Noticias:

Feliz año 2006

Menú Principal

[I CECILIA] - Obras

Iniciado por Idunne, 24 de Enero de 2012, 00:21

0 Miembros y 1 Visitante están viendo este tema.

Idunne

¡Bienvenidos al I CECILIA!

Éstas son las obras que se presentan al concurso:

- Duelo

- La cólera hacia la Deidad

- El paso del tiempo

- Ruta hacia el Uriellu

- (sin título) (Nota del Organizador: No es que sea el título, sino que no tiene título)

- Retazos de envidia

Comentarios y votaciones en los hilos correspondientes  ^^:

Idunne

Duelo

Duelo atravesada por el beso de tu cuerpo
que en otro tiempo fuese mi candente deseo;
ahora lo siento afilado, no lo quiero.
Apártalo de mí, es daño, te lo ruego.

Te agradezco mil veces tu cariño,
tu voluntad de construir algo nuevo.
Pero por qué no puedes comprender
que me duele de ti tu recuerdo.    [Por las
noches me arrancaría el corazón
para asfixiar la dolor y el miedo.
Prefiero cien vidas anestesiada
a un segundo más de tu fuego;
antes me abrigaba,
ahora con él me quemo.

Ardo en codicia por tus dedos,
por que me hagas susurrar abandonos:
sé mi guarida cuando muerdo,
acallaré con placer mis quiebros.
Si por ese momento mi pensamiento
se queda abrasado y ciego,
son cinco minutos de paz
para mi maltrecho cuerpo.
Préndeme ahora y no me importa
lo que hagas con mis cenizas luego.
Me arrepentiré, pero por un instante
sentiré que controlo mi tiempo.

¿No sientes tú la aguda angustia
reclamando un oficio de locura?
La sombra me llama a sufrirte
para así al menos sentirme viva.
Luego dicta la razón
que lo mío es masoquista,
tu recuerdo es una rémora
mi abstinencia te deifica.

Marcha, te lo pido,
marcha fuera de mi espacio,
marcha lejos de mi pecho,
lejos del aire que inhalo.
¡Déjame sola y piérdete!
¡No es a ti a quien aguardo!
Persigo que vuelva un pasado
por el peso del tiempo enterrado,
pero no somos los mismos:
nuestras savias han cambiado.
¡Transijo este mío capricho
de un hilván imposible!
¡Busco un hilo que no existe
entre dos mundos que han crecido!
Una meta inalcanzable
es el fin de este camino:
me he empleado sin descanso
hasta haber desfallecido.

Y ahora me doy cuenta,
está ahí por otra razón
el puñal que me atormenta:
todo fue autoinfligido.
Te dije que te marchases
pero te dejé entrar yo.
Tú hace tiempo que no estás,
hace tiempo que no luchas,
tiempo hace que no te importo,
quizás yo tengo la culpa.   [Como
sea, no has dado un paso:
no he de pedirte que te marches.
He de rëunir la fuerza,
solo yo podré echarte.

Siento el miedo, se disipa.
Sé por qué en mí te mantengo:
temo verme otra vez sola.
Si tu memoria conservo,
aunque sea un sueño muerto
me hará mustia compañía.
¿Renunciar a tu recuerdo?
¿Y si otro igual no encuentro?
Hay un modo de saberlo:
Claudicar ahora en mi empeño.
Cortar la cuerda rezagada,
que a tu baliza baldía
me conduce. En el pasado
fue un seguro en mi escalada,
ahora cuando siento el vértigo
en ella busco la calma.
Mas no tiene hoy qué ofrecerme,
ahora arrastra mi cuerpo en
dirección equivocada.
Tengo la corazonada
de que ahora he de soltarme.
Seguiré tan solo a cuerpo.
Hallaré la fortaleza.

Hoy por siempre te declaro
expulsado de mi mente.
No te culpo: las heridas
que te imputo siempre fueron
mis propias acometidas.
Sé que tú me has querido.
Sé que anhelas que no sufra.
Te prometo, amor mío,
que seguiré con mi vida.
Mis manos ensangrentadas
en mí hallan la respuesta:
la daga a mal clavada
por la que tiempo he sangrado
es mía. Y yo decido
que abandone ahora mi ánima.
Me la arranco con un grito.
Caigo al suelo lastimada.
Mas sonrío, pues de tu carga
estoy por siempre liberada.

Idunne

#2
La cólera hacia la Deidad

Las olas chocan bravamente
en la arena yo las observo
y entrever su ira puedo.

El viento suspira violento
acechando la ira de Eolo
hijo de Poseidón y hermano de Beoto.

¿Por qué divinidad venerada,
contra mí, tu cólera descargas?
Sin piedad para una simple mortal.

Alma mía, agitada por tu culpa
no sabe dónde encontrarse en mí,
ni yo dónde poder ubicarla.

Sin mi esencia desorientada
ando por la orilla de la costa
y tu imagen en mí aparece.

Ese rostro alegre y animado
que en mí un júbilo desprendía
y jamás podré volverlo a ver.

¿Por qué Hades lo encaminaste
lejos de mí, dónde no llegase?
¡Qué injusto llevártelo al Érebo!

¡Zeus yo te maldigo en mi mundo!
¿Por qué tan desdicha me has hecho
si yo a ti siempre te he adorado?

En vosotros divinidades confié
y sin yo haber hecho nada maldad...
¡vosotros os dedicáis a castigarme!

¿Por qué me quitaste a mi amado,
que injurias y pecados pocos,
todo él lleno de docilidad?

Caronte guía a mi amado Aristo
¡Dioses sólo os pido una vez
pues él a vosotros se entregaría
aunque yo poco confiaría!

Idunne

El paso del tiempo

"Dormitaba en mi viejo sillón como solía,
el carillón forzaba su titubeante péndulo.
De repente desperté a punto para el preámbulo,
aguja invisible la jaqueca que tenía.

Al llevar con pesar la ajada mano a la sien,
cavilé yo sobre mis achacados riñones,
cómo se extendían por la espalda mis dolores,
y cómo temblaba el suelo que tanteaban mis pies.

Tiempo ha de esa época juvenil dorada,
el recuerdo de un zagal antaño vigoroso
de espalda ancha, pecho henchido y porte jocoso,
pero el tiempo dejó mi juventud horadada.

Antes era un joven portento con mucha labia,
agora sólo quedaba un viejo cascarrabias."

Idunne

Ruta hacia el Uriellu

Vuela junio entre los Picos
tras un invierno de nieves
no vistas desde otros tiempos.

Partimos tarde
de Poncebos a la carrera
catorce kilos a la espalda
más emoción en nuestras venas
e inconsciencia en las ideas.

Con el paso acelerado,
adelantamos
a alegres domingueros
de sábado en romería
a peripuestas damiselas
de estrenados tenis blancos
a charlatanes de las sendas
sentando cátedra ante
los cuerpos fofos
del autoengaño.

Cuando llegamos a Bulnes,
oasis de piedra y agua,
reposé mi creciente fatiga
sabedor de lo que esperaba.

Con ánimos renovados
avanzamos entre verdes
cruzamos aguas puras
cuyos murmullos rivalizaban
con los trinos de muchos pájaros.

Bordeamos paredes,
ascendimos cuestas,
escalamos rocas
mientras mis fuerzas
iban cediendo.
Subimos entre las nieblas
la canal de Balcosín
atravesamos el Camburero.

Ya vislumbro mi objetivo
el flamante Urriellu.
Su presencia me sobrecoge
la hierba ya quedó atrás
las piedras reinan ahora.
Piedras grandes, rotas piedras
piedras pequeñas, polvo de piedras.

Camino solo
agotado
desesperado
Mi compañero es solo un punto
monte arriba.

Mi cuerpo se inclina
mis dientes se aprietan
los pasos se hacen cortos
el sudor resbala
por mis sienes.

Ya no hay problemas
no hay trabajo
no hay preocupaciones
solo el siguiente paso.

El Picu me llama:
¡Allégate hacia mí!
¡Arrodíllate a mis pies!

La nieve en dos columnas
cerca mi camino
es nieve antigua,
helada, prensada, manchada
es pureza corrompida.

No me atrevo a hollarla
temo hundirme en su suciedad
temo ahogarme en su pureza.

Solo queda trepar por la roca
con mis últimas fuerzas
con el sol ya cayendo
sobre un mar de oscuras nieblas.

Llego a lo alto
de la pared barrera
arrastrándome
postrado
feliz
ante el refugio
de la Vega
mi destino
arrodillado
ante la base
del mismísimo
Picu Urriellu.

Idunne

(Sin título)

Fragmentos, retazos y es todo.
No lo entiendo, no lo abarco.
Metáforas inconexas, barcos a la deriva, aleteos de fiebre.

Nunca he sabido verlo, ni oírlo, ni olerlo.
Sobre todo no he sabido hacerlo.
Sólo es ahora que noto su fuerza.

Me oculto en la culpa ignorante,
en la vergüenza de un caído ante su sol y su vida.
Estúpido charlatán que quedó seco a su sombra.

Mataría por satisfacción,
mataría por envolverlo en certeza,
mataría por un respiro.
Un respiro que me librara de la culpa,
que me librara de la duda y, ojalá pudiera, la insolencia.
Qué amargo es vivir sin fuego.

Que yo derribe las trabas;
eso no está en mi mañana, ni en mi arena.
Eso está donde debe: lejos.

En las costas del Adriático.

Idunne

#6
Retazos de envidia

"He de confesar con total desprecio
que mi existencia atormentada hallo,
pues es el sino de mi propio fallo
haberme convertido en el más necio.

La admiración a la que puse precio,
culpable confeso de ser vasallo,
convirtiose en tormento que ora callo
y tornó mi resentimiento recio.

Yo que anhelaba tener su hermosura,
cualquier insignificante nimiedad,
dispúseme con rebosante holgura,
y con su galante acto de vanidad,
reflejar fiel al mundo la dulzura,
siendo espejo toda la eternidad."

Últimos mensajes

Felicidades de Rohi
[Hoy a las 16:04]


Adivina la película de raul_isl
[Hoy a las 02:06]


¿Qué manga estás leyendo? de M.Rajoy
[26 de Abril de 2024, 11:54]


Gran Guía de los Usuarios de 106 de M.Rajoy
[25 de Abril de 2024, 07:20]


Marvel Cinematic Universe de M.Rajoy
[15 de Abril de 2024, 08:52]