo de sol se coló por una pequeña abertura en mi yurta me desperecé. Salí de ella y me aseé en las aguas del río que no hicieron otra cosa que despertarme del todo.

Me puse mi ropa y acomodando mis armas me senté encendiendo una hoguera, me calenté un poco de conejo que aún tenía de ayer y una ve desayuné me puse en pié para dirigirme al pueblo.

No tardé mucho en recoger mis cosas y ponerme en marcha, un día más...un día menos.

Cruzaba el bosque con paso tranquilo cuando vi no muy lejos del pueblo a la alquimista, pero esta fue interceptada por un extraño. En silencio caminé hacia ellos y escuché las palabras del hombre y la reacción de la mujer. Me coloqué al lado de la chica cruzándome de brazos, era un bortai se podía ver pero no me inspiraba ningún miedo.

- Disculpe - interrumpí con voz fría pero tranquila - pero aún metiéndome en asuntos ajenos, esa no es la mejor manera de pedirle a alguien que le acompañe -

Al oir sus balbuceos le digo frutado.

-No tengo tiempo ni paciencia para esto.

La cojo de un brazo y le digo:

- ven conmigo sin montar ningún alboroto

Veo que alguien nos interrumpe sin mostrar miedo alguno lo cual resulta muy raro.

- Espero que eso que llevas ahí sepas utilizarlo bien, porque si nos solo seras un trozo de carne que ha muerto valientemente

Me inclino hacia el hasta llegar a la altura de su cabeza y le susurro a la oreja:

- Te voy a dar 2 opciones: matarte aquí y conseguir lo que quiero de la alquimista por la fuerza, o me voy junto con la alquimista consigo lo que necesito de ella pacíficamente y tu vives

fdr :ella..

Freya

Levanto la vista hacia él sin perturbarme ni un momento por sus palabras.

- Creo que no se ha dado cuenta todavía que no se encuentra en su hogar mi querido bortai - comenté sin mofa alguna en mi tono, sino que este se mantenía serio y sobre su linea.

- Mi intención no es medir fuerzas con usted pero si sigue por ese camino no dudaré en hacerlo. Usted no puede llegar aquí y creer que todo el mundo acatará sus mandatos. Disculpe pero tienen derecho a elegir - sentencié.

Esperaba que fuese razonable aun que lo dudaba pero,  no estaba dispuesta a dejar las cosas así, odiaba estos comportamientos.

Espera, eres una bortai?.-Me rió  No quiero pelear contigo ahora, pero quiero que las dos me acompañeis al bosque.

- Podéis llamarme Tyr

Reaccionando un poco al ver que la desconocida me defiende, pero aún nerviosa y apabullada consigo decir (casi suplicar) en voz baja y entre tartamudeos:
- Yo no...no, no veo la...la necesidad de entrar al...bueno, al, al, al bosque. Es decir...esto...podemos hablar aquí...si no, si no le importa, en fin...como ustedes...vaya...

- Tranquilícese alquimista, no quiero hacerle ningún daño, lo que quiero de vosotras es información, si lo preferís podemos ir a tu comercio y hablar allí tranquilamente. Lo preferis así?

Freya


Me crucé de brazos.

- Esa forma de pedir las cosas está mejor pero, yo carezco de información relevante que proporcionarle, lo siento - comenté observando de soslayo a Álvea, si que se había dado un buen susto pero me parecía normal, los bortais sabían imponerse.

Viendo que la joven alquimista ya no corría peligro alguno decidí que iba siendo hora de retirarme, ya había entablado demasiadas palabras con extraños por hoy.

- Si me disculpan - sin decir nada más comencé a alejarme hacia el pueblo.

Me temo que no puedes declinar esta oferta, me alegro de haber encontrado una compatriota pero llevo días buscándote y ahora que te he encontrado no voy a dejar que te vayas. Acompáñame, estoy seguro que los 3 poseemos información que pueda servirnos entre nosotros.

Freya


- Disculpa? - dije girándome con lentitud para observar a aquel bortai elevando una ceja.

- Buscándome a mi? - cuestioné esta vez de manera recelosa, no me habían agradado nada sus palabras. Si lo que decía es cierto por qué estaba buscándome?

Hacía mucho que había dejado ese mundo del cual venía enterrado en mi pasado.

-No pienso hablar sobre esto en un lugar en el que cualquiera puede escucharnos, Ven a casa de la alquimista.

Freya

Me giré totalmente y claramente molesta pues había sabido como llamar mi atención pero, si realmente solo era una forma para "engatusarme" no tardaremos en cruzar espadas.

- Espero no perder el tiempo - fruncí el ceño observándolo , desconocía sus intenciones y lo único que se le ocurría decir es que estaba buscándome?

No, sin duda aquel bortai no me agradaba.

- Muy vayamos a casa de la alquimista

Ví a la lejanía como Tyr entablaba una palabra más alta que la otra con otra bortai mientras la Alquimista miraba asustada.

Aparecí de entre el bosque de tal modo que aquella bortai quedase entre Tyr y yo, mateniendo mi semblante fijo y serio.

Cita de: Clave en 30 de Noviembre de 2009, 22:31
- Muy vayamos a casa de la alquimista

- No, no, no, no...eso no creo que sea necesario. Aquí...aquí estamos suficientemente alejados del pueblo
Digo mientras me alejo ligeramente de los bortais y levanto las manos, negando con ambas.
Sigo nerviosa, y mi mirada pasa rápidamente de uno a otro tratando de encontrar una forma de escapar. Me aterra la idea de estar en un lugar cerrado con este par de brutos que sólo parecen entender el lenguaje del acero.

- Por favor alquimista entienda mi situación, es una persona difícil de ver y yo necesito información suya, no le voy a torturar ni nada parecido solo vamos a hablar, por que sabe? los bortais también somos gente civilizada cuando lo queremos.

Mezclando el nerviosismo con la indignación, y perdiendo los (habitualmente) impecables modales:
- Sinceramente, no se cuales serán las costumbres en su pueblucho de bárbaros pero en los países civilizados no solemos amenazar a la gente con una espada sin siquiera presentarnos para comenzar una conversación.

Tras estas palabras me doy cuenta de lo que he dicho y lo peligroso de mi situación, cosa que se refleja en mi cara que pasa de la furia al miedo en un instante.
Por nuestra diosa, Elora ¿dónde estarás?

Le digo sonriendo

- Señora hace mas de 20 años que no piso tierra bortai conozco las costumbres de aquí, pero si tengo que cumplir un objetivo y para ello tengo que hablar con usted puedo llegar a alterarme un poco. Ahora quiere llevarme a su casa por favor?  [/b].- Le digo con un tono suave y amable.

-Me esta llevando mucho tiempo convencerla y tengo mas cosas que hacer, no cree que si hubiese querido hacerle algún tipo de daño la hubiera secuestrado directamente? créame cuando le digo que no voy a dañarla solo quiero compartir información del monje y creo que lo que yo se podría interesarle mucho mas

Relajando el tono, mi cara y mis gestos reflejan algo más de tranquilidad. Sonrío tratando de ser amable aunque se nota todavía un cierto nerviosismo.

- Bien, pues compártala aquí. No es usted el único que tiene cosas que hacer y no voy a perder mi tiempo en ir y volver a mi casa. Si tanto le interesa que sea privado vaya a buscarme más tarde y estaré encantada de atenderle.

-Vayamos al bosque si quiere, he visto que iba hacia allí así no perderá mas tiempo ni llegara tarde a su cita, pero no puedo esperar mucho mas ya que hasta que no hablemos yo no podre seguir avanzando.

En realidad mi cita era aquí, a las afueras del pueblo. Establecer un punto de reunión con un forastero donde no hay más que árboles es complicado, ¿sabe usted?

[ 10. (http://www.cientoseis.es/index.php?topic=17953.msg333207#msg333207) ]

11.

A la salida de la taberna, Elora divisa a lo lejos un inconfundible tipo bortai con la cabeza medio agachada para hablarle a alguien más pequeño. El hombretón sacude un poco uno de sus brazos como si sujetara a ese alguien que debido al volumen del guerrero está oculto. Una mujer, al parecer de la misma procedencia del bortai, habla con él.

"Un momento... Ese debe ser el tipo calvo grandote que según dicen ayer mostró algo importante en la taberna..."

El bortai, tras un leve giro, muestra de quién tironeaba... Elora palidece un instante cuando ve de quién se trata.

- ¡ÁLVEA, QUERIDA ÁLVEA! -chilla a viva voz.

Los habitantes se fijan en la elfa y después giran la cabeza curiosos para ver a la interpelada. "Bien, ahora ese tipo no creo que vaya a hacer nada sin levantar sospechas." Elora se descuelga el arco del hombro, pone una flecha en él y grita de nuevo mientras mira fijamente al bortai.

- ¡VÁMONOS YA, ÁLVEA, SHAN'DRU ESPERA NUESTRAS PROMETIDAS ORACIONES! ¡PODEMOS COTORREAR POR EL CAMINO TODO LO QUE QUERÁIS! ¡Y DESAYUNAREMOS TODOS LUEGO!

[ 12. (http://www.cientoseis.es/index.php?topic=18060.msg333231#msg333231) ]

Al escuchar la elfa empiezo a perder un poco la paciencia y con un tono un poco mas agresivo digo.

Mucho me temo que tendréis que dejar la charla para otro momento, mi tiempo ha sido suficientemente malgastado hoy ahora vamos TODOS a su casa señora alquimista, la elfa puede venir si se siente mas segura pero ahora no voy ha aceptar una negativa. Van ha venir o tendremos que sacar todos las armas para ver quien sigue en pie para continuar la charla?

[ 11. (http://www.cientoseis.es/index.php?topic=18060.msg333217#msg333217) ]

12.

Avanzando un par de pasos más, golpeteando visiblemente la flecha encajada en el arco y clavando su vista en el bortai la elfa gritó de nuevo:

- ¡ESTOY DESEANDO "COBRARME UNA BUENA PIEZA" HOY, ÁLVEA! ¡PODRÍA SOLTAR DOS DE ESTAS A CUALQUIER BICHARRACO ANTES DE QUE SE ME ACERCARA, ME ENCANTARÍA ENCONTRARME CON UN "JABALÍ" HOY! ¡PERO SERÍA MEJOR SENTARSE A DESAYUNAR PACÍFICAMENTE UNOS PICHONES ASADOS! ¿NOS ACOMPAÑA, JOBIAL BORTAI? ¡HABRÁ TIEMPO DE SOBRA PARA INTERCAMBIAR "HISTORIAS"!

"Shan'dru no sé en qué andas pensando pero bien podrías poner un ojito aquí ahora... Como ese tipo no la suelte me va a obligar a hacer algo muy feo..."

[ 13. (http://www.cientoseis.es/index.php?topic=18060.msg333272#msg333272) ]

- Salvaje - digo entre dientes mientras miro con enfado al bortai.
- NO PASA NADA, VAYAMOS A MI TIENDA
Tras decir esto comienzo a andar rápidamente sin mirar siquiera al "animal", esperando que él y la otra bortai me sigan. Al pasar al lado de Elora le murmuro tratando de que los otros no me oigan:
- Pasaremos por la calle de la taberna, habrá gente y podremos pararnos sin sangre.

[ 12. (http://www.cientoseis.es/index.php?topic=18060.msg333231#msg333231) ]

13.

La exploradora preocupada se hace a un lado para dejar paso al curioso trío mientras mira preocupada a la alquimista. Frunciendo el ceño y disgustada les sigue a todos sin soltar la flecha en el carcaj.

[ 14. (http://www.cientoseis.es/index.php?topic=17953.msg334302#msg334302) ]

-Freya  puedes irte y seguir con tus cosas

- Elfa! No eres la única que sabe usar el arco créeme, Y nunca subestimes a un Bortai en la batalla.-Dicho esto sigo a Alvea hasta ponerme a su altura y cuando la elfa se pone a nuestra altura les digo.

- Y yo pensando que las mujeres bortais eran cabezotas JAJAJA.- Río para relajar el ambiente. De repente giro la cabeza y le hago una seña a malakay.

- Espero que no les importe señoritas pero yo también tengo compañía, no preocuparos tampoco tiene intención de hacerles ningún daño.

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Freya

Veo toda la escena con el ceño fruncido , aquella mujer que había aparecido de la nada llamando por la alquimista si que era chillona...

Niego con la cabeza girándome para ir al pueblo de mal humor, sabía yo...no me buscaba simplemente quería información, una que estaba perdiendo más tiempo intentando conseguirla que seguramente cuando preguntase.

Como detestaba a todos aquellos extranjeros alborotadores...deformando continuamente la paz que había en este pueblo sin importarles nada.


" humanos..." pensé con desprecio mientras me internaba ya en el pueblo y comenzaba a hacer mi ruta de todos los días.

Mientras discutís, el borracho de la taberna se dirige, tambaleante, hacia el bosque.

Los restos de una liebre son ahumados por una hoguera medio apagada mientras me desperezo.

Dormir al raso siempre me sentó mal - Pensó Roland mientras se incorporaba y recogía su improvisado campamento - Será mejor que pida una habitación en la taberna, ya no soy tan joven como para hacer esto todos los días - prosiguió meditabundo.

Mientras se dirigía hacia Majapiedra, pudo observar huellas de caballos. Muchas huellas. Y eran recientes, por lo que dedujo que habían llegado más personas al pueblo.

En fín, sera cosa de ponerme a lo mío, veré si encuentro al herrero en la taberna - se dijo a sí mismo mientras se acercaba a la entrada del pueblo.

Me dirijo hacie el consejo con paso rápido. Este se va amterializando fernte a mí. Me paro un momento antes de entrar, busco algún oficinista y veo uno que parece salir dle edificio, le pregunto:

-Perdone...¿donde puedo preguntar sobre el mago que encanta los libros en la biblioteca?

- Pues en la biblioteca, ¿donde va a ser? ¡Y ahora, largo! Se ha caído un túnel de una mina y hay que sacar a dos personas que han quedado atrapadas.

Me pongo a su par:

-¿Donde es? ¡Yo también vengo a ayudar si hace falta gente!

- Cerca del bosque. Tienes que caminar sobre media milla en dirección norte, río arriba.

Cuando voy de camino a la biblioteca veo como discuten el bortai y la alquimista
<<¿Pero que pasa aqui?>> pienso mientras veo la discucion. Veo salir al borracho y sigo con mi pensamiento <<¿porque sale el borracho de la taberna?¿acaso no siempre esta ahi?>> y ya cuando me decido a seguir al borracho al bosque a ver que trama cuando llega la noticia del accidente en la mina
<<¿¿PERO QUE COÑO PASA HOY??>> ese es el unico pensamiento que pasa por mi mente, aun asi, sigo al borracho hacia el bosque

Veo desde una distancia prudencial a Tyr, a otra bortai, a la alquimista y a una amiga de esta dirigirse, al fin, bosque afuera en dirección casa de la alquimista.

Por lo que se ve no me han llegado a ver con claridad, pero he observado todo el alboroto con lo que los sigo hacia la casa del alquimista.

Cita de: Khram Cuervo Errante en 01 de Diciembre de 2009, 15:20
- Cerca del bosque. Tienes que caminar sobre media milla en dirección norte, río arriba.

-Vengo con usted a la mina, seguro que podré ayudar.

He pasado casi toda la mañana ordenando los asuntos del almacén. Las personas que llegaban comentan que una extraña comitiva ha llegado a la abadía de Rugan. ¿Un inquisidor en Majapiedra? Tras un breve refrigerio, decido salir dando un paseo hacia la abadía. Quizás me cruce con alguien que pueda contarme algo.

Salgo del templo y pienso... pienso... pienso... mientras pienso camino, pero no tengo rumbo fijo... siento que algo me pincha en la pierna, me reviso y.. Oh!!! Lo había olvidado!!!

...Me habían contado de una alquimista... ella podrá reconocer lo que había encontrado... Hablaba conmigo mismo, me estaba volviendo algo paranioco...

Me dirijo hacia lo que parece una casita, la cual decía "Alquimista" en un cartelito.

Sigo al paso al oficinista con el que he hablado y que decia que se dirigia a la mina:

-¿Se sabe a que profundidad estan?

- A unos veinte metros. Están obstruidos por una pared de rocas casi impenetrable.

Siguiendo la pista del borracho llego a un claro, donde él se para, sabiendo que pronto o temprano me va a coger, uso buscar trampas para asegurar el terreno...

NOTA DEL MASTER: cuando entras en el bosque, un lobo enorme te sale al paso y te impide pasar. Intentas deshacerte de él, pero cuando te acercas, el lobo abre las fauces y te amenaza. Intentas abatirlo, pero se revuelve y te acaba dando varias dentelladas. Para cuando decides retirarte, has perdido mucha sangre.

Dos puntos de vida menos.

Me dirijo a la mina, en la que se dice que ha habido un hundimiento.

En las inmediaciones de la abadía, pregunto despreocupadamente a algún tendero mientras compro algo, un mendigo la que ofrezco unas monedas o algún otro habitual de la zona que haya podido ver algo.

- Dicen que hubo jaleo por aquí esta mañana. Parece que el abad tiene una visita importante. Esperemos que sea por el bien de Majapiedra y sus gentes.

Cita de: Khram Cuervo Errante en 02 de Diciembre de 2009, 16:47
- A unos veinte metros. Están obstruidos por una pared de rocas casi impenetrable.

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-¿Y se sabe el motivo del hundimiento? -le pregunto al oficinista.

Cita de: Gagula en 02 de Diciembre de 2009, 19:38
En las inmediaciones de la abadía, pregunto despreocupadamente a algún tendero mientras compro algo, un mendigo la que ofrezco unas monedas o algún otro habitual de la zona que haya podido ver algo.

- Dicen que hubo jaleo por aquí esta mañana. Parece que el abad tiene una visita importante. Esperemos que sea por el bien de Majapiedra y sus gentes.

- Bah, con esos ruganitas nunca se sabe. Ha venido un jerifalte, un inquisidor de esos. No sé a qué, pero el tío se cree que es alguien con toda esa pompa...

Cita de: Mystik en 02 de Diciembre de 2009, 20:29

Cita de: Khram Cuervo Errante en 02 de Diciembre de 2009, 16:47
- A unos veinte metros. Están obstruidos por una pared de rocas casi impenetrable.

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-¿Y se sabe el motivo del hundimiento? -le pregunto al oficinista.

- Pues no, realmente no. Igual los puntales estaban carcomidos.

Salgo del laboratorio de la alquimista y me dirijo a la taberna. Quizás pienso que debo escuchar lo que me podría decir Derrin antes de irme hacia el templo.

Salgo de mi casa poco después del paladín, y tras recordar las palabras que crucé con Tyr me aseguro de dejar puertas y ventanas cerradas.
Miro alrededor por si veo a Elora. En fin, ya la buscaré más tarde pienso, y me dirijo hacia la capilla de Druma buscando algún sacerdote al que consultarle ciertos temas

Después de mi charla con malakay, cada uno seguimos nuestro camino. Me dirijo hacia la abadía de Rugan y por el camino observo la intranquilidad del pueblo, algunos por la llegada del inquisidor y la mayoría dirigiéndose a la mina para ayudar en lo posible.

Al llegar a la abadía me quedo mirando, es una estructura enorme, he oído como muchos decían que tenia forma de espada pero yo no estaba interesado en averiguarlo, voy hacia la puerto y veo al portero me dirijo hacia el pegado a la pared para que no pueda verme, y cuando estoy a escasos metros de él le golpeo fuertemente en la cabeza (usando sigilo) para que quede inconsciente, rápidamente meto el cuerpo conmigo adentro para que nadie me vea.

Cita de: Calabria en 03 de Diciembre de 2009, 13:28

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Estando herido me dirijo hacia mi casa, donde intento tomar algo para recuperarme:
<<¿Pero como pudo el borracho pasar sin que lo atacara el lobo?>> pienso..
Me voy a la taberna...

Me dirijo a la mina

Cita de: Mystik en 03 de Diciembre de 2009, 16:40
Me dirijo a la mina

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Vas a la mina. No puedo decirte más.

Llego a la mina al cabo de un rato de caminata. Observo a mi alrededor, tendria que buscar alhguien que supiese la situación de esos pobres mineros... i de paso proporcionarme información.

-Me acerco al primer hombre que vea (si los hay), y le pregunto:

-¿Puedo ayudar de alguna manera?

- Pos claro que pués ayudar. Metetay dentro y ampieza a sacar piedros.

Me acerco a la mina y me quedo observando hay muchos mirones y poca gente hace algo...

Le pregunto a una persona que parecía saber de que iba la cosa.
¿qué ha pasado? ¿cómo ha ocurrido? ¿cuantas personas hay dentro?

- ¿Capasao? ¡Pos vaya una pregunta, joé! ¡Ha pasao que sa caío un tunel! Pero enteretico, ¿eh? No sabemos cómo, pero hay dos mineros ayadentro.

- ¿Sabes si hay por aquí algún rsponsable de la mina o similar con el que pueda hablar?

- L'alcalde debestar de venía p'acá.

- Te agradecería que me avisases cuando el alcalde llegase. Voy a acercarme a la mina.

Me acerco a la mina sin mediar más palabra y veo que hay un montón de piedras apiladas en la entrada a causa del derrumbamiento. Se escucha un voz qye viene de dentro pidiendo ayuda.

Utilizo rastreador para ver si hay algo fuera de lo normal en la entrada y por donde empezar a quitar piedras.

Cita de: Khram Cuervo Errante en 03 de Diciembre de 2009, 17:54
- Pos claro que pués ayudar. Metetay dentro y ampieza a sacar piedros.

Me miro al que me ha contestado extrañado por el azento del campo <<Nunca me acostumbraré>>

Me hacerco a la entrada del túnel:

-Señores, por donde empezamos?

Cita de: Des en 03 de Diciembre de 2009, 18:55
Me acerco a la mina sin mediar más palabra y veo que hay un montón de piedras apiladas en la entrada a causa del derrumbamiento. Se escucha un voz qye viene de dentro pidiendo ayuda.

Pues a varios metros de profundidas sí que ves tú y oyes...

Cita de: Des en 03 de Diciembre de 2009, 18:55
Utilizo rastreador para ver si hay algo fuera de lo normal en la entrada y por donde empezar a quitar piedras.

No encuentras nada con eso, pero tu lógica te dice que es mejor empezar por arriba.

Dejo mis armas en mis pies y empiezo a quitar piedras, empezando por las de arriba.

Tú mismo... pero son piedras que pesan...

Offtopic:

Hombre, la unica referencia que tengo de las piedras es esta:

Cita de: Khram Cuervo Errante en 03 de Diciembre de 2009, 17:54
- Pos claro que pués ayudar. Metetay dentro y ampieza a sacar piedros.

Pero que todo son inconvenientes para uno que quiere ayudar... también soy un bortai fuerte.

Vamos que si son rocas inmovibles dilo y me quedo con los brazos cruzados esperando a que llegue el alcalde.

Le pregunto a uno de los hombres que parecen ser el cento de mando de ahí:

Supongo que vendrà el mago, ese mismo que encantalibros en la Biblioteca, ¿no?

Des: No es que no puedan moverse. Es que vas a tardar.

Mystik:

- ¿Un mago? ¿Aquí? ¿Con los ruganitas? ¡Usté ha perdiol juicio!

<<Aha, aquí falla algo>>

-Es verdà, no había cayo... -le digo un poco a su modo, veo que auí hay más de lo que parece.- Una pregunta, de que és la mina, ¿no serà oro blanco por casualidad? Aunque no sea una zona muy prospera igual algunos filomnes pequeños han encontrado...

- Quiá... esta mina es de carbón... pero de carbón de hulla, no de ese que venden por ahí, que nos más que carbonilla... Aquí hace tiempo que no se encuentra ná deso...

-Una pena, una pena... aunque más pena les debió dar la defunción hace poco de un hermano de la religión, ¿sabe a quien me refiero no? Aún me estoy preguntando como alguien puedo herir a ese benerable.

- Bah... aquí a los monjes se les quiere. A estos los cuidarán los brishnitas hasta que curen o, los dioses no lo quieran, atenderán a sus familias si mueren. Si alguien lo ha matao, es algún extranjero...

-Pero p aquí tampoco creo que pasen muchos estranngeros, al menos yo, desde que llegué aquí, algo más tarde de esta desgraciada muerte, he visto más bienpocos, algun estrangero debia rondar esos dias por ahí, y en Majapiedra los estrangeros cantan como gallos al amanecer, no llegó nadie medianamente sospechoso?

[ 15. (http://www.cientoseis.es/index.php?topic=17954.msg334305#msg334305) ]

16.

Elora se apartó de la casa de Álvea y decidió preguntar a uno de los vecinos que pasaba por allí a qué venía tanto revuelo en Majapiedra. Señaló el ajetreo que venía del almacén de maderas y el ir y venir de hombres con herramientas.

- ¿Pero es que aún no se ha despertado, mujer, que no se ha enterado del desprendimiento en la mina?
- ¿¡Desprendimiento!?
- Que sí, como lo oye: se ha desplomado el techo de un túnel sobre los mineros... -comentó gesticulando mucho.

La elfa no le dejó ni acabar la frase pues con su habilidad sabía que encontraría el camino si se decidía ir.


Salió de la taberna y se dirigió esperanzada hacia el monasterio de Brishna. A su alrededor la conmoción era palpable y el camino se le hizo amargo. "Si se me ocurriese la forma de echar allí una mano... Pero más me parece ahora una labor para manos más fuertes que las mías."

[ 17. (http://www.cientoseis.es/index.php?topic=17952.msg334642#msg334642) ]

Cuando más actividad hay en la mina, veis algo muy raro.

Entre la espesura aparece un ser enorme. Muchos gritáis de miedo, otros desenvaináis. El ser, que parece estar compuesto de barro, ramas y hojas tiene aspecto humanoide. Su cabeza está directamente unida al cuerpo, sin cuello alguno, y tiene dos brillantes por ojos, que arrancan destellos de la mortecina luz del atardecer. Sus brazos, enormes como robles e igual de gruesos, parecen balancearse a sus costados, como muertos. Las piernas están surcadas por centenares de enredaderas que dan consistencia y potencia a su ser. Se acerca al tunel con paso lento, pero decidido. Una vez junto a vosotros, reduce su tamaño hasta coger por el tunel que da acceso al lugar donde están retenidos los dos mineros. Con su caminar lento, el ser se acerca a la pared de rocas, donde un bortai está intentando arrastrarlas con sus dedos, sin demasiado éxito.

Agarrándolo con unos dedos que parecen puntiagudas ramas, el ser lo aparta de la pila de rocas con tanto mimo como si fuera un huevo de perdiz. Una vez apartado el bortai, el ser se pega a la pila de rocas. Lentamente, su cuerpo, hecho de barro, parece fundirse con las piedras. Una a una, van desapareciendo entre el amorfo cuerpo del ente. Una vez se han retirado todas las rocas, el ser vuelve a cobrar su forma antropomórfica y se aleja sin decir más.

Ahora los mineros están libres.

Salgo de mi celda en el templo satisfecho y me dirijo a la cocina a pedir un té de canela y un poco de pan. Y de paso preguntarle al hermano de la cocina si ha pasado algo importante en el tiempo que estube encerrado.

-Gracias hermano. E pasado todo el dìa encerrado ¿sabes si ha pasado algo interesante?- Digo a la vez que tomo un buen sorvo del té.

-¿Qué si ha pasado algo? ¡Se ha derrumbado la mina! ¿Cómo es que no te has enterado?

La noticia hace que me atore y escupo una nube de té y saliva por toda la cocina.

-Lo siento, debo ir- Me tomo el té de un trago,  guardo el pan dentro de la túnica y salgo corriendo hacia afuera. Para una vez sin aliento en medio del pueblo darme cuenta que no pregunté que pozo se había derrumbado.

Me quedo pasmado ante la visión del extraño ente que acabade aparecer.

<<Con que no hay magos en estas contradas...>>

Retrocedo ante su presencia, igual que el hombre con el que estaba hablando, que si no hecha a coorer és porque el assombro el gana a su miedo.

-¿Lo había visto antes esto?- le pregunto mientras retrocedemos lentamente.

Una vez terminado el proceso, y después de que el hombre me respondiese (si me lo responde) hecho a correr hacia la entrada de la mina, tengo que intentar algo.

No me dió tiempo a empuñar mi arma cuando aquel ser venía tan decidido. Me quedo asombrado ante el caontecimiento, entro en la mina a ver si los mineros están bien.

Dos hombres salen temblando y cubiertos de polvo.

- ¡Recontra! ¿Tú visteso? ¡Qué tamaño! ¡Qué fuerza!

- ¿Y tasombra? ¡Joder, a mi casi mentra giñaera! No vi semejante mostro en tos los días de mi vida.

- Anda, asómate a ver si lo ves...

- ¿No eras tú tan valiente y tan echao p'alante? ¡Pos anda y mira tú, a ver si tengulle como hizo con los piedros esos?

- No te quejes, recoña. Que si no llegaser pol engendro ese, nos habíamos amorío tú y yo ayadentro... Así que hacías mejor en gradecerle que taya sacao. ¿O preferías quedarte bajo tol escombro?

Decido seguir la dirección en que el ser se ha marchado, quizás me conduzca al mago que ayuda al alcalde.

Al salir a la calle es mas evidente que la noche esta al caer, debería ir al bosque ha cazar algo estaba hambriento, desde el día anterior que no había pegado bocado y mi estomago se resentía por ello.

De camino al bosque oigo como la gente aliviada comenta algo sobre la mina y que los mineros están a salvo, pero no consigo escuchar nada mas, tampoco es que me interesase demasiado.

Cuando llego al gran árbol donde había acampado veo un enorme jabalí levantando con el hocico el suelo en busca de comida, vaya suerte la mía me agacho para que el animal no me viera y le lanzo mi daga en el lomo, había enfurecido al animal y este corría hacia mi embravecido, lastima que no hubiera elegido al oponente adecuado, desenvaino mi espada y en el ultimo momento me aparto y lanzo mi espada contra el fuertemente, acto seguido su cabeza rodó por las raíces que sobresalían del suelo.

Preparo un fuego y despiezo al animal que pronto seria mi comida.

- Uff Estoy lleno, creo que colgare lo que ha sobrado a ver si mañana le saco alguna utilidad a la carne y el pellejo.

Con el estomago lleno ahora si estaba listo para dormir un rato.

Mi busqueda enseguida se muetsra infructuosa, no por falta de pistas sino por falta de tiempo. Me dirijo a la taberna. Por el camino una liebre grande y hermosa cae ante mi. Tomo una comida ligera y me dirigo a la taberna.

Llego siguiendo los ruídos finalmente al sitio del derrumbe. No tardo en notar de que todo había acabado, y por lo que llegaba a entender de los fragmentos de conversaciones el rescate no fue de la manera tradicional. Me hacer al grupo de personas màs cercano.

-Disculpen ¿ya rescataron a los mineros? ¿Donde están los heridos?

Si hay heridos voy hacia ellos a curar a tantos como pueda usando el toque de Brishna, empezando por los que parescan más graves.

Una vez terminado, vuelvo al templo mordisqueando el trozo de pan y me dispongo a dormir.

Después de un largo y agetreado dia marcho a mi Yurta plantada en el bosque, antes, paso por el río y pesco 4 peces.

- Que festín me voy a dar esta noche! - Pienso mientras enciendo un fuego y dejo los peces clavados en unos palos.