No Way Back - Archivo

[ayrendor]

La sangre se mueve en tu interior bombeada por algo ajeno a tu corazón. La presión es tal, que cada extremidad parece a punto de salir disparada. Duele mucho. No hay otro sonido que no sea el continuo flujo de energía regulado mediante pulsos. Te acuerdas de cuando tuviste cuarenta y un grados de fiebre cuando apenas era una cría. Aquel recuerdo parece un chiste, ahora sientes una supernova en tu interior. Una supernova de calor y sonido que no puede ser aislado. Vas a volverte loca de un momento a otro. Es una simple cuestión de tiempo que pierdas todo pensamiento lógico y te atrape aquel bombeo hipnotizante. Luego todo será más fácil, estás segura de que sin dolor todo debe ser sencillo.

[Rayd]

¿Donde estas? Aunque eso no es lo que quieres decir. Maldito ruido que te impide oír tu propia voz interior. ¿Dónde estabas antes de esto? ¿Qué ha ocurrido? Nunca has estado en un castillo así, nunca más allá de tu imaginación. El camino de baldosas blancas va directo hacia él, pero tú no estabas en Kansas antes de llegar allí. Y tú brillas, sabes que brillas, y, sin embargo, tu luz no se refleja en él. ¿Porque? ¿Qué demonios te está pasando? ¿Qué es lo que te propulsa de forma invisible y emite ese brillo imperceptible?

[ayrendor]

>Mira hacia abajo.

¿Porque no puedes verte? Hace nada ibas vestida, aun recuerdas tu...tu..., mierda no puedes recordar por encima del ruido. Joder, que pare ya, joder, joder, joder, JODER!

Griffin, Griffin, Griffin. Ese nombre viene a ti una y otra vez. Pero tú no eres Griffin, ni siquiera eres un hombre. Aunque de esto ya no estás totalmente segura. ¿Quién es Griffin? ¿Qué tiene que ver en todo esto?  ¿Porque no puedes verte?

[Rayd]

Y de pronto todo tu interior, que en esos momentos se limita a una pulsación intermitente, dolorosa y ruidosa, se va hacia tu cabeza. Un estallido horrible que te hace perder la visión y difumina toda imagen durante segundos. Caes como si de un acantilado se tratase. Pero no es así, eso hubiera entrado dentro de la normalidad. Porque para ti ahora mismo arriba es abajo, y abajo es arriba. Y ya estás segura de que no eres Griffin

El cielo se ha convertido en una gran piscina y tú vas directa a ella. Sin control, al menos eso parece...

[ayrendor]

...hasta que todo vuelve a quedarse quieto. Estable como una hoja en medio de un estanque. Estas volando. No como un pájaro, ni como un globo. Simplemente estas y no estás ahí. Sujeta por cuerdas invisibles que alguien mueve por ti. Esperando el momento adecuado para romperse y, dicho sea de paso, imaginas que tu también te romperás en pedazos entonces. Un borrón en la gran existencia cósmica. Una mancha invisible de esa sangre extraña que circula por tus venas.

Pero antes las cuerdas aun tienen un sitio al que llevarte. Hacia algo que está dentro de la torre.

[Rayd]

Ella parecía una flor artificial. Demasiado perfecta, demasiado llamativa, demasiado rígida. Educada para ser la mejor. Criada para encajar en la posición exacta que le fuera requerida. Preparada para moverse al son de una sintonía que sería tocada por otros. Una pequeña princesa embutida en un bonito vestido que sería su único escudo contra el mundo. Y entonces, si es que tenías el privilegio de llegar hasta tan cerca, podías ver sus ojos. Un mar verde que revelaba más de su naturaleza de lo que ella querría. Era ahí donde residía la pequeña chispa rebelde preparada para prender el mundo entero con tal de dejar su huella. Como un dragón durmiente protegiendo sus montañas de oro. Esperando el momento adecuado para hacer notar a los saqueadores que habían caído de lleno en su trampa. Majestuosa, peligrosa, letal.

[ayrendor]

Su mano cubierta en aquel guante sangriento provocaba un dolor placentero. Una nota discordante en la melodía de la corriente intermitente que estaba a punto de hacerle perder la razón. Como si una segunda piedra hubiera generado nuevas ondas en un agua ya revuelta por su simple presencia. Le asalto la duda de si de haber sido una situación normal - aunque pensar en una situación así en ese momento se le antojaba ridículo - hubiera sufrido molestias comparables en su cuerpo. Pero aquello no era real, no podía serlo.

Otro asunto diferente era la caja. El vórtice de atracción del agujero negro que la había arrastrado hasta allí arriba. El punto de anclaje del sueño que estaba viviendo.

[Rayd]

Era una corona, pero podría haber sido una roca gris y sucia. Lo importante no era su pulida superficie como la nieve, ni sus diez pequeñas joyas emparejadas en lugares opuestos; si no el halo que le rodeaba. Las fuerzas que se movían entre cada una de sus átomos a niveles microscópicos. De alguna manera supo que en otras circunstancias aquello hubiera permanecido vedado. Que el ojo humano no estaba preparado para apreciar aquellas fluctuaciones de forma natural.

[ayrendor]

Cuando la sostiene entre sus manos puedes sentir que algo está mal. Es como la sensación que sirve de preludio al ruido del tejido al romperse tras forzar su límite natural. No es un arma, pero puedes intuir que puede ser una herramienta mucho más mortal que cualquiera. Es el momento donde el sedal llega a su fin. Imposible es seguir avanzando porque has llegado al punto de llegada. El ruido ya no es algo soportable, se acabó el juego.

La locura se desencadena. Ya no eres uno, ni dos, ni tres. Simplemente ya no sabes definirte. No eres y eres al mismo tiempo. Y mientras eso ocurre, todo se derrumba a tu alrededor como un cuadro desdibujándose. Solo un elemento permanece: el vórtice sujeto por aquella mujer. Como si ella fuera el único lazo a aquel mundo de sufrimiento.

[Rayd]

El desgarro es similar a que te despedazaran de dentro a fuera. Ella es el cuchillo caliente y tu cuerpo es la mantequilla. Ella es el dragón que ha aprendido que puede convertirte en carbón sin necesidad de desgarrarte con sus afilados dientes. Y ahora lo está haciendo sin ser consciente de todo el proceso. Zarandeando tu maltrechos restos por todo el lugar. Jugando con tus múltiples, y al mismo tiempo inexistentes, restos.

De pronto ya no existe mundo. No hay energía que recorra tu cuerpo y ahogue tu respiración con su ruido. Se acabó el préstamo que ni siquiera había pedido. Hora de volver a casa Dorothy, no puedes vivir en Oz para siempre. Se ríe mientras vuelve a ser una y la pinza tira de ella hacia atrás. Es una risa descontrolada y enfermiza. "Pero no estoy loca - pensó mientras sentía que su cuerpo se iba -, solo tengo que volver a Kansas"

Y entonces volvió a carcajearse como una loca, como alguien que mira demasiado tiempo al abismo hasta que este le devuelve la mirada.