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La Cadena Ser crea el programa de los 40 principales, un programa juvenil con 2 horas y ponen solo música, algunos críticos no le auguran un futuro muy prometedor a este programa.

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Alt.NWB - Archivo 2: La Fortaleza

Iniciado por ayrendor, 05 de Abril de 2011, 01:16

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ayrendor


Día 5

PdM – 30.

Tareas Opcionales

• Visitar "La Feria" -7.

Conseguir un pase a Puerto Cloaca por medios no tan legales – 11.

Inspeccionar la "Biblioteca" en busca de planos de "La Fortaleza" – 7.

Buscar a Ílerc en "La Manigua" para pedirle consejo – 10.


Así termina el Día 5



Cita de: Maxus en 17 de Marzo de 2012, 19:07Todos tenemos derecho a ser una personalidad de Ayr. Lo pone en algún sitio de la Constitución uhm

Cita de: PsyroUna vez un zubat atacó a rayd y estaba tan confuso que fue a casa de ayrendor a pegarle una paliza.

Cita de: Idunne en 17 de Enero de 2012, 17:52
Cita de: khalanos en 17 de Enero de 2012, 17:13
Cita de: Skiles en 17 de Enero de 2012, 16:33Bleach

one piece?

Jungle Wa Itsumo Hare Nochi Guu

ayrendor

#211
Día 6

PdM – 6.

Tareas Obligatorias

• Visitar la "Torre de los Astros" [Cuartel de Veldro] – 6.

• Visitar a Bródoli – 0.


Se abren las votaciones


Cita de: Maxus en 17 de Marzo de 2012, 19:07Todos tenemos derecho a ser una personalidad de Ayr. Lo pone en algún sitio de la Constitución uhm

Cita de: PsyroUna vez un zubat atacó a rayd y estaba tan confuso que fue a casa de ayrendor a pegarle una paliza.

Cita de: Idunne en 17 de Enero de 2012, 17:52
Cita de: khalanos en 17 de Enero de 2012, 17:13
Cita de: Skiles en 17 de Enero de 2012, 16:33Bleach

one piece?

Jungle Wa Itsumo Hare Nochi Guu

Minerva

Visitar a Brodoli

Visitar la torre de Veldro

El tipo


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Mime

-Visitar a Bródoli
-Visitar la "Torre de los Astros"

ayrendor


Xerim estaba empezando a sudar cuando acudieron en su busca. El sol despedía una energía abrasadora capaz de evaporar cualquier líquido. A veces, debido a los permanentes cambios climatológicos, era difícil recordar que la ciudad estaba situada en un inmenso desierto. El alquimista había aguardado desde bien temprano frente a la entrada al sistema de alcantarillas que habían explorado el día anterior. Nadie le había dado indicaciones de donde debía reunirse con el discreto Bródoli, así que había decidido que, ante su incapacidad para orientarse dentro del laberinto de túneles, esperaría allí fuera. Allí, en medio de una de las calles secundarias de "El Vestigio", no hubo quien se atreviera a perturbar su espera. Él sospechaba que se había corrido la voz de que ahora estaba con Veldro. El Noble era muy querido en aquel barrio dejado de lado por el resto de la ciudad. No obstante, ese no es el tema que nos concierne ahora.

El hombre destinado a guiar a Xerim llegó a través de los túneles. Portaba una lumbre en su mano derecha y ocultaba su cuerpo bajo harapos. Su cara era un pozo negro gracias a algún tipo de potingue oscuro. Él estaba seguro de que a pesar de las similitudes no era el mismo que el día anterior se había llevado a Kiyopsi. Aquel tipo, sin permitir que los rayos del sol le rozaran, le hizo indicaciones para que se internara en la oscuridad. Xerim se alegró de que fueran a ir bajo tierra, se estaba asando allí fuera. Por los túneles circulaba un aire fresco que era como un bálsamo para el sudoroso cuerpo del joven. Anduvieron por los túneles durante un buen rato sin detenerse. El guía parecía saber muy bien a donde se dirigía, aunque no escatimaba en las precauciones a la hora de borrar su rastro y comprobar que iban por el buen camino. Xerim no sabía cuantos metros habían recorrido el día anterior, pero estaba seguro de que ya habían andado mucho más cuando se detuvieron por primera vez. Además, la mayoría de los pasillos que recorrían tenían una ligera pendiente descendente que hacía mucho más fácil la caminata.

Cuando comenzaba a pensar que estaban perdidos, el sonido del agua llego hasta los oídos del alquimista. En ese momento estaban en un amplio pasillo bastante limpio en comparación con el resto de túneles. Lo más seguro es que estuvieran cerca de una de las grandes tuberías que saneaban la ciudad. El guía gruñó una orden que Xerim no fue capaz de entender, se acercó a la pared situada a la derecha y desapareció en la oscuridad. En un primer momento, el joven se quedó estupefacto ante el truco que acababa de presenciar. Tras unos segundos se recompuso y decidió acercarse a inspeccionar la zona. La ausencia de luz le obligó a utilizar el tacto como única guía para reconocer la pared. La superficie era lisa, las piedras tenían una ligera capa de humedad que dejaba gotitas en la mano del alquimista y había alguna pequeña grieta entre algunas piedras. Fue deslizando las manos poco a poco hasta encontrarse con el origen del truco. Allí, en medio de la pared y oculta por el juego de luces y sombras, había una abertura suficientemente grande para que un hombre delgado pudiera colarse. "Ya veras que risa si me quedo atrapado aquí abajo", pensó Xerim antes de resignarse e intentarlo.



Xerim, el cual siempre se había sentido bastante más cómodo en los espacios poco abiertos, tuvo que luchar contra la creciente sensación de claustrofobia que le invadía. Afortunadamente no hubo grandes obstáculos allí dentro que le obligaran a permanecer más que lo necesario. En treinta metros, la grieta conectaba con otro túnel. Mientras en este nuevo pasillo uno de los extremos se había colapsado y solo era un montón de piedras, el otro desembocaba en una luz cegadora. No había elección posible, Xerim fue hacia la creciente claridad. A medida que avanzaba fue sintiendo punzadas en sus nervios oculares. En el momento que sobrepaso el umbral se quedó ciego durante unos segundos. Después, pudo contemplar con mayor tranquilidad lo que tenía ante si.

Aquel espacio era inmenso, Xerim diría que tenía unos cuarenta metros de ancho y cinco de alto. La primera mitad de la sala, que era la zona empedrada donde se mantenía el joven alquimista, se conformaba por un pasillo central y dos elevaciones laterales a las que se podía acceder por dos escaleras simétricas. El resto del cuarto estaba ocupado por la corriente de agua cuyo ruido había percibido desde lejos. Aquella era la mayor tubería que Xerim había visto en toda su vida. El joven estaba dispuesto a acercarse hasta el final del pasillo para apreciar mejor aquel espectáculo cuando alguien carraspeó. El alquimista dirigió su mirada a la elevación de la izquierda en busca del origen. Su guía aguardaba allí arriba con mirada severa, como un profesor que acababa de pillar a uno de sus alumnos copiando. Xerim decidió que era mejor no jugar con su suerte, retrocedió y subió la escalera.
El mugriento suelo de piedra había sido cubierto con una larga alfombra. En el punto central había una mesa cubierta por un sencillo mantel azul. Diferentes piezas de fruta habían sido repartidas por la superficie de forma aleatoria. Dos sillas aguardaban, una de ellas libre para él y la otra ocupada por su anfitrión. Bródoli era un tipo alto y corpulento, Xerim estaba seguro de que erguido debía imponer bastante. Sus ojos vivos saltaban entre los objetos de la habitación como si intentara acaparar cada detalle de lo que le rodeaba. El pelo castaño le caía lacio a los lados de la cabeza como había estado de moda entre las familias de "la Villa" hacia años. Había algo en su rostro que le resultaba familiar, pero no sabía exactamente con que lo relacionaba.

-Toma asiento – ordenó con tono tranquilo. Luego miró al guía y le dedicó unas palabras en un idioma que Xerim desconocía. Inmediatamente después se quedaron solos-. Puedes comer si tienes hambre.

Xerim decidió coger alguna pieza al azar para no ser descortés y agradar al infame Bródoli. Mientras masticaba se preguntó cual podía ser el motivo por el que había conseguido esa entrevista privada con el comerciante. No estaba seguro de si debía sentirse afortunado, la mitad de la ciudad querrían tenerlo enfrente para pedirle algún favor y la otra mitad para cobrárselo.

-Bueno muchacho, cuéntame como os trata la vida a ti y a tu hermana – preguntó con una sonrisa de oreja a oreja.

-Bien – respondió dubitativo él, no se esperaba una pregunta así. Aquel hombre le trataba casi con familiaridad-. Supongo que un hombre con su fama ya se habrá enterado de todo lo que valga la pena saber.

-Vamos joven, no hay motivo para que respondas tan cortes – replicó él con una risotada que retumbo en las paredes-. No te acuerdas de mí, ¿me equivoco?

Xerim negó con la cabeza. No recordaba haber visto a ese hombre en toda su vida. Todas sus especulaciones sobre el motivo de la entrevista se venían abajo por momentos.

-Es lógico, apenas tenías dos años y tu hermana tenía seis – afirmó él-. Y tu ahora tienes...¿veinte?

-Diecinueve – respondió Xerim.

-Exacto, han pasado casi diecisiete años desde que tú y yo nos vimos por última vez – calculó entre risas Bródoli. Parecía que todo le hacia gracia a aquel hombretón-. Y con el paso del tiempo a quien más os parecéis es a vuestra abuela. Si alguien dijera que erais los hermanos de Donna, nadie se extrañaría. Tu madre era la viva imagen de Eujen.

-¡¿Conocías a mi familia?! – preguntó Xerim sorprendido. Aquello no acababa de olerle del todo bien.

-Por supuesto que si, tanto yo como mi hermano fuimos alumnos de tu abuelo durante muchos años. Nuestro difunto padre tuvo a bien contratarlo para que nos formara – explico riéndose de nuevo-. Y ya puedes ver que lo hizo a la perfección.

Xerim estaba entre la sorpresa y la incertidumbre. Por un lado Bródoli parecía estar hablando con sinceridad y desde el corazón. Sin embargo, la duda de si le estaba mintiendo seguía en el fondo de su cabeza palpitando. Quizá solo estaba intentando ganarse su confianza, aunque lo cierto era que el joven alquimista estaba dispuesto a dejarse engañar. Aquel hombre no podía hacerle ningún mal mayor que el que él le permitiera. Y en el caso de que dijera la verdad, confirmar solo le beneficiaría.

Un sonido grave resonó en la habitación. Venía de la parte baja de la tubería por donde el agua se escapaba. Tras él vinieron  otros muchos ruidos de cuerdas, voces y cadenas. Bródoli comprobó satisfecho la cara de sorpresa del alquimista.

-Ahí viene tu transporte. Espero que no te importe que les hiciera subir desde donde normalmente parte mi pequeña balsa – afirmó con un tono serio. Diablos, si aquel hombre mentía era un actor sensacional-. Te llevará hasta Puerto Cloaca y volverá a subir por la tarde, cuando el sol haya caído casi hasta los cuarenta y cinco grados. Tienes que estar a bordo cuando sea la hora, el capitán tiene órdenes de volver aunque tú no estés en cubierta.

-Lo tendré en cuenta – interrumpió Xerim al contrabandista-. Puede que no tuviera recuerdos de ti, pero me siento muy agradecido por este favor. Si algún día puedo devolvértelo, lo haré.

-¡No digas cosas de las que puedes arrepentirte! – exclamó entre carcajadas-. Este favor corre por mi cuenta. Le debó mucho a Eujen como para cobrarte una tontería así.

La barca, que a decir verdad parecía recién construida, estaba repleta de marineros que habían remontado la alcantarilla mediante una gruesa cadena enganchada en la superficie de la tubería. El casco era de un metal negro pintado con las mismas marcas que las barcazas de reciclaje que recorrían el cauce del agua lleno de basura que rodeaba Puerto Cloaca. Bródoli sabía montarse bien su negocio, nadie habría sospechado que era de su propiedad ni con una inspección completa del exterior. Y Xerim se atrevía aventurar que la opinión de los inspectores no cambiaría si revisaran el interior.

El joven alquimista estaba a punto de descender las escaleras cuando se acordó de la única incógnita que le quedaba sobre el traficante. Por un momento estuvo a punto de quedársela para él, pero decidió que merecía una respuesta después del mal rato que había pasado pensando en Kiyopsi.

-Bródoli – dijo alzando la voz para ser oído por encima del ruido de la barca-, ¿Qué vio ayer el hombre que venía conmigo? Estaba completamente asustado cuando regreso a mi lado.

-Vio lo que necesitaba ver, ni más ni menos – respondió enigmático-. Veldro en ocasiones se olvida de con quien esta tratando – sentenció después de que Xerim se alejará lo suficiente para no escucharle.


Cita de: Maxus en 17 de Marzo de 2012, 19:07Todos tenemos derecho a ser una personalidad de Ayr. Lo pone en algún sitio de la Constitución uhm

Cita de: PsyroUna vez un zubat atacó a rayd y estaba tan confuso que fue a casa de ayrendor a pegarle una paliza.

Cita de: Idunne en 17 de Enero de 2012, 17:52
Cita de: khalanos en 17 de Enero de 2012, 17:13
Cita de: Skiles en 17 de Enero de 2012, 16:33Bleach

one piece?

Jungle Wa Itsumo Hare Nochi Guu

ayrendor

#216

Día 6

PdM – 6.

Tareas Obligatorias

• Visitar la "Torre de los Astros" [Cuartel de Veldro] – 6. [BLOQUEADO]

Visitar a Bródoli – 0.

Tareas Opcionales

• A Puerto Cloaca


Se abren las votaciones


Cita de: Maxus en 17 de Marzo de 2012, 19:07Todos tenemos derecho a ser una personalidad de Ayr. Lo pone en algún sitio de la Constitución uhm

Cita de: PsyroUna vez un zubat atacó a rayd y estaba tan confuso que fue a casa de ayrendor a pegarle una paliza.

Cita de: Idunne en 17 de Enero de 2012, 17:52
Cita de: khalanos en 17 de Enero de 2012, 17:13
Cita de: Skiles en 17 de Enero de 2012, 16:33Bleach

one piece?

Jungle Wa Itsumo Hare Nochi Guu

Minerva


Mime


El tipo

Puerto cloca

Como si pudiéramos elegir  :lol:

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