Vampiro: La mascarada. El ojo de Caín. 3ª noche.

[Memnoch]

- Por supuesto, Sofía.

Angelique se echa a Thylzos al hombro y comienza a caminar hacia Catalina.

- Ahora dinos, Catalina, ¿de qué elección hablas?

Vincenzo está arrodillado en un rincón, rezando entre sollozos en Italiano.

[Thylzos]

Thylzos decide ponerse cómodo y disfrutar del viaje. Por fin alguien se digna en recompensar sus esfuerzos. No, si al final, la Lasombra va a resultar simpática.

[Khram Cuervo Errante]

Santa Catalina de Siena se inclina suavemente para acariciar a Lunali. Toda la paz del lugar quedó concentrada en la reluciente sonrisa que exhibía.

- Ay, Sofía de Alcázar. No, no te sorprendas. Conozco más cosas de tí de las que imaginarías. Por ejemplo, sobre tu pasado. Tú eres una de las que debe hacer la elección. También la pequeña Tyri y el alegre gitano. Habéis sido benditas y, ahora mismo, se os da la posibilidad de cambiar lo que eráis por lo que sois. Es el momento. Si calláis, lo entenderé. Pero la próxima vez, os daré caza - la dulzura con la que hablaba se transformó repentinamente en dura determinación.

"Hay probabilidades de que salgáis de aquí. Monçada -¿acaso creía que iba a engañarnos con tan pío disfraz?- ha tomado el mismo camino que nosotros deseamos, pero no os fiéis demasiado de él. Mientras sigáis buscando lo que buscáis para ponerlo a buen recaudo, no tendréis problemas. Si en algún momento, alguno de vosotros cambia su actitud, abandonaré mi secular reposo para acabar con él y despedazarlo."

"Abel os ha estado siguiendo. El justo Abel, aquel a quien vuestro Padre mató. Y por eso os ha atraído aquí. Él fue una de las cosas que se liberaron de la Catedral de Bilbao. Otras, simplemente, nos son desconocidas."

Catalina se vuelve hacia Angelique y con el gesto lleno de enorme tristeza, comienza a hablarle.

- Angelique le Boursier. Tienes un nombre precioso, pero no va en consonancia con tu oscuro corazón. El origen noble de Sofía no le ha impedido desarrollar una humildad, aunque en ocasiones sea más que falsa. Tú deberías tomar su ejemplo. Quieres elegir, pero tú aún no has sido llamada a elegir. Quizá quien debe elegirte ha decidido que eres demasiado peligrosa para sus planes, y no te llamará hasta que no llegue el momento justo.

Suavemente, la santa camina hacia el pobre Vincenzo, que no para de llorar. Un leve roce calma las visibles convulsiones de su cuerpo. Ahora, sus sollozos se han transformado en suaves y pacíficos ronquidos.

[Minerva]

-Si puedes leer en mi corazón con tanta claridad como parece, sabes que no tengo elección, mi corazón siempre ha tenido clara la elección, llevo decenas de años guiandome por él, y por ahora no puede ser de otra manera -En ese momento Sofía sólo puede pensar en Ángel y en que no soportaría no poder seguir siendo su compañera a lo largo del tiempo y el espacio- y también sabes que haré lo posible para que la misión resulte un éxito, y que te ayudaré en la medida de lo posible para que consigamos que todo ésto vuelva a ser sólo una pesadilla. Después cada cual seguirá su camino, esperando no volver a encontrarnos, a pesar de que, en otras circunstancias me hubiera gustado mantener una buena relación contigo, al final nuestros bandos no están tan opuestos -Lanzo una mirada de cooperación y en cierto modo de complicidad a Catalina sin soltar a Lunali en ningún momento. Tengo miedo de que la pequeña pueda correr algún peligro.

[Memnoch]

Suelto a Thylzos como el que suelta un saco de patatas.

Angelique pasea por la iglesia en círculos mientras escucha a Catalina, como si su discurso proviniese de una voz en off sin ningún lugar al que prestarle atención, pero sin dar la impresión de estar ignorándola. Cuando ella termina de hablar, entonces la busca con la mirada y le habla.

- Lo comprendo en parte, Catalina; me alegra que te guste mi nombre, gracias por tu amabilidad...

Angelique hace una pequeña pausa, observando la estancia, moviéndose con calmados gestos casi imperceptibles. Vincenzo se mete el dedo pulgar en la boca y los que os encontráis cerca oís un familiar ruido de succión.

- Verás, hacía mucho tiempo que no hablaba de ésto con nadie, así que discúlpame si soy brusca. Los hay que son aislados, que poco o nada aportan a nuestra extraña sociedad; los hay crueles que disfrutan consiguiendo su alimento y segando vidas, regodeándose en su, en ocasiones escaso, poder; los hay mártires, que sufren por su condición de malditos, y luego, dos siglos después, entre los que han sobrevivido, los hay experimentados o mal llamados conformistas por los más jóvenes, que saben lo que son, saben lo que tienen que hacer, saben cómo tienen que comportarse, y les parece bien. Tampoco les gusta cambiar. Yo estoy en ese grupo. Engaño, seduzco y asesino cuando debo o me apetece por que es lo que hacemos, presumo por ello por que es de lo que presumimos, lo que siempre hemos hecho, trato como mierdas ignorantes a los neonatos por que eso es lo que son con sus intentos de ganar protagonismo, intento llevar la voz cantante siempre por que dudo muchísimo que alguno de mis compañeros pueda hacerlo mejor que yo. Querida, puede que necesite muchas cosas, pero de entre esas cosas, si es que se incluye, la menos urgente es la humildad. En cualquier caso siempre es de agradecer la preocupación, gracias querida.

Angelique suspira profundamente, como volviendo a un estado de pasividad.

- Ahora, si no te importa querida, me gustaría avanzar un poco más en éste asunto, estoy segura de que tanto Sofía como tú estaréis de acuerdo. Y bueno, me gustaría que el resto del grupo fuese informado de ésto, ¿te parece bien enviar a Thylzos o a cualquier otro? No me gustaría que su tarjeta de bienvenida fuese una ráfaga de ametralladora, son jóvenes e impulsivos, no son capaces de pensar antes de disparar, machacar, rebanar y volver a disparar.

[Thylzos]

Caigo de forma brusca al suelo, pero simulo que lo hice con estilo, terminando en una pose que recuerda a un paso final de Break Dance. Me levanto y sacudo mi traje del polvo que ahora lo adorna. Miro con actitud digna al resto esperando que no se hayan percatado de nada. Y como no entiendo de qué están hablando, pero no quiero parecer poco enterado, acoto luego en cada pauso de Angelique:

Sí, sí, claro. TIenes razón.

Miro a Vicenzo y siento cierta envidia. Yo también quiero dormir un poco.

[Khram Cuervo Errante]

Santa Catalina mira a Sofía y con los ojos encendidos, habla de nuevo.

- Sea así. Tú has elegido. Sólo deseo que hayas elegido bien.

Se gira lentamente, ceremoniosamente, con aire de superioridad y se dirige a Angelique.

- Verás, Angelique. Sois libres de ir y venir donde os plazca en este pueblo, nadie os tocará ahora. No olvides revisar lo que llevas. Ahora, debéis reuniros. Cada minuto que pasa puede ser la perdición de todos nosotros.

[Minerva]

-Yo también, Catalina, yo también. Vamos a ponernos manos a la obra. Lunali, ven conmigo, vamos a buscar a los demás. Tyri, querida, vamos, hay que encontrar a Alex y a Rena. Catalina, seguro que puedes darnos una idea para comenzar a buscar. Muchas gracias por las advertencias, prometo que las tendré en cuenta desde la primera hasta la última. Angelique, quieres quedarte aquí o vienes con nosotras?

[Khram Cuervo Errante]

- Tenéis que encontrar el significado a los nuevos enigmas que se os han revelado. Yo desconozco lo que puede haber salido de los enigmas anteriores, y tampoco me ha sido revelado qué hacer con ellos. Sois vosotros los que debéis hacerlo.

[Minerva]

Cojo a Lunali de la mano y me dirijo a la salida al tiempo que le ofrezco la otra mano a Tyri para que venga conmigo a buscar a los demás. -Si alguien quiere venir, en marcha. Saco el teléfono móvil y marco el número de Rena para que me diga dónde están.